Viaje al epicentro del chavismo
Barinas, su regi¨®n natal, es un escenario clave en la evoluci¨®n personal y pol¨ªtica del caudillo y en las intrigas familiares que sostienen su poder
?D¨®nde est¨¢ Ch¨¢vez? La pregunta que recorre Venezuela halla una respuesta casi un¨¢nime entre las personas mejor informadas de Barinas, el Estado natal del presidente: la Hacienda Las Matas.
Se trata de un predio de 500 hect¨¢reas a unos 40 kil¨®metros de la ciudad de Barinas, la capital hom¨®nima de la provincia. Durante muchos a?os su propietario fue David Coir¨¢n, empresario y expresidente de la empresa el¨¦ctrica del Estado durante el segundo Gobierno del socialdem¨®crata Carlos Andr¨¦s P¨¦rez (1989-1992). Coir¨¢n hizo de la finca uno de los centros pioneros de la cr¨ªa de b¨²falos. Pero en 2009 la vendi¨® y termin¨® en poder de PDVSA, la empresa petrolera estatal.
Bajo la gesti¨®n de la empresa petrolera, Las Matas dej¨® de ser productiva. De hecho, se convirti¨® en coto de veraneo de la familia Ch¨¢vez. Se hicieron mejoras en las cuatro casas que hab¨ªa. Se agreg¨® un helipuerto con se?alizaci¨®n nocturna y un camino asfaltado. El a?o pasado, el propio presidente solicit¨® una nueva remodelaci¨®n, que inclu¨ªa la construcci¨®n de una sala cl¨ªnica con equipos m¨¦dicos. Tal vez fuera cierto que el l¨ªder revolucionario contemplara la posibilidad de retirarse a completar su convalecencia aqu¨ª. De la querencia que desarroll¨® por el lugar habla con elocuencia el hecho de que las dos ¨²ltimas veces que visit¨® Barinas, en 2012, opt¨® por hospedarse en la hacienda, en lugar de la finca familiar, La Chavera, o de la residencia del gobernador, su hermano Ad¨¢n Ch¨¢vez.
Sin embargo, en su m¨¢s reciente paso por el terru?o, el anhelo del ex teniente coronel se vio empa?ado por una contrariedad: las obras de reforma no fueron de su agrado. Reconvino con acritud a Pedro Jim¨¦nez Giusti, a quien se las hab¨ªa encargado. Jim¨¦nez Giusti es un paisano barin¨¦s, excapit¨¢n del ej¨¦rcito que dej¨® las armas tras participar en la asonada golpista comandada en 1992 por Ch¨¢vez para derrocar el Gobierno de Carlos Andr¨¦s P¨¦rez. Luego se reconvirti¨® en gerente de PDVSA.
El r¨ªo Santo Domingo bordea el linde oriental del cortijo, que por otro costado comparte vallado con el contiguo Hato Corocito, que pertenece al exministro del Interior y actual gobernador del Estado de Gu¨¢rico, Ram¨®n Rodr¨ªguez Chac¨ªn.
Rodr¨ªguez Chac¨ªn es un exoficial de la Armada que form¨® parte de los comandos de ¨¦lite que en los a?os ochenta se enfrentaban a las guerrillas colombianas activas en la frontera suroeste de Venezuela. Con el tiempo, los meandros del destino dieron un raro giro y pusieron al capit¨¢n de nav¨ªo, ya en retiro, a congeniar con sus antiguos enemigos. Hoy se le conoce como uno de los interlocutores oficiosos del chavismo con las FARC colombianas. En 2008 le toc¨® representar al Gobierno venezolano en la operaci¨®n para recibir en territorio colombiano la liberaci¨®n de una de las rehenes m¨¢s famosas de las FARC, Clara Rojas.
Fue en el Hato Corocito de Rodr¨ªguez Chac¨ªn donde Tirofijo y Mono Jojoy ¡ªel primero, fundador de las FARC, y ambos comandantes ya desaparecidos de la guerrilla colombiana¡ª se hospedaron para reunirse con Ch¨¢vez entre 2006 y 2008.
Las afueras de la Hacienda Las Matas mostraban este jueves un panorama de tranquilidad. No hab¨ªa ni guardias ni alcabalas. Una cuadrilla de obreros de la petrolera PDVSA hac¨ªa trabajos en la carretera colindante que conduce hasta el ¨¢rea de producci¨®n de San Silvestre. Los lugare?os relatan que cada vez que el presidente Ch¨¢vez llega, se nota mucho movimiento de helic¨®pteros y tropas. Pero en estos d¨ªas nada as¨ª se ha registrado.
Aunque es posible que el presidente Ch¨¢vez haya dejado su coraz¨®n enterrado en Las Matas, no parece que pase su convalecencia aqu¨ª. El rumor, que contradice las versiones oficiales que lo tienen en una habitaci¨®n del Hospital Militar de Caracas, no se corresponde con los hechos.
Quiz¨¢, en cambio, sea la expresi¨®n de un deseo local: los barineses est¨¢n convencidos de que su regi¨®n desempe?ar¨¢ un papel protag¨®nico en el desenlace de la historia de intrigas en que se convirti¨® la salud de Ch¨¢vez desde su operaci¨®n de c¨¢ncer en La Habana, el 11 de diciembre pasado, y su posterior gravedad, reconocida a rega?adientes y cuentagotas por su Gobierno.
En Barinas, a pocos se les escapan detalles del entorno que alimentan todo tipo de teor¨ªas de conspiraci¨®n. Por ejemplo, ?por qu¨¦ los padres del comandante Ch¨¢vez, el exgobernador Hugo de los Reyes Ch¨¢vez y Elena Fr¨ªas, permanecen en la capital de provincia en vez de estar al lado del enfermo en Caracas? El padre, el maestro Ch¨¢vez, debi¨® operarse por una apendicitis en el Hospital Militar de Caracas apenas unos d¨ªas antes del regreso de su hijo m¨¢rtir. ?Por qu¨¦ no lo esper¨® all¨¢? ?Y qu¨¦ decir de Narciso Ch¨¢vez, Nacho, uno de los hermanos menores del presidente? Sigue en una suerte de exilio interior en Barinitas, una poblaci¨®n justo al pie del monte andino, luego de que durante la reciente campa?a electoral figurara como una especie de ayuda de c¨¢mara del candidato-presidente.
Tambi¨¦n se espera que la enfermedad del presidente obre otro milagro: la reconciliaci¨®n entre Ad¨¢n y Argenis, dos de los hermanos de Ch¨¢vez. Desde hace alg¨²n tiempo libran una batalla campal por el control pol¨ªtico del Estado, batalla que por ahora gana Ad¨¢n, actual gobernador de Barinas por segundo periodo consecutivo. Argenis fue el hombre fuerte durante la administraci¨®n del patriarca, Hugo de los Reyes, de 80 a?os de edad, gobernador de 1999 a 2008. Pero cuando el mandato del padre expir¨®, Hugo Ch¨¢vez desatendi¨® las aspiraciones de Argenis e impuso como sucesor a Ad¨¢n, su hermano mayor, exministro y exembajador en Cuba, quien adoctrin¨® al presidente en materia pol¨ªtica.
Desde su despacho, Ad¨¢n se ocup¨® de desalojar a todos los fieles de Argenis: funcionarios, contratistas, operadores, informantes. Hugo tampoco se llevaba bien con Argenis, trasladado desde 2011 a Caracas para hacerse cargo de una de las ¨¢reas de gesti¨®n m¨¢s deficientes del Gobierno chavista, el suministro el¨¦ctrico. El d¨ªscolo hermano le dej¨® un moret¨®n en el ojo al presidente en 2002 al final de una discusi¨®n.
¡°Ellos pelean en la pol¨ªtica, pero se respetan en familia¡±, asegura Antonio Bastidas, exdiputado y dirigente del opositor Un Nuevo Tiempo (UNT) en Barinas. Bastidas comparti¨® en su juventud con los Ch¨¢vez, vecinos en la urbanizaci¨®n Rodr¨ªguez Dom¨ªnguez de la capital regional. ¡°Argenis al final va a morir con la familia¡±, apuesta Bastidas, ¡°y yo estoy seguro de que los Ch¨¢vez se van a convertir en una tercera corriente dentro del chavismo, distinta de las de Nicol¨¢s Maduro y Diosdado Cabello; despu¨¦s de todo, ?qui¨¦n m¨¢s puede decir que tiene la sangre del l¨ªder?¡±.
El vaticinio abarca tambi¨¦n a An¨ªbal Ch¨¢vez, otro hermano del presidente con quien mantuvo diferencias. Hoy es alcalde de Sabaneta por el gubernamental Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), a pesar de que en 1992 fue expulsado del MBR200, el movimiento c¨ªvico-militar que, con base en una logia castrense, sirvi¨® de plataforma para el fallido golpe de ese a?o. ?El motivo de la sanci¨®n? Que An¨ªbal acept¨® ese a?o el cargo de director de Educaci¨®n en la gobernaci¨®n del democristiano Gerhard Cartay.
Sabaneta, a 25 kil¨®metros al noreste de Barinas, es la Jerusal¨¦n de la revoluci¨®n. All¨ª naci¨® Ch¨¢vez y vivi¨® su infancia. Es un baluarte familiar, y las obras p¨²blicas m¨¢s importantes con que el presidente busc¨® engalanarlo rinden homenaje a la estirpe. En la c¨¦ntrica esquina donde estuvo la casa de paredes de barro y piso de tierra donde Ch¨¢vez se cri¨®, ahora se levanta un mod¨¦lico centro de educaci¨®n preescolar bautizado Mam¨¢ Rosa, en recuerdo de la abuela paterna del l¨ªder. La ¨²nica calle nueva que se construy¨® lleva el nombre de Pedro P¨¦rez Delgado, Maisanta, un legendario caudillo de montoneras del principio del siglo XX, antepasado de Ch¨¢vez.
No deber¨ªa extra?ar entonces que Sabaneta vuelva a ser la zona cero del culto al presidente. ¡°Hugo Ch¨¢vez entreg¨® la vida por esto y si se levanta va a seguir en la lucha¡±, dice en la plaza de Bol¨ªvar de Sabaneta Alfredo Aldana, uno de los m¨¢s fervientes seguidores de Ch¨¢vez, exentrenador deportivo, que form¨® parte del s¨¦quito de seguridad del presidente cuando este se present¨® por primera vez como candidato, en 1998. ¡°Un Hugo Ch¨¢vez solo nace cada 100 a?os¡±.
Telma Torres es una novia de juventud del comandante. No tiene empacho en confesar que, casado Ch¨¢vez en primeras nupcias con Nancy Colmenares y ella misma tambi¨¦n en matrimonio, el entonces oficial del ej¨¦rcito sigui¨® busc¨¢ndola: ¡°Yo le marqu¨¦ en el amor¡±.
A Telma Torres, un jovenc¨ªsimo Ch¨¢vez le prometi¨® una vez ¡°que iba a ser ministro de la Defensa¡±. Aldana, por su parte, una vez presenci¨® c¨®mo el futuro presidente, que ven¨ªa a la banca luego de jugar b¨¦isbol bajo la can¨ªcula llanera, encontr¨® que no hab¨ªa agua para refrescarse, tir¨® al piso el envase vac¨ªo y jur¨® con ira que ¡°alg¨²n d¨ªa ser¨ªa alguien importante para que no siguieran pasando cosas as¨ª¡±.
Un cierto sentido de la predestinaci¨®n atraviesa la par¨¢bola de Hugo Ch¨¢vez en Sabaneta. Aunque no quiere decir que desde siempre se venerara su memoria con anticipaci¨®n. Ricardo Aro, un memorioso militante de izquierda, recuerda que en 1986 Ch¨¢vez, para la fecha capit¨¢n del ej¨¦rcito y comandante de un batall¨®n acantonado en la poblaci¨®n de Elorza, en el Estado de Apure, organiz¨® una cabalgata de 500 kil¨®metros desde ese pueblo hasta el campo de Carabobo, para seguir el trayecto que 165 a?os antes hab¨ªa hecho el pr¨®cer independentista Jos¨¦ Antonio P¨¢ez con sus lanceros. Cuando pas¨® por su Sabaneta natal, Ch¨¢vez enterr¨® en plena plaza de Bol¨ªvar una c¨¢psula del tiempo que, dentro de un cilindro met¨¢lico, conten¨ªa un mensaje conmemorativo de la parada. Con las obras de remodelaci¨®n posteriores en la plaza, el pergamino fue a dar a un botadero de basura, de donde lo rescat¨® Israel Ch¨¢vez, otro primo del militar.
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