¡°Muy l¨²cido, muy visionario¡±

Los indignados posiblemente no se hubiesen llamado indignados sin St¨¦phane Hessel, fallecido hoy, 27 de febrero. Su libro Indignaos fue un ¡°referente emp¨¢tico¡± para las miles de personas que a partir del 15 de mayo de 2011 se lanzaron a las plazas espa?olas para reivindicar que otra sociedad es posible.

As¨ª lo ve Simona L¨¦vi, una de las activistas m¨¢s reconocidas del movimiento del 15-M en Barcelona. ¡°No lo sab¨ªa, no me hab¨ªa enterado¡±, confiesa por tel¨¦fono sobre su muerte, recordando que justo hace unos d¨ªas comentaba con unos colegas un art¨ªculo de H¨¦ssel sobre las elecciones y la importancia de partidos nuevos como el partido X. ¡°Nos hab¨ªa sorprendido por ser muy atento con la contemporaneidad y muy visionario. Muy l¨²cido¡±, recuerda.

Para Levi, ?Indignaos! era ¡°un grado m¨¢s conciliador¡± de lo que ha sido el movimiento en Espa?a. ¡°Ha sido importante el lenguaje que ha usado para definir un estado novedoso de rebeli¨®n, palabras nuevas, como lo de la indignaci¨®n, muy relacionadas con el sentimiento de la gente, y no solo con la acci¨®n, profundamente anclada en el movimiento del 15-M. Sentimientos y empoderamiento de la acci¨®n¡±, explica. Aunque para ella, a H¨¦ssel ¡°no se le pude considerar el intelectual del movimiento, a nivel de contenidos, es m¨¢s un referente emp¨¢tico¡±.

Aitor, activista del 15-M en Barcelona, reconoce el efecto del libro del Hessel en la sociedad, pero niega que haya sido el ¡°catalizador o el desencadenante¡± del movimiento en Espa?a. ¡°El libro se escribe pensando en Francia en el 2010. El movimiento aqu¨ª se organiza a trav¨¦s de las redes sociales en invierno de 2010 y 2011. El libro se publica en marzo o abril, poco despu¨¦s de que hubi¨¦semos hecho la convocatoria¡­ Para entonces, no era un referente para las personas que lo est¨¢bamos organizando¡±, cuenta.

¡°Ha sido definido como el padre intelectual del movimiento, cuando la gente que lo empez¨® no sab¨ªa del libro ni de su existencia¡±, a?ade el joven, quien reconoce sin embargo el poder de la obra para ¡°apelar a la dignidad de la sociedad, para que se rebele contra los gobiernos¡±. ¡°No se le pueden negar las buenas intenciones ni los efectos¡±, sostiene, pero matiza que sobre todo ha sido ¡°un fen¨®meno editorial¡±.