Per¨² y EE UU rubrican un acuerdo de cooperaci¨®n pol¨ªtico-militar

Per¨² y Estados Unidos han formalizado un convenio de pol¨ªtico militar para modernizar sus mecanismos de cooperaci¨®n ante los nuevos desaf¨ªos en materia de narcotr¨¢fico, terrorismo, seguridad nuclear y asistencia humanitaria. Este acuerdo, que comenz¨® a forjarse en 2012, se consagr¨® el 19 de marzo en Washington a trav¨¦s de un Memor¨¢ndum que prev¨¦ el intercambio de material, tecnolog¨ªa, entrenamiento y asesoramiento t¨¦cnico entre ambos Estados.

Arrinconado el fantasma de la dictadura en la regi¨®n desde hace d¨¦cadas, los retos que afronta Am¨¦rica Latina son de otra naturaleza. A Per¨² y a EE UU les interesa forjar acuerdos para enfrentar nuevas amenazas. Entre ellas destacan el crimen organizado procedente del narcotr¨¢fico, el terrorismo internacional y local, que en el pa¨ªs andino sigue latente en la zona del VRAE (acr¨®nimo para el valle del r¨ªo Apurimac y Ene), y el peligro que para la seguridad representan los yacimientos de uranio que existen en su territorio.

El convenio escenifica la confianza de EE UU en un pa¨ªs que ha demostrado su pragmatismo geopol¨ªtico y que busca afianzarse como un socio confiable, no s¨®lo para Washington, sino para la regi¨®n a la hora de hacer de la seguridad una prioridad en ese hemisferio

Con la r¨²brica de este acuerdo, que prev¨¦ reuniones peri¨®dicas bianuales para ratificar la cooperaci¨®n bilateral, el Gobierno de Ollanta Humala refuerza su papel como actor fundamental en el equilibrio de fuerzas de Am¨¦rica Latina, entre las posturas m¨¢s radicales del bloque del ALBA y las m¨¢s moderadas de Estados como Brasil, Colombia o Chile, y que Per¨² tendr¨¢ ocasi¨®n de poner en practica ahora que le corresponde la presidencia del organismo de Defensa de UNASUR. El convenio tambi¨¦n escenifica la confianza de EE UU en un pa¨ªs que ha demostrado su pragmatismo geopol¨ªtico y que busca afianzarse como un socio confiable, no s¨®lo para Washington, sino para la regi¨®n a la hora de hacer de la seguridad una prioridad en ese hemisferio.

El acuerdo oficializado este mes de marzo contempla, ante todo, una asistencia bilateral, centrada, antes en el intercambio de tecnolog¨ªa, inteligencia y conocimientos, que en la mera asistencia econ¨®mica. ¡°Per¨² ya no est¨¢ en la posici¨®n de pedir, ahora el pa¨ªs tambi¨¦n est¨¢ en condiciones de aportar¡±, aseguran fuentes cercanas a la Embajada de ese pa¨ªs.

Para garantizar la protecci¨®n de sus reservas de uranio, que Per¨² todav¨ªa no explota, el pa¨ªs necesita estar al tanto de las ¨²ltimas t¨¦cnicas de seguridad; para combatir a las c¨¦dulas terroristas que se parapetan en la inaccesible zona del VRAE, su Gobierno requiere tecnolog¨ªa punta, como los drones; para seguir erradicando las hect¨¢reas de hoja de coca, la polic¨ªa y el Ejercito peruano necesitan aprovecharse de las ¨²ltimas t¨¦cnicas de entrenamiento, impartido por efectivos estadounidenses en suelo peruano u ofrecido directamente en EE UU.

A cambio, Per¨² ofrece su experiencia en el desmantelamiento de minas antipersonas, probada a lo largo de los ¨²ltimos a?os con la desactivaci¨®n de este tipo de artefactos colocados a lo largo de la frontera con Ecuador, o en la asistencia en desastres humanitarios como el de Hait¨ª. El Gobierno de Humala tambi¨¦n se presenta como el mejor socio en la regi¨®n para fomentar la cooperaci¨®n con otros pa¨ªses de la zona para combatir estas nuevas amenazas.