La gira de Obama logra reforzar la influencia de EE UU en Oriente Pr¨®ximo

Tras los grandilocuentes discursos y las solemnes ceremonias, Barack Obama se march¨® el s¨¢bado de Oriente Pr¨®ximo, tras el primer viaje de su segundo mandato, con una serie de objetivos cumplidos de forma discreta y efectiva. Principalmente, el presidente logr¨® poner en marcha un proceso de reconciliaci¨®n diplom¨¢tica entre Turqu¨ªa e Israel, crucial para Estados Unidos en el contexto de la crisis siria. Pero sobre todo Obama logr¨® dar garant¨ªas a sus principales aliados en la zona de que har¨¢ lo posible por defenderles ante las que considera las amenazas m¨¢s inminentes: Ir¨¢n y Siria.

El Obama que visit¨® por primera vez como presidente Israel, los territorios palestinos y Jordania se present¨® como un l¨ªder capaz de negociar compromisos de un modo que le resulta dif¨ªcil dentro de EE UU. Su discurso del jueves a la naci¨®n israel¨ª fue una apasionada defensa del derecho de Israel a defenderse. Se abstuvo de indicar, aun de forma remota, que se deber¨ªa congelar la expansi¨®n de asentamientos de colonos jud¨ªos en Cisjordania, como hizo insistentemente en 2009. Entonces, sus peticiones no le llevaron a ning¨²n sitio. En esta ocasi¨®n su pragmatismo le ha permitido reparar una de las crisis diplom¨¢ticas que m¨¢s preocupa a Washington en la zona.

En sus tres encuentros con el primer ministro de Israel, Benjam¨ªn Netanyahu, Obama le pidi¨® que llamara a su hom¨®logo en Turqu¨ªa, Recep Tayyip Erdogan, y que hiciera lo posible por restablecer la normalidad diplom¨¢tica entre los dos pa¨ªses, aliados cruciales de EE UU. Las relaciones entre ambos quedaron estropeadas en 2010, por el asalto de Israel a una flotilla que trataba de sortear el embargo a la franja de Gaza, en el que murieron ocho activistas turcos.

En Oriente Pr¨®ximo Obama se present¨® como un l¨ªder capaz de negociar compromisos de un modo que le resulta dif¨ªcil dentro de EE UU

Hasta el viernes, Netanyahu se hab¨ªa negado a disculparse. Finalmente, momentos antes de que Obama abandonara Israel, lo hizo, admitiendo que en la operaci¨®n hab¨ªa habido ¡°errores¡±. Fue un gesto de reconocimiento hacia Obama, y una indicaci¨®n clara de que est¨¢ dispuesto a olvidar viejas rencillas, para lograr una relaci¨®n m¨¢s productiva en los nuevos mandatos que ahora comienzan ambos l¨ªderes.

Obama tambi¨¦n acudi¨® a Oriente Pr¨®ximo a dejar claro a sus principales aliados en la zona que su pol¨ªtica de prudencia en el extranjero no significa necesariamente aislamiento o abandono. En Israel reiter¨® que prefiere agotar todas las v¨ªas diplom¨¢ticas respecto a las ambiciones nucleares Ir¨¢n. ¡°Pero repito: todas las opciones est¨¢n sobre la mesa. Haremos lo que sea necesario para evitar que Ir¨¢n obtenga las peores armas del mundo¡±, dijo.

Todas las opciones est¨¢n sobre la mesa. Haremos lo que sea necesario para evitar que Ir¨¢n obtenga las peores armas del mundo¡±. Barack Obama

Netanyahu dio por v¨¢lida la respuesta: ¡°Estoy absolutamente convencido de que el presidente est¨¢ determinado a evitar que Ir¨¢n obtenga armas nucleares, y lo aprecio¡±. Atr¨¢s quedaban los tira y afloja entre Netanyahu y la Casa Blanca sobre la necesidad de ataques preventivos inminentes.

En Jordania, Obama advirti¨® de que no permitir¨¢ que la guerra civil en Siria desestabilice la zona y amenace a sus aliados. Era una se?al de advertencia, pero no s¨®lo al r¨¦gimen, sino tambi¨¦n a los grupos radicales dentro de la oposici¨®n. Precisamente ayer dimiti¨® el l¨ªder de la Coalici¨®n Nacional Siria, el moderado Moaz al Jatib, despu¨¦s de haberle ofrecido una salida negociada del Gobierno a Bachar El Asad.

Durante su visita, Obama dijo, claramente, que no tiene suficientes garant¨ªas de la unidad y moderaci¨®n de los rebeldes como para armarles. Advirti¨® de que este es un momento de ¡°promesas, pero tambi¨¦n de peligro en el mundo ¨¢rabe y el norte de ?frica¡±, a?adi¨®.

Confirmaba Obama lo que ya demostraba con su visita a Jordania: visto el resultado de inestabilidad de la llamada primavera ¨¢rabe en pa¨ªses como Egipto y Libia, Washington apoya sobre todo las reformas moderadas e inclusivas. Por eso, en su conferencia de prensa en Amm¨¢n, el presidente dio su apoyo expreso a los t¨ªmidos cambios que el rey Abdal¨¢ II ha hecho en su pa¨ªs, frente al embiste interno de los grupos opositores.

Antes de la visita de Obama, la Casa Blanca se encarg¨® de rebajar las expectativas respecto a una reanudaci¨®n del proceso de paz entre israel¨ªes y palestinos. En el viaje, Obama se mantuvo en la misma l¨ªnea. Visit¨® Cisjordania. Se reuni¨® con el presidente palestino Mahmud Abbas. Y le pidi¨® que abandone las precondiciones para volver a la mesa de di¨¢logo. No hubo novedades en ese apartado.

Horas despu¨¦s de la marcha de Obama, sin embargo, el nuevo secretario de Estado, John Kerry, comenz¨® ya sus gestiones, con reuniones con Netanyahu y Abbas, dando indicaciones de que si hay alg¨²n avance en ese campo ser¨¢ de forma callada y discreta, por unas v¨ªas secundarias que es necesario recorrer, en lugar de caer en el h¨¢bito de los grandes anuncios rimbombantes que no llevan a ning¨²n lugar.