Rumanos y b¨²lgaros no son bienvenidos en Reino Unido

Faltan 11 meses para que b¨²lgaros y rumanos tengan pleno derecho a trabajar en cualquier pa¨ªs de la Uni¨®n Europea. Sin embargo, el temor a una segunda oleada migratoria procedente del Este de Europa similar a la que acompa?¨® la gran ampliaci¨®n de 2004 ha puesto la inmigraci¨®n en el centro del debate pol¨ªtico brit¨¢nico.

El Gobierno ha reconocido que no tiene poder para prolongar de forma unilateral el periodo transitorio que a¨²n hoy limita el acceso de trabajadores de Ruman¨ªa y Bulgaria al mercado laboral, pero est¨¢ estudiando la implantaci¨®n de medidas disuasorias: desde limitar sus derechos sociales y su acceso a ayudas p¨²blicas hasta explicarles que en las islas brit¨¢nicas no se vive tan bien como ellos creen.

La inmigraci¨®n, mucho m¨¢s que los debates filos¨®ficos sobre la Uni¨®n Europea, est¨¢n detr¨¢s de los espor¨¢dicos ¨¦xitos electorales del Partido por la Independencia de Reino Unido (UKIP). Y el UKIP se est¨¢ convirtiendo en potencialmente decisivo en las elecciones de 2015. No porque vaya a hacerse con muchos esca?os ¨Cnunca ha conseguido ninguno, debido a la peculiaridad del sistema electoral brit¨¢nico¨C sino porque puede acabar rob¨¢ndole votos a los conservadores y facilitar as¨ª una victoria laborista.

Antes, en 2014, el UKIP ser¨¢ el centro de atenci¨®n durante las elecciones europeas. Y el hecho de que las restricciones que limitan el derecho de b¨²lgaros y rumanos a trabajar en Gran Breta?a acaben precisamente en 2014, han convertido esos comicios en un term¨®metro quiz¨¢s decisivo sobre el futuro pol¨ªtico del primer ministro, David Cameron.

Las restricciones fueron impuestas en 2005, de cara al ingreso Bulgaria y Ruman¨ªa en la UE el 1 de enero de 2007. Sus ciudadanos pueden visitar libremente Gran Breta?a, pero necesitan un permiso especial para poder trabajar. Restricciones similares o de otro tipo han sido aplicadas tambi¨¦n por Alemania, Austria, B¨¦lgica, Francia, Luxemburgo y Holanda. Espa?a, que en principio no puso ninguna, consigui¨® permiso de la Comisi¨®n Europea para limitar el acceso de trabajadores rumanos debido a los efectos de la crisis econ¨®mica. Los rumanos, cuya lengua es relativamente cercana al castellano por su com¨²n origen latino, son la colonia de inmigrantes comunitarios m¨¢s numerosa de Espa?a.

Algo similar le ocurri¨® a Gran Breta?a antes, cuando fue uno de los pocos pa¨ªses que no puso trabas a la entrada de trabajadores de Polonia y otros pa¨ªses de Europa del Este cuando ingresaron en la UE en 2005. El Gobierno laborista de entonces infravalor¨® de forma espectacular el impacto migratorio de esa ampliaci¨®n y en lugar de 20.000 el a?o llegaron cientos de miles de inmigrantes. La Comisi¨®n de Igualdad y Derechos Humanos brit¨¢nica estima que llegaron hasta 1,7 millones de trabajadores de esos pa¨ªses entre 2004 y 2009, aunque muchos se volvieron enseguida y el saldo neto se estima en unos 700.000 trabajadores.

Las cifras ahora se aventuran mucho m¨¢s modestas, ni que sea porque Ruman¨ªa y Bulgaria suman 29 millones de habitantes, frente a los 75 millones de los pa¨ªses de la ampliaci¨®n de 2004. Pero ya una organizaci¨®n que defiende la imposici¨®n de l¨ªmites a la inmigraci¨®n. Migration Watch, estima que vendr¨¢n 250.000 b¨²lgaros y rumanos en cinco a?os, a un ritmo de entre 30.000 y 70.000 al a?o.

El Gobierno prefiere no hacer estimaciones, por lo que sus cr¨ªticos le acusan de no atreverse a decir la verdad. El debate pol¨ªtico sobre la inmigraci¨®n es mucho m¨¢s sonoro ahora que hace 10 a?os, al menos en Gran Breta?a. Y eso parece haber puesto nervioso al Gobierno de Cameron, que ha llegado al extremo de plantearse una campa?a de publicidad para explicar a b¨²lgaros y rumanos las desventajas que supondr¨ªa para ellos intentar instalarse en Reino Unido. Una campa?a que muchos medios han calificado de ¡°farsa¡±.

Algunos ministros, como el responsable de Gobierno Local, Eric Pickles, ha pronosticado que la llegada de b¨²lgaros y rumanos va a provocar una crisis por falta de viviendas. Pero la ministra del Interior, Theresa May, advirti¨® en noviembre que no hay manera de que el Gobierno pueda restringir la llegada de trabajadores b¨²lgaros y rumanos. Sin embargo, ya lanz¨® entonces la idea de intentar disuadirles limitando su acceso a los servicios p¨²blicos o las ayudas sociales. Eso significa recortar sus derechos en materia de Sanidad, de vivienda social, de subsidios para evitar ¡°el efecto llamada¡±.

Ahora, Downing Street ha admitido que est¨¢n estudiando c¨®mo restringir el acceso a los servicios p¨²blicos o medidas como, por ejemplo, procurar el retorno a casa a los inmigrantes que no hayan encontrado trabajo en tres meses o que no tengan medios para subsistir durante seis meses. Pero todo eso no es tan f¨¢cil, porque hay un marco legal europeo que se ha de respetar. Y ah¨ª es donde el UKIP empieza su discurso contra la inmigraci¨®n: todo es culpa de la Uni¨®n Europea¡­