Oliver Metzner, el penalista que defendi¨® a la ¡®jet set¡¯ de Francia
Fue el letrado que tambi¨¦n se hizo cargo de la defensa del exdictador paname?o, Antonio Noriega, del hijo del dictador Nguema y del asesino de la actriz Marie Trintignant
El cuerpo del c¨¦lebre abogado penalista franc¨¦s Olivier Metzner fue hallado el domingo pasado, sobre las diez de la ma?ana, flotando en el mar junto a la isla que pose¨ªa en el golfo de Morbihan (Breta?a). La noticia, anunciada por la Gendarmer¨ªa, fue confirmada por el entorno profesional del letrado. Seg¨²n France Presse, los investigadores encontraron en la casa del abogado una carta en la que Metzner expresaba su voluntad de poner fin a su vida. Hace unos meses, el penalista hab¨ªa declarado que quer¨ªa vender la isla porque ten¨ªa, dijo enigm¨¢tico, ¡°otros planes¡±.
Nacido en Normand¨ªa en 1949, Metzner era uno de los penalistas m¨¢s prestigiosos de Francia, donde se le conoc¨ªa y se le tem¨ªa por su oratoria feroz, su tendencia a defender a cualquiera siempre que le pagara bien y su aguda inteligencia. A lo largo de los ¨²ltimos a?os, protagoniz¨® los casos penales m¨¢s importantes y medi¨¢ticos del pa¨ªs. Defendi¨® al ex primer ministro Dominique de Villepin en el caso Clearstream, y logr¨® su absoluci¨®n dos veces adem¨¢s de acusar a Nicolas Sarkozy de haber maquinado para lograr la condena del que fuera su gran rival en la pugna por la presidencia de Francia.
Pero tambi¨¦n represent¨® a J¨¦r?me Kerviel, el empleado de la Soci¨¦t¨¦ G¨¦n¨¦rale acusado de hacer perder a su banco 4.900 millones de euros con sus temerarias operaciones burs¨¢tiles; al exdictador paname?o Manuel Noriega, que tras pasar a?o y medio en las c¨¢rceles francesas tras ser condenado por blanquear dinero de la droga fue finalmente extraditado a su pa¨ªs; al cantante Bertrand Cantat, condenado por el asesinato de la actriz Marie Trintignant; a Teodor¨ªn Nguema, hijo del dictador de Guinea Ecuatorial, acusado de comprar bienes con dinero procedente de la corrupci¨®n; y al grupo petrolero suizo Vitol, sospechoso en el proceso de desv¨ªo de fondos del programa de la ONU en Irak Petr¨®leo por Alimentos.
Metzner fue el desencadenante principal del esc¨¢ndalo Bettencourt, que explot¨® en junio de 2010 con la publicaci¨®n en Mediapart y en Le Point de las transcripciones de las grabaciones clandestinas realizadas por el mayordomo de la anciana heredera del imperio L¡¯Or¨¦al. Metzner era, asimismo, el letrado de Fran?oise Bettencourt-Meyers, la ¨²nica hija de la millonaria, que encaus¨® al fot¨®grafo Fran?ois-Marie Banier por abusar de la debilidad de su madre para robarle, supuestamente, grandes cantidades dinero. El penalista anunci¨® un ¡°documento explosivo¡± unos d¨ªas antes de la publicaci¨®n de las cintas, y luego se supo que fue ¨¦l mismo quien propuso a su cliente que ordenara grabarlas.
El esc¨¢ndalo dio enseguida un clamoroso giro pol¨ªtico que provoc¨® la dimisi¨®n e imputaci¨®n del ministro de Trabajo, Eric Woerth, y que comprometi¨® a otros personajes cercanos a Bettencourt y a Woerth, incluido el expresidente Nicolas Sarkozy, quien finalmente se libr¨® de ser imputado por abuso de debilidad y financiaci¨®n ilegal gracias a la falta de pruebas materiales.
El abogado, conocido entre los periodistas de tribunales como un gran amante de los puros, que fumaba con delectaci¨®n durante los descansos de las sesiones en lo m¨¢s alto de la escalera del Palacio de Justicia, era especialista en derecho financiero, y en ese campo tuvo como clientes al Grupo Bouygues, a la compa?¨ªa a¨¦rea Continental, acusada del accidente del Concorde en Par¨ªs, y a la empresa Rina, que aprob¨® los certificados de navegabilidad del petrolero Erika.
En 2010, Metzner se compr¨® la isla de Bo?dic, en el golfo de Morbihan, en el sur de Breta?a, ¡°un lugar magn¨ªfico¡±, seg¨²n dec¨ªa. Pero la puso en venta a finales de 2012. ¡°Tengo otro proyecto que me interesa m¨¢s, soy un hombre de proyectos¡±, declar¨® entonces a France Presse. Poco despu¨¦s, en una entrevista a Le Figaro, se mostr¨® m¨¢s po¨¦tico: ¡°Tengo otro plan, quiero encontrarme todav¨ªa m¨¢s con el mar¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.