Portugal grita un multitudinario basta a la pol¨ªtica de austeridad
Cientos de miles de personas se manifiestan en contra de las recetas de la troika
Portugal ha vuelto a salir a la calle para rechazar los recortes, la austeridad a mansalva y la pol¨ªtica de ajuste que mes a mes, d¨ªa a d¨ªa, ha empeorado su vida hasta hacerla irreconocible. Y lo ha hecho de forma masiva, pac¨ªfica y exultante, en una emocionante manifestaci¨®n de cientos de miles de personas que tal vez constituya la mayor marcha jam¨¢s celebrada en Lisboa, detr¨¢s de una pancarta que dec¨ªa, simplemente: ¡°El pueblo es el que manda¡±. Y cuando la manifestaci¨®n lleg¨® a la hermos¨ªsima plaza del Terreiro do Pa?o, abierta al estuario del Tajo, casi al atardecer, todos, como una sola e impresionante voz, cantaron Gr?ndola Vila Morena, el viejo s¨ªmbolo de la Revoluci¨®n de los Claveles, resucitada ahora y reconvertida en himno moderno contra el Gobierno, contra los recortes, contra la troika y contra la vida precaria y el futuro sin horizonte. Los m¨¢s j¨®venes llevaban la letra apuntada en unos folletos que se pasaron de mano en mano. Los mayores se la sab¨ªan de memoria. Muchos enarbolaron claveles rojos en el pu?o en alto. Muchos otros lloraron al cantarla.
Hubo manifestaciones en cerca de treinta ciudades. Los organizadores aseguraron que en Oporto, por ejemplo, hab¨ªan participado cerca de 400.000 personas. Y muchas m¨¢s en Lisboa. Sumadas todas, seg¨²n los convocantes, m¨¢s de 1.550.000 personas. Pero, m¨¢s all¨¢ de los n¨²meros y las exageraciones, lo que es cierto es que Portugal ha vuelto a salir a la calle. Ya lo hizo el pasado 15 de septiembre y lo ha vuelto a hacer, convocados por la misma asociaci¨®n civil, creada hace meses, independiente de los partidos pol¨ªticos y los sindicatos, el grupo Que se lixe a troika (Que le den a la troika), formado por 130 integrantes que componen una radiograf¨ªa no del todo infiel de la sociedad portuguesa, ya que entre sus filas se cuentan, entre otros, funcionarios, profesores, parados, aut¨®nomos, cantantes o actores.
Entonces, el 15 de septiembre, la masiva respuesta de los portugueses consigui¨® que el Gobierno del conservador Pedro Passos Coelho reculara y se olvidara de una proyectada rebaja general de sueldos. Despu¨¦s, pasado el calent¨®n popular, aprob¨® una brutal subida de impuestos alegando que no hab¨ªa otro remedio si se quer¨ªa conseguir el objetivo del d¨¦ficit y cumplir con los compromisos. Ahora, los portugueses han vuelto a decir basta y la pelota vuelve al tejado del Gobierno. La manifestaci¨®n fue una marea inmensa compuesta de jubilados que se quejan del recorte de sus pensiones, de empleados de la sanidad p¨²blica que protestan por su desmantelamiento, estudiantes que abominan de tener que emigrar por falta de oportunidades y de gente que se siente estafada, harta y que vive mucho peor que hace casi dos a?os, cuando el pa¨ªs fue rescatado por la troika (BCE, FMI, UE).
Ni la fecha ni el lugar de la manifestaci¨®n ha sido casual. Hace casi una semana que, precisamente, los representantes de la troika se encuentran en Lisboa, y su cuartel general es el Ministerio de Finanzas portugu¨¦s, situado a un paso del Terreiro do Pa?o. Desde que llegaron, como han hecho en las seis ocasiones anteriores, han inspeccionado cuentas p¨²blicas, se han entrevistado con quienes las manejan (y con los l¨ªderes de la oposici¨®n y los sindicatos). Pronto se encontrar¨¢n listos para dar las directrices necesarias para que el macropr¨¦stamo pedido por Portugal en 2011 a fin de escapar de la bancarrota siga afluyendo seg¨²n los plazos previstos.
Tampoco esta es una visita normal de la troika. Desde el principio, ha estado envuelta en expectaci¨®n y pol¨¦mica. Los medios portugueses deslizan la idea de que el Gobierno portugu¨¦s trata ya de cambiar levemente de rumbo y abandonar algo la austeridad a machamartillo que, paulatinamente, hunde al pa¨ªs en una espiral recesiva (la econom¨ªa se contraer¨¢ este a?o cerca de un 2%, casi el doble de lo previsto por el Gobierno en septiembre, y el paro ya ha superado el 17%).
De hecho, el lunes, el Gobierno portugu¨¦s solicitar¨¢ en el Eurogrupo un a?o m¨¢s para cumplir el d¨¦ficit acordado y m¨¢s tiempo tambi¨¦n para pagar los intereses de la deuda. Es decir: Portugal suplica aire, algo que hasta ahora su primer ministro, el conservador Pedro Passos Coelho, se hab¨ªa negado a admitir, convencido de que la ¨²nica v¨ªa era dar vueltas de tuerca cada vez m¨¢s apretadas a la econom¨ªa y a la poblaci¨®n portuguesas. Por lo pronto, esta misma poblaci¨®n portuguesa, harta, ha salido hoy a la calle en masa para, firme y pac¨ªficamente, frente al cuartel general de la troika, gritar ¡°basta¡± en forma de canci¨®n con memoria.
Abril est¨¢ al llegar
Una mujer portaba un cartel original elaborado por ella misma en la manifestaci¨®n de hoy: "El 25 de abril que hizo mi padre lo voy a tener que volver a hacer yo". La mujer se llama Isabel Mora, tiene 46 a?os y perdi¨® a su padre hace cinco meses. "?l luch¨® mucho por la libertad de Portugal, y sali¨® a la calle el 25 de abril de 1974, cuando la Revoluci¨®n de los Claveles. Por eso siento que ten¨ªa que escribir esto, porque ¨¦l pele¨® por unos derechos que me est¨¢n recortando y que yo tengo que legar a mi hija, que tiene 16 a?os y que por cierto es esta de aqu¨ª". La hija portaba otro cartel casero que dec¨ªa simplemente: "Estoy triste por mi pa¨ªs". Al lado, una amiga portaba otro que rezaba: "Abril est¨¢ al llegar". La identificaci¨®n de esta ola de protestas con la revoluci¨®n que trajo la democracia a Portugal es enorme. De hecho, muchos de los organizadores de la manifestaci¨®n, integrantes del grupo civil Que se lixe a troika participaron hace dos semanas en el coro que cant¨® Gr?ndola Vila Morena en el Parlamento, interrumpiendo al primer ministro, que hablaba en ese momento de recetas econ¨®micas para salir de la crisis. Pero no todo ha sido tan indignadamente po¨¦tico en la marcha de hoy. Un hombre mayor portaba un cartel con un tono cabreado bien distinto: "En esta pancarta no hay espacio para poner a tanto hijo de puta".
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