?El Papa a las Islas Malvinas?
El apostol prefecto cat¨®lico de las islas recibe con alegr¨ªa la elecci¨®n de un pont¨ªfice argentino
Monse?or Michael Bernard McPartland, el ap¨®stol prefecto cat¨®lico de las Malvinas e islas varias del Atl¨¢ntico Sur, no responde a ninguna di¨®cesis, a ning¨²n obispo. Responde solo a las ¨®rdenes del Papa. Reconoci¨® sin embargo esta ma?ana cuando habl¨¦ con ¨¦l en la puerta de la iglesia de Saint Mary¡¯s en la capital malvinense de Stanley, minutos despu¨¦s de que celebrara su misa diaria, que hab¨ªa respondido a la noticia inicial de que el nuevo pont¨ªfice era argentino con una cierta confusi¨®n.
¡°?C¨®mo responder¨ªa la gente aqu¨ª a la noticia? me pregunt¨¦. Pero despu¨¦s reflexion¨¦ que pronto todo el mundo se olvidar¨ªa de su nacionalidad y que ¨¦l actuar¨ªa, con absoluta seguridad, no en representaci¨®n de un pa¨ªs sino de la iglesia universal.¡±
La verdad parece ser que cuanto m¨¢s el monse?or McPartland reflexiona sobre Francisco I m¨¢s se entusiasma con su nombramiento. En la misa, a la que acudieron tres feligreses malvinenses, anunci¨® que le daba la bienvenida al Papa, que la noticia hab¨ªa que recibirla con alegr¨ªa y con el deseo de que Dios le diera la fuerza necesaria para asumir los grandes desaf¨ªos que la Iglesia tiene por delante.
El monse?or, que es de nacionalidad inglesa pero lleva 10 a?os en las Malvinas, me invit¨® despu¨¦s a m¨ª y a tres otros periodistas, uno de ellos argentino, a tomar caf¨¦ y galletas en la cocina de su peque?a residencia al lado de la iglesia. Le pregunt¨¦ si consideraba que el Papa podr¨ªa servir como puente entre Argentina y las Islas Malvinas, si la iglesia cat¨®lica podr¨ªa quiz¨¢ ayudar a suavizar las tensas relaciones generadas por la ancestral contradicci¨®n entre el reclamo de soberan¨ªa que mantiene el gran pa¨ªs vecino sobre las islas y la f¨¦rrea lealtad de los isle?os a la corona brit¨¢nica.
¡°Totalmente de acuerdo. Deber¨ªamos hacerlo. La iglesia est¨¢ por encima de estos conflictos y s¨ª podr¨ªa ofrecerse como un medio para el di¨¢logo,¡± respondi¨® el monse?or McPartland, que reconoce que solo hay 300 cat¨®licos en las Malvinas, de los cuales el diez por ciento son practicantes. ¡°Es m¨¢s,¡± prosigui¨® el prelado, ¡°es bastante probable que, siguiendo el precedente de sus antecesores, su primer viaje fuera del Vaticano sea a su pa¨ªs, a Argentina. En tal caso me gustar¨ªa invitarle a las Malvinas. Ser¨ªa grandioso que viniera.¡±
Es dudoso que el Papa aceptara tal invitaci¨®n ya que el precio pol¨ªtico de visitar a sus 30 fieles malvinenses ser¨ªa elevado. El Gobierno de la presidenta Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner no ver¨ªa con buenos ojos semejante gesto de solidaridad con un territorio que considera ileg¨ªtimo e ilegal, usurpado, seg¨²n la versi¨®n oficial argentina, por ¡°piratas ingleses¡± en el a?o 1833.
Pero s¨ª existe un precedente de mediaci¨®n divina, por v¨ªa de la iglesia cat¨®lica, entre Argentina y las Islas Malvinas. Durante la guerra que se libr¨® en las islas en 1982 soldados argentinos que formaban parte de la fuerza militar que ocup¨® ¨C o, seg¨²n la versi¨®n preferida, recuper¨® ¨C la capital malvinense de Stanley se presentaron un d¨ªa en la iglesia de Saint Mary?s para o¨ªr misa. Seg¨²n cont¨® el monse?or McPartland, los soldados se sentaron ante al altar fuertemente armados. El cura brit¨¢nico destinado a las Malvinas en aquel momento le dijo a los soldados que la misa no comenzar¨ªa hasta que sacaran sus rifles del recinto. Un oficial argentino le contest¨® que esto no era posible, que estaban en guerra. El cura no estaba dispuesto a negociar. Rifles fuera o no habr¨ªa misa.
Al final los soldados argentinos se rindieron y depositaron sus rifles en un jard¨ªn fuera de la iglesia. Volvieron a entrar y el cura celebr¨® la misa. La iglesia que hoy encabeza un papa argentino logr¨® una peque?a victoria para la paz.
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