El hombre que mat¨® a Bin Laden est¨¢ en el paro y sin seguro m¨¦dico
El Navy SEAL que acab¨® con la vida del l¨ªder de Al Qaeda dice en su primera y ¨²nica entrevista sentirse abandonado por el Gobierno de Estados Unidos
Los Navy SEAL ¡ªel elitista grupo de la armada encargado de operaciones especiales¡ª viven bajo un grueso manto de secretismo. Sus identidades son an¨®nimas y en caso de violar ese acuerdo pueden pagar con la c¨¢rcel. A los 23 hombres que la noche del 1 de mayo de 2011 volaron al interior de Pakist¨¢n para dar caza y captura al ¡°m¨¢s infame terrorista de nuestro tiempo¡± ¡ªen palabras del jefe de la CIA, Leon Panetta¡ª se les orden¨® que al d¨ªa siguiente olvidaran lo sucedido e hicieran como que no hab¨ªa pasado nada.
De esos 23 Navy SEAL, uno de ellos descerraj¨® tres tiros en la frente al l¨ªder de Al Qaeda, al enemigo p¨²blico n¨²mero uno de EE UU. Pero su identidad es secreta y por seguridad lo mejor ser¨ªa que accediera a un programa de protecci¨®n de testigos. El ¨²nico problema es que tal programa no existe en el Departamento de Defensa.
Tan an¨®nimo es el hombre que mat¨® a Bin Laden que puede que su pr¨®ximo trabajo sea conducir un cami¨®n de reparto de cerveza en Milwaukee. Eso es lo que le ofreci¨® el Ej¨¦rcito cuando decidi¨® dejar atr¨¢s 16 a?os de pertenencia a la Marina, compuestos por 12 despliegues en el exterior y m¨¢s de 30 enemigos abatidos.
Por primera vez, el hombre que acab¨® con la vida de Bin Laden ha contado su historia y lo ha hecho a lo largo de un a?o a Phil, exdirector del San Francisco Chronicle y actual presidente del Centro para el Periodismo de Investigaci¨®n. La entrevista exclusiva de 26 folios de extensi¨®n ser¨¢ portada en el pr¨®ximo n¨²mero de marzo de la revista Esquire.
El titular de la entrevista resume los 26 folios: ¡°El hombre que mat¨® a Osama Bin Laden¡ est¨¢ fastidiado¡±. A falta de identidad que poder revelar, Bronstein ha dotado a ese hombre de un apodo. Le llama El Tirador (The Shooter). Ambos hombres establecieron una relaci¨®n muy cercana ¡ª¡°y muchos tragos de whisky escoc¨¦s¡±¡ª en el transcurso de su convivencia para el reportaje, que revela que El Tirador carece de seguro m¨¦dico y pensi¨®n tras abandonar las Fuerzas Armadas el a?o pasado.
El hombre que mat¨® a Osama Bin Laden¡ est¨¢ fastidiado¡±
¡°El seguro de salud para m¨ª y para mi familia concluy¨® en septiembre de 2012¡±, explica en la historia de Esquire. ¡°Pregunt¨¦ si hab¨ªa alg¨²n tipo de transici¨®n entre el seguro que cubre a los militares y el que debo tener en la vida civil y me dijeron que no¡±. ¡°Est¨¢s fuera del servicio, tu cobertura se ha acabado. Gracias por tus 16 a?os de servicio¡±, agrega el SEAL. ¡°Ahora que te jodan¡±, a?ade ¨¦l.
A diferencia de Matt Bissonnette, otro NAVY SEAL cuya identidad qued¨® revelada tras contar en un libro la misi¨®n que acab¨® con la vida de Bin Laden, El Tirador ha mantenido el c¨®digo de silencio que se exige y se espera de ellos. En este relato se obtienen, sin embargo, nuevos detalles de aquella noche. ¡°Le dispar¨¦ dos veces en la frente. ?Bap, Bap! La segunda seg¨²n estaba cayendo. Se encogi¨® en el suelo frente a su cama y le dispar¨¦ otra vez ?Bap! En el mismo sitio¡±, se lee en el reportaje. ¡°Estaba muerto. No se mov¨ªa. Ten¨ªa la lengua fuera. Le mir¨¦ mientras daba sus ¨²ltimos respiros, tan solo un suspiro reflejo¡±.
El Tirador dice entonces que mientras ve¨ªa c¨®mo agonizaba no sab¨ªa si aquello era lo mejor o lo peor que le hab¨ªa hecho en su vida. ¡°Esto es real y este es ¨¦l¡±. El fin de semana anterior a su despliegue para la misi¨®n, El Tirador se compr¨® unas caras gafas de sol (350 d¨®lares) y asegura que se sinti¨® culpable porque compr¨® regalos para sus hijos ¡ªde quien se despidi¨® pensando que no los volver¨ªa a ver¡ª mucho menos caros. ¡°Pero pens¨® que lo mejor era morir con estilo¡±, apunta Bronstein.
Bronstein expone en su reportaje que un hombre que tiene el cuerpo lleno de cicatrices por haber servido a su pa¨ªs, que sufre de artritis, tendinitis y tiene las v¨¦rtebras dislocadas deber¨ªa recibir algo a cambio, m¨¢s que una oferta para repartir cerveza. ¡°Nadie que lucha por este pa¨ªs deber¨ªa de tener que luchar por un trabajo¡±, dijo Barack Obama en su pasado discurso del D¨ªa de los Veteranos. ¡°No tendr¨ªa que luchar por tener un techo sobre su cabeza o los cuidados que se han ganado al volver a casa¡±.
En opini¨®n del director del Centro para el Periodismo de Investigaci¨®n no es un problema de fondos. ¡°El Gobierno de Estados Unidos puso precio a la cabeza de Bin Laden y ofreci¨® 25 millones de d¨®lares que nadie ha cobrado¡±.
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