Los mexicanos se asoman a otro infierno: la extorsi¨®n
El escritor y periodista Marco Lara Klahr denuncia en un libro que las v¨ªctimas de un delito en M¨¦xico son ¡°abandonadas a su suerte¡±
La familia de Jos, empresario de origen polaco, lleg¨® a M¨¦xico en los a?os treinta tras huir del horror nazi. Tuvieron que pasar 70 a?os para que Jos decidiera emprender el viaje de vuelta. Otra vez su familia era perseguida, pero por motivos muy distintos. Unos sujetos, presuntamente miembros de Los Zetas, se presentaron a su oficina para exigirle el pago peri¨®dico de una cantidad a cambio de ¡°seguridad¡±. La negativa no ser¨ªa bien recibida. ¡°Te estamos vigilando¡±, reza uno de los mensajes. El caso de Jos es el primero que cita el periodista mexicano Marco Lara Klahr, autor del libro Extorsi¨®n y otros c¨ªrculos del infierno (Grijalbo, 2013), una exhaustiva investigaci¨®n sobre un fen¨®meno delictivo que califica como ¡°normalizado¡± en M¨¦xico. Jos es familiar suyo. ¡°La extorsi¨®n tiene varias dimensiones, tiene una casi interpersonal. Hay pr¨¢cticas extorsivas en la vida cotidiana, entre familiares, entre quienes prestan servicios. Y cada vez en c¨ªrculos m¨¢s cercanos a nosotros. Cada vez m¨¢s somos los afectados¡±.
Lara Klahr explica que la extorsi¨®n es ¡°com¨²n en M¨¦xico, tan com¨²n que muchas veces ni siquiera llama la atenci¨®n¡±, pero subraya que el delito se ha extendido y las consecuencias que trae son mucho peores. La pr¨¢ctica es frecuente en varios Estados del pa¨ªs, entre ellos Chihuahua, Nuevo Le¨®n (norte del pa¨ªs), Estado de M¨¦xico (centro) y Michoac¨¢n y Guerrero (sureste). No hay que buscar mucho para hallar historias sobre otra familia, otro empresario, otro negocio que es extorsionado. Justo el mi¨¦rcoles pasado, un comando no identificado incendi¨® un bar en Los Reyes La Paz, en el Estado de M¨¦xico, a unos kil¨®metros de la capital mexicana. Tres hombres resultaron heridos, uno de ellos de gravedad. Las autoridades del municipio afirmaron este jueves que no hab¨ªan recibido una denuncia por extorsi¨®n. Pero eso no es raro. Solo el 22% de las extorsiones se denuncian en M¨¦xico. De este porcentaje, ¨²nicamente un 3% llega a un juzgado. Los que no denuncian no lo hacen porque ¡°es una p¨¦rdida de tiempo¡±, ¡°los tr¨¢mites son largos y dif¨ªciles¡± y tienen ¡°desconfianza en la autoridad¡±, seg¨²n indica una encuesta del Instituto Ciudadano de Estudios sobre la Inseguridad (ICESI). Lara Klahr tiene clara el porqu¨¦: ¡°El extorsionado es v¨ªctima de la impunidad que propicia el Estado¡±.
Pregunta. Usted afirma que las v¨ªctimas de extorsi¨®n en M¨¦xico ¡°est¨¢n solas¡±, ?por qu¨¦ la certeza?
Respuesta. La ¨²nica garant¨ªa que tiene una v¨ªctima de extorsi¨®n en M¨¦xico es que est¨¢ indefenso. No espera respuestas institucionales, no hay pol¨ªticas preventivas s¨®lidas, no hay una cultura de legalidad y, adem¨¢s, habitualmente est¨¢n implicados servidores p¨²blicos en el crimen. En los pocos casos en los que el ciudadano denuncia, adem¨¢s, son muy pocos [menos del 3%] los que llegan a un juzgado y es imposible saber cu¨¢ntos han sido procesados. La impunidad es pr¨¢cticamente absoluta. El ciudadano es abandonado a su suerte.
P. Si la autoridad est¨¢ descartada, ?qu¨¦ opciones le quedan a una v¨ªctima de extorsi¨®n, entonces?
R. Unos optan por huir. Otros se defienden por su propia mano. En algunos casos la gente decide confrontar al extorsionador y aqu¨ª es que existe una alta oferta de actores institucionales para afrontar ¡°de manera privada¡± estas amenazas.
P. A falta de una respuesta oficial de las autoridades, usted alude a que estas se prestan para hacer justicia al margen de la ley mediante un pago. Es decir, otra vez extorsi¨®n. Menciona el caso de un agente del Estado Mayor Presidencial que ofrece un asesinato por encargo al padre de un joven secuestrado.
R. Esto demuestra que cuando un ciudadano es v¨ªctima de extorsi¨®n, est¨¢ expuesto a cometer m¨¢s delitos. Es m¨¢s f¨¢cil que tome la justicia por su propia mano, porque no tiene otra opci¨®n.
P. El tr¨¢fico de drogas contin¨²a concentrando el 85% de las ganancias de los grupos criminales en M¨¦xico, pero tambi¨¦n se refiere al auge de otros delitos en los territorios que dominan, ?a qu¨¦ lo atribuye?
R. La extorsi¨®n es uno entre una veintena de giros criminales ¡ªcomo terrorismo o lavado de dinero¡ª de los que los carteles y las bandas de delincuencia organizada han echado mano en los ¨²ltimos a?os. Pero lo que la distingue es que es la caja chica [dinero de bolsillo] de los grupos criminales, una garant¨ªa de un flujo de capital permanente. Por ejemplo, si llega el Ej¨¦rcito e interrumpe temporalmente el tr¨¢fico de drogas, es muy f¨¢cil sacar dinero de una actividad que est¨¢ en la total invisibilidad.
P. En el testimonio de un polic¨ªa envuelto en estas redes hace una diferencia entre el extorsionador que hace ¡°el trabajo sucio¡± y los l¨ªderes de estas bandas...
R. El que cobra el dinero en la calle es el m¨¢s vulnerable, el que menos dinero gana y que generalmente pertenece a un grupo social excluido. No tiene capacidad para dimensionar lo que est¨¢ haciendo muchas veces. Parad¨®jicamente, esto que parece desesperanzador da muchas pistas para pol¨ªticas de prevenci¨®n que, de ponerse en marcha, dar¨ªan resultados.
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