¡°El Banco Central Europeo debe financiar directamente a los Estados¡±
El pol¨ªtico alem¨¢n, que fue ministro federal de Hacienda en 1999, visita Madrid para participar en la formaci¨®n de una alternativa al PSOE e IU
Oskar Lafontaine, de 69 a?os, l¨ªder del partido Die Linke, principal formaci¨®n de la izquierda alemana y ministro federal de Hacienda en 1999, visita este fin de semana Madrid junto Dymitrios Touskalas, dirigente de la coalici¨®n griega Syriza, invitados por organizaciones progresistas espa?olas. Este s¨¢bado presiden en el Ateneo un acto congresual convocado por Construyendo la Izquierda, formaci¨®n que se plantea una alternativa socialista y que propone atraer el voto que se aleje del PSOE y que no recoja Izquierda Unida, con miras a vertebrar una fuerza que d¨¦ forma a una coalici¨®n que desbanque las pol¨ªticas de austeridad y recortes contra los trabajadores, los parados y los pensionistas. Con el l¨ªder alem¨¢n, que abandon¨® el SPD para convertirse en el dirigente m¨¢s reconocido de la izquierda europea, conversa EL PA?S.
Pregunta. ?Cu¨¢l es su papel hoy en la pol¨ªtica germana?
Respuesta. Soy corresponsable de la pol¨ªtica del partido Die Linke, La Izquierda, as¨ª como de su estructuraci¨®n y definici¨®n. Desempe?o un importante papel que cumplir en Alemania ya que all¨ª existe un sistema de partido ¨²nico, con cuatro secciones, el CDU, el SPD, el FDP y Los Verdes y ese partido ¨²nico hace una misma pol¨ªtica: apoya el pacto fiscal europeo, considera que la pol¨ªtica de austeridad europea es correcta y apuesta por intervenciones militares como pol¨ªtica exterior.
P. ?Qu¨¦ prop¨®sitos pol¨ªticos se plantea?
R. Represento una alternativa: desde la Izquierda queremos un sistema financiero distinto para Europa. Este es el primero: lo m¨¢s importante es que el Banco Central Europeo financie directamente a los Estados. El segundo objetivo es que el sistema financiero, es decir, los bancos, sean regulados de manera estricta y necesitamos asimismo impuestos que graven las grandes fortunas. Lo que los parlamentarios y gobernantes europeos no saben es que la monta?a de la deuda coincide con la monta?a de los recursos en poder de las grandes fortunas europeas.
Y ello solamente en lo referido a los activos monetarios. La cuarta cuesti¨®n es que necesitamos otra pol¨ªtica salarial: los alemanes tienen que poner fin a su pol¨ªtica de dumping salarial y elevar los salarios. La quinta meta es que necesitamos una quita de la deuda, sobre todo en algunos pa¨ªses como Grecia, porque de no haber tal quita tales pa¨ªses no pueden desarrollarse. Nosotros esperamos que los pol¨ªticos europeos se den cuenta de que su pol¨ªtica actual ha fracasado.
P. ?Cu¨¢les son las razones pol¨ªticas de su visita a Madrid?
R. En toda Europa, la gente se ha dado da cuenta de que la pol¨ªtica tradicional est¨¢ fracasando, como ponen de manifiesto las elecciones en Italia, donde las urnas han demostrado que las pol¨ªticas de austeridad no son aceptadas por los electores. He venido a Madrid para, junto con los compa?eros de Izquierda Unida y de la izquierda en Espa?a, as¨ª como la de otros pa¨ªses europeos como la coalici¨®n Syriza, de Grecia, contribuir con ellos a formular otra pol¨ªtica y una respuesta colectiva a la crisis.
P. ?Cu¨¢les son los principales obst¨¢culos para aplicar esta pol¨ªtica?
R. Los cinco puntos enunciados antes son esenciales, pero hay que a?adir que falta un programa de inversiones para Europa ya que se ha demostrado que con la pol¨ªtica de austeridad la econom¨ªa europea est¨¢ continuamente tocando fondo. Se trata de liberar a la pol¨ªtica de los mercados financieros. Por el contrario, la mayor¨ªa de los Gobiernos europeos dicen que ¡°tenemos que recuperar la confianza de los mercados¡± es decir, lo que cuentan a la gente es que ¡°hemos de recobrar la confianza de los bandidos¡±. No se dan cuenta de que nadie puede dirigirse a los groupieres de los casinos cuando uno quiere crear y poner orden en las finanzas y la econom¨ªa. Hoy en d¨ªa los bancos se siguen llamando bancos pero, en realidad, debieran llamarse garitos o casinos.
P. ?Admite cierto grado de injerencia pol¨ªtica en esta visita suya?
R. No quiero sobrestimar la importancia de mi visita: he sido invitado por mis amigos de la izquierda espa?ola y por eso he venido; me alegro de que la izquierda aqu¨ª, en los sondeos, gane cada vez m¨¢s apoyo social, como sucede en Grecia y quisiera contribuir a que la pol¨ªtica de austeridad que se est¨¢ aplicando en Espa?a pierda el apoyo de los votantes; la pol¨ªtica no debe ser objeto de transacci¨®n comercial y la izquierda es un movimiento contra esa forma comercial de entender la pol¨ªtica, como una cosa que se pueda comprar y vender.
P. ?Cree o no posible en Espa?a rentabilizar, para una opci¨®n pol¨ªtica nueva, el voto que huya del PSOE y no vaya a parar a Izquierda Unida?
R. Todos los pa¨ªses de Europa la gente busca alternativas, tambi¨¦n en Espa?a. A mi juicio, la alternativa no debe repetir los errores que la izquierda ha cometido en los ¨²ltimos a?os en Europa donde ha seguido la senda del neoliberalismo. Por eso la izquierda de Blair, Schroeder o Zapatero ha perdido las elecciones y la tragedia se repite una y otra vez. La izquierda que nosotros representamos quisiera poner en marcha e iniciar algo nuevo: algo que pasa por intentar defender los intereses de la mayor¨ªa de la poblaci¨®n; esa es la definici¨®n de lo que es democracia. Pericles dijo en Atenas que la democracia es un sistema donde los intereses de la mayor¨ªa son los que acaban por imponerse. Como vemos que en Europa no acaban por imponerse esos intereses de la mayor¨ªa, en rigor en Europa no vivimos bajo un r¨¦gimen democr¨¢tico.
P. A su juicio, ?qu¨¦ pecados ha cometido la izquierda europea en general para llegar a la situaci¨®n presente?
R. El capitalismo es como un gran pulpo con numerosos brazos y con ellos rodea a los pol¨ªticos. La izquierda ha tolerado durante demasiado tiempo dejarse estrechar por esos tent¨¢culos y no debe cometer esos pecados porque de esa manera fracasa y fracasar¨¢ siempre.
La democracia hay que definirla siempre desde el punto de vista de sus resultados, que han de ser los de la defensa de los intereses de la mayor¨ªa. Ahora mismo, la pol¨ªtica europea representa los intereses de los bancos. M¨¢s del 90% de todas las ayudas que han ido a Grecia han acabado en manos de los bancos; es decir, a los bolsillos de los que m¨¢s tienen.
P. ?Se considera capaz de convencer al mundo del dinero de que detr¨¢s de la econom¨ªa, de cada decisi¨®n econ¨®mica, est¨¢ la sociedad?
R. Hay una frase del escritor norteamericano Sinclair que dice que resulta muy dif¨ªcil convencer a alguien de algo que, de ser comprendido, puede implicar una reducci¨®n de su patrimonio y de sus ingresos. Los ejecutores de las ¨®rdenes bancarias dicen que no quieren aplicarlas, pero no tienen salida. Eso demuestra que las instituciones se hacen m¨¢s poderosas que las personas. Incluso los que gestionan la industria financiera se est¨¢n convirtiendo en esclavos de esa misma maquinaria y eso es lo que hace tan dif¨ªcil liberarles de esa forma de pensar.
P. ?C¨®mo propone redimir esos pecados de la izquierda e impedir su repetici¨®n?
R. Es la pregunta m¨¢s dif¨ªcil de todas porque tambi¨¦n los pol¨ªticos est¨¢n muy influidos por el tiempo y la sociedad en que viven. Por lo tanto, la cuesti¨®n es siempre la misma: en alg¨²n momento hay que parar ese flujo del r¨ªo que predetermina los acontecimientos. Hay momentos de la Historia en los cuales las ventanas para hacer cosas se abren. A lo mejor eso mismo pasa ahora en Espa?a. Es obvio que el sistema financiero tal como funciona hoy puede quebrar en cualquier momento y eso puede abrir a la izquierda la posibilidad de no repetir los errores del pasado. La sociedad tiene que tener cuidado de que no aparezca un nuevo B¨¢rcenas¡. O dicho de otra forma, la izquierda no debe venderse.
P. En Espa?a, desde la izquierda, la percepci¨®n pol¨ªtica del papel de Alemania generalmente se contempla con preocupaci¨®n e inquietud crecientes. ?Qu¨¦ puede hacer su partido para cambiar esta percepci¨®n?
R. Es importante que los espa?oles sepan que en Alemania hay gente que apuesta por una pol¨ªtica diferente de la que desde all¨ª se aplica. Y en segundo lugar, los espa?oles deben darse cuenta de que el neoliberalismo no es una particularidad alemana ya que todos o casi todos los Gobierno europeos han aplicado pol¨ªticas neoliberales de una forma u otra. Lo que ha permitido a los alemanes salir mejor parados de esta pol¨ªtica es que tienen una industria exportadora muy fuerte, ello hace que Alemania tenga una mejor posici¨®n. Pero, por otra parte, tambi¨¦n en Alemania sufren los jubilados, los pensionistas y los perceptores de rentas sociales; por eso Die Linke, La Izquierda, siempre dice que el conflicto no es entre Espa?a y Alemania o Francia y Alemania, sino entre los intereses de la mayor¨ªa y los de la minor¨ªa, la industria financiera, pugna que se dan en todos los pa¨ªses.
P. ?Por qu¨¦ raz¨®n, de las no conocidas, el Gobierno federal de Berl¨ªn insiste en la pol¨ªtica de austeridad en lugar de apostar por el crecimiento?
R. En Alemania, los pol¨ªticos que gobiernan hoy est¨¢n convencidos de que el ahorro es lo que va a generar despu¨¦s el crecimiento. Y solamente va a cambiar esta forma de entender la econom¨ªa cuando en Alemania empiecen a acumularse s¨ªntomas similares a los que ya conocemos en los pa¨ªses del Sur de Europa.
P. ?Es posible tal cambio?
R. Alemania est¨¢ econ¨®micamente muy unida a Europa. Y es un espejismo pensar que en el resto del continente pueda estancarse la econom¨ªa y prosperar solo en Alemania. Estamos asistiendo a un momento en que los problemas acumulados o visibles del Sur europeo se est¨¢n reproduciendo o est¨¢n repercutiendo sobre la econom¨ªa alemana y en alg¨²n momento la se?ora Merkel tendr¨¢ que tenerlo en cuenta.
P. ?Cu¨¢ndo?
R. Ya me gustar¨ªa a m¨ª saberlo, pero no hay que abandonar la esperanza. En el a?o 2008, inmediatamente despu¨¦s de la quiebra de Lehman Brothers, estuvieron diciendo tonter¨ªas y tardaron cierto tiempo hasta que tuvieron que adoptar medidas keynesianas. Antes dec¨ªan que no se pod¨ªan aplicar esas pol¨ªticas y luego no han tenido m¨¢s remedio que restablecerlas.
P. Existe la creencia de que la econom¨ªa espa?ola se encuentra ante un dilema: o bien, gracias a las buenas infraestructuras, se pretende que Espa?a pueda convertirse en la trastienda de la industria alemana, como Berl¨ªn propondr¨ªa, o bien, se trata de transformarla en econom¨ªa de casino, f¨®rmula que proponen los anglo-norteamericanos. ?Qu¨¦ piensa?
R. El bienestar se genera con producci¨®n, no con papel financiero.
P. ?Cree que Obama prefiere una Europa d¨¦bil o una Europa fuerte?
R. Solo puedo contestar esa pregunta si supiera los valores de referencia de Obama. Si ha interiorizado el principio competitivo entre las potencias, es posible que prefiera una Europa d¨¦bil; si, no obstante, cree que Estados Unidos necesita aliados para conseguir objetivos que ellos solos ya no pueden obtener, tal vez desarrolle un esp¨ªritu m¨¢s cooperativo con Europa. Tras los errores y fallos cometidos en Irak y Afganist¨¢n, ello le ha levado seguramente a concluir que necesita aliarse con Europa. Pero podr¨ªa ser que Wall Street estuviera interesado en un euro d¨¦bil, en cuyo caso ya no podr¨ªa decir qu¨¦ es lo que pueda pensar Obama; al final lo que prevalecer¨ªa ser¨ªa lo que Wall Street quiera. Estamos en una situaci¨®n en la cual, en los Estados Unidos, la pol¨ªtica est¨¢ todav¨ªa m¨¢s infiltrada por la econom¨ªa que en Europa.
P. ?Qu¨¦ puede ofrecer la izquierda europea al movimiento de los indignados?
R. Tiene que buscar el di¨¢logo con ellos y demostrar a la poblaci¨®n que est¨¢ implicada en conseguir los objetivos que plantean su movimiento. Por eso el principal reto de la izquierda es la de ser convincente. Los indignados se alejar¨¢n de la izquierda si no lo demuestra. Se tiene que tomar en serio sus reivindicaciones.
P. ?Alguna sugerencia o propuesta de organizaci¨®n desde la izquierda para los indignados?
R. No estoy muy seguro de que un partido pol¨ªtico pueda hacerle propuestas de organizaci¨®n a un movimiento, Adem¨¢s, a ellos no les suele gustar recibir ese tipo de proposici¨®n. Por eso, lo que nos queda es reaccionar de forma convincente a las demandas de esos movimientos.
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