Esperando a Draghi
Las dos personas m¨¢s poderosas de Espa?a son Angela Merkel y el presidente del BCE
El d¨ªa 12 comparece en el Congreso de los Diputados Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo (BCE). Lo hace a voluntad propia y con el objetivo de dar a conocer su instituci¨®n y explicar mejor las medidas que ha venido tomando en los ¨²ltimos meses. Aunque el gesto le honra, el formato de la comparecencia, sin actas, taqu¨ªgrafos, ni grabaciones, plantea numerosas dudas desde el punto de vista democr¨¢tico. ?Por qu¨¦?
Seguro que a estas alturas de la crisis ya se han dado cuenta de que las dos personas m¨¢s poderosas de Espa?a son Angela Merkel y Mario Draghi. La primera tiene en su mano las soluciones pol¨ªticas, el segundo las soluciones econ¨®micas. En manos de la primera est¨¢ la extensi¨®n, calendario y profundidad del proyecto de uni¨®n bancaria, tan necesaria para configurar una verdadera uni¨®n econ¨®mica; tambi¨¦n lo est¨¢n los eurobonos o cualquier otro mecanismo de mutualizaci¨®n de deuda, imprescindible para que vayamos a una aut¨¦ntica uni¨®n fiscal; o los pasos hacia una verdadera uni¨®n pol¨ªtica.
En manos del segundo est¨¢n los tipos de inter¨¦s, cruciales para fijar los incentivos al consumo y la inversi¨®n en toda la zona euro; tambi¨¦n el tipo de cambio, la liquidez del sistema bancario europeo y las primas de riesgo de las deudas de los Estados de la zona euro. Esto, que parece algo abstracto, tiene implicaciones muy directas sobre la vida de la gente: las decisiones del BCE pueden hacer fracasar o triunfar una iniciativa empresarial, crear o destruir puestos de trabajo, alimentar o desinflar una burbuja crediticia. Hablamos de su empresa, su empleo o su hipoteca.
?Qu¨¦ ocurre cuando alguien con tanto poder se equivoca? O peor, ?cuando desborda su mandato y se desv¨ªa de sus competencias? No es una pregunta te¨®rica. Al BCE se le atribuyen tres errores directamente relacionados con esta crisis. El primero, mantener durante una d¨¦cada unos tipos de inter¨¦s que siendo adecuados para estimular las econom¨ªas francesas y alemanas, eran excesivamente bajos para Espa?a y el resto de pa¨ªses del Sur, lo que foment¨® la burbuja inmobiliaria cuyo estallido nos ha tra¨ªdo hasta aqu¨ª. El segundo y tercero, equivocarse al elevar los tipos de inter¨¦s en julio de 2008 y abril de 2011, temiendo presiones inflacionistas precisamente cuando la econom¨ªa europea necesitaba exactamente lo contrario.
M¨¢s grave a¨²n es la acusaci¨®n de haber desbordado su mandato al haber forzado en agosto de 2011 a los Gobiernos espa?ol e italiano a adoptar reformas de gran calado como condici¨®n para aliviar la presi¨®n de los mercados sobre las primas de riesgo de estos dos pa¨ªses. El BCE y los Gobiernos en cuesti¨®n siempre negaron la existencia de la ¡°carta secreta¡± de Trichet, pero una copia acab¨® en manos del Corriere della Sera, que la public¨®, mientras que por petici¨®n de un ciudadano espa?ol, el Defensor del Pueblo Europeo pudo ir a Fr¨¢ncfort y comprobar su existencia. La carta, cofirmada por Draghi, sit¨²a al BCE a a?os luz de su mandato de controlar la inflaci¨®n y facilitar la llamada ¡°transmisi¨®n de la pol¨ªtica monetaria¡±. ¡°Faciliten el despido, reduzcan los salarios de los funcionarios, privaticen los servicios p¨²blicos, descentralicen la negociaci¨®n colectiva, liberalicen los servicios profesionales, reduzcan las pensiones y disminuyan el tama?o del sector p¨²blico¡±, aconseja el BCE en su carta del 5 de agosto de 2011 a Berlusconi y (presumiblemente) a Zapatero. Adem¨¢s, el BCE recomienda que estas medidas se adopten urgentemente por decreto-ley en el mes de agosto, obviando as¨ª su negociaci¨®n parlamentaria. Como broche, el BCE afirma considerar ¡°apropiada¡± una reforma constitucional que refuerce las reglas de control de d¨¦ficit. Todo un programa pol¨ªtico y una agenda legislativa con una condicionalidad disfrazada de acuerdo: usted es libre de hacerme caso, yo soy libre de comprar su deuda aunque, como ambos sabemos, si no me hace caso su Gobierno caer¨¢.
El resto es conocido. Unos d¨ªas despu¨¦s, el BCE interviene masivamente en los mercados para aliviar la presi¨®n sobre la deuda espa?ola e italiana. Por parte espa?ola, Zapatero cumple su parte y pone en marcha las reformas en cuesti¨®n, incluida una pol¨¦mica reforma expr¨¦s de la Constituci¨®n en pleno mes de agosto para a?adir el control de d¨¦ficit (art¨ªculo 135). Berlusconi, tramposo por naturaleza, intenta zafarse de la presi¨®n una vez ha pasado lo peor en los mercados, pero en noviembre de 2011 cae empujado por los mercados.
As¨ª pues, se?ores diputados, cuando el d¨ªa 12 hablen con Draghi no piensen que es un banquero central con un mandato t¨¦cnico. Tampoco es que sea un malvado. Al contrario: sus medidas heterodoxas salvaron a Espa?a de la quiebra en 2011 y al propio euro de su colapso en 2012. Es simplemente su sustituto como legislador. As¨ª que, como ustedes son ya simples ciudadanos sin poder, pregunten con toda libertad.
S¨ªgueme en @jitorreblanca y en el blog Caf¨¦ Steiner en elpais.com.
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