Espa?a quiere pasar p¨¢gina de su tormentosa historia con Ch¨¢vez
Tras dudar si asistir ¨¦l mismo, Rajoy ha decidido enviar al Pr¨ªncipe al funeral en Caracas. Margallo y Moncloa evitan elogiarle
El Gobierno espa?ol ha medido muy bien sus palabras sobre Hugo Ch¨¢vez. En el comunicado difundido el mi¨¦rcoles por el Ministerio de Asuntos Exteriores se calificaba al fallecido jefe del Estado venezolano de ¡°personaje pol¨ªtico que ha tenido una gran influencia en Iberoam¨¦rica¡±. Casi en los mismos t¨¦rminos se expres¨® el presidente Mariano Rajoy en su telegrama de p¨¦same: con Ch¨¢vez, dijo, ¡°desaparece una de las figuras m¨¢s influyentes de la historia contempor¨¢nea de Venezuela¡±. La influencia puede ser positiva, pero tambi¨¦n negativa.
El Rey, en su telegrama de condolencias, lleg¨® casi al l¨ªmite del elogio al subrayar la ¡°dedicaci¨®n¡± de Ch¨¢vez a su pa¨ªs, mientras que el ministro Jos¨¦ Manuel Garc¨ªa-Margallo eligi¨® un t¨¦rmino m¨¢s inocuo: lo calific¨® de ¡°personaje singular¡±.
No es ning¨²n secreto que el PP est¨¢ en las ant¨ªpodas ideol¨®gicas del l¨ªder bolivariano, pero incluso en la etapa de Zapatero las relaciones no han sido nunca f¨¢ciles. Pese a ello, se trata de un pa¨ªs muy importante para Espa?a, por razones tanto econ¨®micas (la balanza comercial ronda los 3.000 millones) como humanas (m¨¢s de 150.000 espa?oles residen en Venezuela).
Esta ambivalencia se reflejaba en la noche del mi¨¦rcoles en las dudas sobre qui¨¦n representar¨¢ a Espa?a en los funerales previstos para ma?ana en Caracas, aunque la presencia de la pr¨¢ctica totalidad de los mandatarios iberoamericanos inclinaba la balanza por una delegaci¨®n del m¨¢ximo nivel, encabezada por el Pr¨ªncipe (ante la imposibilidad de que viaje el Rey) como as¨ª ser¨¢ finalmente, seg¨²n ha confirmado Moncloa este jueves.
En lo que coincid¨ªan los telegramas del Rey y Rajoy es en el destinatario: el vicepresidente Nicol¨¢s Maduro, lo que significa que no se cuestiona la sucesi¨®n al frente del Estado bolivariano, a pesar de que la Constituci¨®n venezolana apuntase otra cosa.
El ministro de Exteriores, Jos¨¦ Manuel Garc¨ªa-Margallo, que firm¨® en el libro de condolencias de la Embajada venezolana en Madrid, apost¨® porque la transici¨®n se desarrolle ¡°con tranquilidad, serenidad y paz¡± y subray¨® la voluntad de estrechar relaciones bilaterales.
Venezuela es un pa¨ªs importante para Espa?a por razones econ¨®micas y tambi¨¦n humanas
Tras la llegada del PP al poder, y en buena parte debido a la larga enfermedad de Ch¨¢vez, dichas relaciones han estado congeladas. La primera entrevista entre Margallo y su hom¨®logo venezolano, El¨ªas Jaua, se produjo en enero en Santiago de Chile, con motivo de la cumbre entre la UE y Am¨¦rica Latina. Los ministros decidieron en aquel encuentro relanzar las relaciones bilaterales y ¡°resolver los contenciosos a¨²n pendientes¡±; entre los que figuran la repatriaci¨®n de los beneficios de las empresas espa?olas con inversiones en Venezuela (agravado con la devaluaci¨®n del bol¨ªvar) y el hist¨®rico conflicto de la expropiaci¨®n de fincas a espa?oles. El primer paso de esta nueva etapa era la visita que el secretario de Estado para Iberoam¨¦rica, Jes¨²s Gracia, iba a hacer el 18 de marzo a Caracas y que la muerte de Ch¨¢vez deja en el aire.
Atr¨¢s ha quedado, en todo caso, la tormentosa etapa del mandato de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, al que Ch¨¢vez culpaba por haber apoyado el golpe de Estado que intent¨® derrocarlo en 2002. Fueron precisamente sus cr¨ªticas a Aznar las que llevaron al Rey a espetar al venezolano el poco diplom¨¢tico ¡°?por qu¨¦ no te callas?¡± en la cumbre de Santiago de Chile de 2007. Aunque el incidente parec¨ªa marcar un punto de ruptura entre los dos pa¨ªses, la tensi¨®n se disolvi¨® como un azucarillo cuando, ocho meses despu¨¦s, el Rey recibi¨® a Ch¨¢vez en Palma de Mallorca entre bromas y risas.
Lo que no se consigui¨® disipar entonces fueron los problemas de fondo, como la negativa de Venezuela a extraditar a etarras residentes en su pa¨ªs, como Arturo Cubillas, o las sospechas de colaboraci¨®n entre ETA y la guerrilla colombiana de las FARC. Ello no impidi¨® que Venezuela comprara ocho buques militares por 1.200 millones de euros, en una de las operaciones m¨¢s rentables para los astilleros espa?oles.
No es la ¨²nica paradoja. Aunque Ch¨¢vez fue un precursor de las nacionalizaciones, la petrolera espa?ola Repsol ha operado sin problemas en Venezuela.
Ch¨¢vez era, en palabras de Margallo, un personaje singular al que el Gobierno espa?ol no echar¨¢ de menos.
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