Una oleada de atentados marca el 10? aniversario de la guerra en Irak
Las zonas chi¨ªes han sido las m¨¢s devastadas, lo que representa una prueba m¨¢s de la escalada de la violencia sectaria en el pa¨ªs ¨¢rabe
Justo la v¨ªspera del d¨¦cimo aniversario de la invasi¨®n estadounidense que derrib¨® a Saddam Husein, Irak ha vuelto a revivir el infierno hoy martes. Entre las ocho y las diez de la ma?ana, una quincena de atentados dejaron en torno a 60 muertos seg¨²n la agencia Reuters ¡ª65 seg¨²n la televisi¨®n iraqu¨ª¡ª y dos centenares de heridos en Bagdad y varias localidades de las afueras de la capital iraqu¨ª. Una vez m¨¢s, el objetivo fueron barrios habitados por chi¨ªes, en un claro intento de reavivar la guerra sectaria que el pa¨ªs vivi¨® entre 2006 y 2008. Aunque nadie se ha responsabilizado de los ataques, grupos insurgentes sun¨ªes vinculados a Al Qaeda llevan varios meses tratando de capitalizar el malestar que esa comunidad arrastra desde la ocupaci¨®n.
La mayor parte de los atentados fueron perpetrados con coches bomba, seg¨²n fuentes policiales citadas por las agencias de noticias, pero tambi¨¦n hubo artefactos explosivos colocados junto a casas de comidas, e incluso en una plazoleta donde se dan cita los obreros a la espera de peonadas. El rosario de explosiones se extendi¨® desde Mashtal, Nueva Bagdad y Ciudad S¨¢der, en el este de Bagdad, hasta Mansur, al oeste, pasando por Al Kadhimiya, Shuala y Sadiya, en el norte. Incluso alcanz¨® la localidad de Iskandariya, situada a 50 kil¨®metros al sur de la capital.
En todos los casos, se trata de barrios, o zonas dentro de ellos, donde la poblaci¨®n ¨¢rabe chi¨ª es mayoritaria. Los grupos insurgentes sun¨ªes atacan con frecuencia a esa comunidad y a las fuerzas de seguridad (que tiene en ella su principal base de reclutamiento), con la esperanza de desestabilizar al Gobierno del primer ministro Nuri al Maliki, dominado por los chi¨ªes.
Los atentados ponen de relieve la fragilidad de Irak, una d¨¦cada despu¨¦s de la invasi¨®n. Sus l¨ªderes pol¨ªticos han sido incapaces de cerrar las heridas sectarias. Al contrario, sus continuas luchas internas dificultan el entendimiento entre las tres principales comunidades: ¨¢rabes chi¨ªes, ¨¢rabes sun¨ªes y kurdos. De hecho, los habitantes de Bagdad llevaban semanas temiendo una acci¨®n de este tipo ante las crecientes amenazas de los militantes sun¨ªes.
¡°Aprovechar¨¢n el d¨¦cimo aniversario y la atenci¨®n que va a prestar la prensa internacional para hacerse o¨ªr; buscan tener impacto medi¨¢tico adem¨¢s de intentar prender de nuevo la llama del sectarismo¡±, auguraba un observador en la capital iraqu¨ª a principios de este mes.
Aunque la violencia se ha reducido desde aquellos a?os en que la insurgencia estuvo a punto de llevar al pa¨ªs a la guerra civil, el estancamiento pol¨ªtico est¨¢ azuzando las tensiones sectarias. Bajo el cada vez m¨¢s controvertido Gobierno de Al Maliki, los sun¨ªes se han sentido perseguidos y est¨¢n reconsiderando su participaci¨®n en el Gabinete de unidad nacional. Desde el pasado diciembre, todos los viernes salen a la calle para denunciar la marginaci¨®n de que se sienten objeto, pero sus manifestaciones, las m¨¢s numerosas desde 2003, se han transformado en un llamamiento a la dimisi¨®n del primer ministro.
La tensi¨®n ha llevado al Gobierno a retrasar en las provincias de Al Anbar y N¨ªnive las elecciones locales, previstas para el pr¨®ximo 20 de abril. Ambas, mayoritariamente sun¨ªes, son el centro de la contestaci¨®n de esa comunidad y al parecer, los empleados electorales all¨ª destinados han recibido amenazas.
Resulta dif¨ªcil saber cu¨¢ntos de los que protestan son v¨ªctimas de la utilizaci¨®n sectaria de las leyes y cu¨¢ntos meros simpatizantes del antiguo r¨¦gimen. Pero entre unos y otros se han colado tambi¨¦n en algunas manifestaciones las banderas negras del Estado Isl¨¢mico de Irak, como se denomina ahora la rama local de Al Qaeda. Ese grupo habla de recuperar el terreno perdido en su guerra contra las tropas estadounidenses y en lo que va de a?o se ha atribuido varios ataques llamativos.
Los analistas advierten de que Al Qaeda se est¨¢ reagrupando en Al Anbar reforzada por la guerra en Siria, que comparte 600 kil¨®metros de frontera con Irak. El riesgo de contagio de ese conflicto impregna todas las conversaciones en este pa¨ªs, cuyo precario equilibrio confesional lo convierte en la l¨ªnea de frente de la rivalidad sectaria en la regi¨®n.
¡°Ya es un escenario del enfrentamiento. Vemos lo que sucede en Siria. El gobierno de Irak ha decidido apoyar a Bachar el Asad, Turqu¨ªa est¨¢ en contra e Ir¨¢n, a favor. Irak se ha convertido en un instrumento de las potencias regionales¡±, denunciaba el ex primer ministro iraqu¨ª y l¨ªder de Iraquiya, Ayad Alaui, en una conversaci¨®n con esta corresponsal.
Sin duda, el contexto regional no ayuda a disipar esas tensiones. Arabia Saud¨ª y el resto de las monarqu¨ªas del Consejo de Cooperaci¨®n del Golfo siguen viendo el enfrentamiento sectario (y sus relaciones con Irak) en el marco de su rivalidad con la alianza entre Ir¨¢n, Siria y Hezbol¨¢.
¡°Un Irak dominado por los chi¨ªes proiran¨ªes se percibe tan peligroso como un Irak dirigido por el sun¨ª Sadam Husein¡±, ha escrito Hassan Hassan, analista del diario emirat¨ª The National.
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