M¨¢s Wikileaks que Foreign Office
No hay consejero de Asuntos Exteriores. No hay un servicio exterior profesionalizado y con presupuesto. A los diplom¨¢ticos de carrera que apoyaban la acci¨®n del Gobierno en la anterior legislatura, dos veteranos embajadores de Espa?a, les sustituyen j¨®venes y voluntariosos militantes con una corta experiencia en las instituciones europeas. La diplomacia de la se?orita Pepis, seg¨²n los titulares malintencionados del diario El Mundo; embajadores civiles que vertebrar¨¢n las redes informales de catalanes en el extranjero seg¨²n el entusiasta El Punt-Avui (como si los hubiera militares); embajadores amateurs para la consulta, titul¨® este peri¨®dico.
La transici¨®n nacional se har¨¢ con esos mimbres: medios escasos, austeridad presupuestaria, voluntarismo y voluntariado, m¨¢s cerca de la militancia que de la profesionalizaci¨®n. As¨ª como los miembros del Consell Assessor per la Transici¨® Nacional no tendr¨¢n sueldo asignado, la proyecci¨®n exterior la efectuar¨¢ un organismo mixto p¨²blico-privado, el Consell de la Diplom¨¤cia P¨²blica de Catalunya o Diplocat, apoy¨¢ndose en las redes militantes.
Todo son ventajas en este nuevo proyecto del segundo gobierno de Artur Mas. A diferencia de la diplomacia espa?ola, que el consejero responsable de la internacionalizaci¨®n del conflicto de soberan¨ªa, Francesc Homs, calific¨® de decimon¨®nica, la catalana ser¨¢ la que corresponde al siglo XXI. Nada de edificios nobles, cuberter¨ªas y manteles, nada de embajadores con sueldos astron¨®micos. Nuevas tecnolog¨ªas, j¨®venes militantes independentistas con sueldos modestos o sin sueldo y capacidad de conexi¨®n entre las comunidades de catalanes en el mundo. M¨¢s cerca de Wikileaks y de Mikimoto que del Foreign Office y la Comisi¨®n Europea.
"Esto es tan inconcreto como eficaz, porque se trata de trabajar en red", dijo Homs en la presentaci¨®n. Seg¨²n el consejero, esta nueva estructura cuenta de antemano con la vigilancia y el marcaje al que le someter¨¢ la diplomacia profesional espa?ola a las ¨®rdenes del Gobierno de Rajoy. Artur Mas ya ha experimentado el vac¨ªo diplom¨¢tico en los viajes que realiz¨® antes de las elecciones, a San Petersburgo y Bruselas. Queda lejos el pasado pujolista y maragallista, cuando el presidente de la Generalitat se instalaba en la residencia del embajador de Espa?a y recib¨ªa el apoyo de los servicios diplom¨¢ticos del Estado. Ahora sabe que sus viajes ser¨¢n objeto de concienzuda vigilancia y de las habituales advertencias a los gobiernos socios de la Uni¨®n Europea.
Lo normal es que la ofensiva exterior del Gobierno catal¨¢n tenga mayores efectos entre los catalanes que en el territorio al que se dirige. Desde el resto de Espa?a y sobre todo desde Madrid ser¨¢ recibido de u?as. Desde la comunidad internacional, con circunspecci¨®n y prudencia. No hay ni un solo socio europeo que simpatice con la aparici¨®n de un Estado nuevo por segregaci¨®n de alguno de los socios. Todos los Gobiernos est¨¢n a favor del statu quo, sobre todo los que cuentan con conflictos internos que podr¨ªan enervarse de prosperar el mal ejemplo catal¨¢n. La idea de emprender caminos y aventuras de desenlace desconocido, tan simp¨¢tica entre nosotros, goza de escaso atractivo en Bruselas y Francfort, as¨ª como en las principales canciller¨ªas.
Catalu?a tiene una capital de enorme prestigio y atractivo internacional, cuenta con dos grandes bancos espa?oles, una compa?¨ªa ¨¢erea en ascenso, un puerto y un aeropuerto internacionales y una industria exportadora poderosa a pesar de la severidad de la actual crisis, adem¨¢s del fen¨®meno inigualable del Bar?a. La idea de que es una naci¨®n oprimida que se plantea su liberaci¨®n a trav¨¦s del ejercicio del derecho de autodeterminaci¨®n no es de venta sencilla. Diplocat tiene ante s¨ª una tarea ingente.
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