El plan nuclear aglutina a los iran¨ªes
A pesar de las diferencias en la c¨²pula, todas las facciones est¨¢n de acuerdo en mantener el programa at¨®mico
Sean cuales sean las diferencias que enfrentan a la c¨²pula del r¨¦gimen iran¨ª hay un asunto en el que todas las facciones est¨¢n de acuerdo: el programa nuclear. Ni siquiera los ahora extraparlamentarios reformistas del Movimiento Verde han presentado nunca una alternativa. Pero bajo la presidencia de Mahmud Ahmadineyad, los conservadores han convertido ese empe?o en el eje de la pol¨ªtica iran¨ª y el principal obst¨¢culo a la normalizaci¨®n de relaciones con EE UU. Significativamente, varios de los nombres que se rumorean como candidatos a las elecciones presidenciales del pr¨®ximo junio tienen en com¨²n la experiencia en ese terreno.
Tal es el caso de Ali Lariyani, el actual presidente del Parlamento y rival inveterado de Ahmadineyad, que aun as¨ª fue el primer jefe del equipo negociador nuclear nombrado por el controvertido presidente en 2005. Hasta ahora, Lariyani no se ha manifestado al respecto. Quien s¨ª lo ha hecho, al menos de forma t¨¢cita, ha sido Hasan Rohani, su predecesor como negociador nuclear entre 2003 y 2005. Rohani declar¨® a primeros de enero que hab¨ªa llegado el momento de imprimir un ¡°nuevo tono¡± a la pol¨ªtica nuclear y acus¨® a Ahmadineyad de haber sido muy ¡°pol¨¦mico¡±.
Otro potencial aspirante que mantiene silencio es el actual jefe del equipo negociador, Said Yalili. Sin embargo, hay una campa?a en apoyo de su candidatura en Internet y destacados miembros de una influyente facci¨®n conservadora del Parlamento lo han respaldado en p¨²blico. Finalmente, el actual ministro de Exteriores, Ali Akbar Salehi, ha desatado las especulaciones por su forma de eludir las preguntas de los periodistas al respecto. Salehi fue el anterior jefe de la Organizaci¨®n de la Energ¨ªa At¨®mica de Ir¨¢n.
Por supuesto, hay ¡ªy a¨²n habr¨¢¡ª m¨¢s candidatos. Antes de someterse al veredicto de las urnas, todos deben ser vetados por el Consejo de Guardianes. Sin embargo, dada la centralidad que la cuesti¨®n nuclear ha adquirido tanto en la pol¨ªtica exterior como en las tensiones internas, ese conocimiento puede marcar la diferencia en qui¨¦n recibe el endoso de los poderes f¨¢cticos.
Aunque es el l¨ªder supremo, Ali Jamenei, quien tiene la ¨²ltima palabra en los temas de seguridad nacional, incluido el programa at¨®mico, tambi¨¦n es cierto que nadie que no sea de su m¨¢s absoluta confianza accede a ese dossier. De ah¨ª que algunos analistas especulen con que, si llegara a presidente, Lariyani, cuya familia mantiene estrechas relaciones con Jamenei, recibir¨ªa m¨¢s poderes que Ahmadineyad para alcanzar un acuerdo con EE UU y desbloquear la crisis nuclear.
¡°Las elecciones no van a cambiar nada [respecto a la cuesti¨®n nuclear] porque los pol¨ªticos de diversas tendencias est¨¢n de acuerdo en que el programa nuclear es un derecho de Ir¨¢n y van a defenderlo¡±, ha advertido Mohammad Marandi, un polit¨®logo de la Universidad de Teher¨¢n, en una de sus frecuentes intervenciones en PressTV.
La cuesti¨®n es c¨®mo. Y las tensiones que la gesti¨®n de Ahmadineyad ha desatado en el seno de los conservadores hacen intuir que el l¨ªder supremo podr¨ªa favorecer un candidato m¨¢s proclive a forjar consenso (lo que no significa m¨¢s prooccidental). La elecci¨®n de alguien con experiencia en la negociaci¨®n nuclear enviar¨ªa, seg¨²n Bozorgmehr Sharafedin, analista de BBC Persa, ¡°un importante mensaje tanto a los iran¨ªes como a Occidente de que resolver ese asunto es una prioridad¡± para Ir¨¢n.
De momento, y a la espera de que el l¨ªder supremo ponga su casa en orden, la pr¨®xima ronda de conversaciones nucleares entre Ir¨¢n y las seis potencias (EE UU, Rusia, China, Reino Unido, Francia y Alemania) el pr¨®ximo d¨ªa 26 en Almaty (Kazajist¨¢n) ser¨¢ un mero tr¨¢mite. Despu¨¦s de una d¨¦cada de reuniones sin resultados, nadie puede esperar milagros.
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