Entre el sue?o latinoamericano y el espa?ol
El gobierno de Espa?a no deber¨ªa permanecer impasible con el regreso de los inmigrantes latinoamericanos
En el imaginario espa?ol persiste aquella imagen de principios y mediados del siglo XX en la que largas colas de espa?oles embarcaban en los puertos para ir a "hacer las Am¨¦ricas." A las dificultades econ¨®micas, se sum¨® el exilio durante la Guerra Civil y la dictadura. D¨¦cadas m¨¢s tarde, con la vuelta a la democracia, y durante el boom econ¨®mico que vivi¨® Espa?a entre mediados de la d¨¦cada de los 90 y 2000, la imagen se invirti¨®: miles de latinoamericanos aterrizaban en los aeropuertos de Barajas o El Prat atra¨ªdos por el sue?o espa?ol del estado de bienestar (seguridad social, pensiones, educaci¨®n) y la mayor seguridad ciudadana, a lo que contribuyeron las favorables pol¨ªticas migratorias de la ¨¦poca.
En el a?o 2005, el porcentaje de latinoamericanos en Espa?a superaba por primera vez el de extranjeros europeos, pasando de un 19% en 1998 a un 39%, mientras que el porcentaje europeo descend¨ªa del 52% al 36% en las mismas fechas, como recoge un informe de Naciones Unidas de la inmigraci¨®n latinoamericana en Espa?a. Para el mismo a?o, los ecuatorianos, los colombianos, los bolivianos, los argentinos y los peruanos se hab¨ªan situado entre las doce poblaciones extranjeras m¨¢s numerosas en el territorio espa?ol. Pero la crisis econ¨®mica que se desat¨® en Espa?a en 2008, contagiada por la crisis de las "subprime" en Estados Unidos, cay¨® como un jarro de agua fr¨ªa para aquellos latinoamericanos que se hab¨ªan afincado en Espa?a. Ahora echan la vista atr¨¢s, y ven como sus pa¨ªses est¨¢n creciendo, supieron solventar los avatares de la crisis con cintura y cuentan con prospecciones econ¨®micas mucho m¨¢s favorables que las europeas.
Una vez m¨¢s se repite el patr¨®n de la migraci¨®n de ida y vuelta entre Am¨¦rica Latina y Espa?a. Al igual que en su d¨ªa muchos espa?oles regresaron ante la mayor estabilidad pol¨ªtica y econ¨®mica de su pa¨ªs, ahora los latinoamericanos se est¨¢n viendo abocados a recorrer el camino de vuelta por la profunda recesi¨®n econ¨®mica que atraviesa Espa?a y el exito economico de sus paices de origen. Desde que la crisis golpe¨® a Espa?a se han perdido m¨¢s de dos millones de empleos, escalando la cifra del paro del 8,3% en 2008 hasta situarse en el 26,02% en el cuarto trimestre de 2012 - el 32.72% para los inmigrantes. La poblaci¨®n inmigrante ha sido la m¨¢s castigada: en el 2011 la p¨¦rdida de empleo hab¨ªa afectado a un 11,5% de los aut¨®ctonos y a un 15% de los trabajadores de Am¨¦rica Latina, seg¨²n el informe del Colectivo Io¨¦ ¡°Impactos de la crisis sobre la poblaci¨®n inmigrante¡±.
Aquellos que no regresan han tenido que reducir dr¨¢sticamente las remesas que enviaban a sus pa¨ªses de origen, como informa CODESPA; otros, nacionalizados espa?oles, han hecho las maletas con destino a los pa¨ªses vecinos m¨¢s pr¨®speros dentro de Europa.
Esta salida de inmigrantes y la mayor ca¨ªda en la entrada est¨¢ teniendo un fuerte impacto en la poblaci¨®n espa?ola que a finales de 2012 registr¨® un saldo migratorio negativo de 137.628 personas. De los 2.490.800 latinoamericanos que hab¨ªa en Espa?a en 2009 en edad de trabajar (16 a 64 a?os), en la actualidad quedan 2.405.298, es decir, han re-emigrado al menos 80.000.
Es indudable que existe una tendencia hacia la p¨¦rdida de poblaci¨®n en Espa?a, tanto propia como for¨¢nea. En el caso de los originarios, el n¨²mero de partidas se duplic¨® entre 2010 y 2011 pasando de 36.967 a 62.611, de acuerdo al Instituto Nacional de Estad¨ªstica. Si bien temporalmente estas salidas pueden ser una v¨¢lvula de escape y ayudar a aliviar la presi¨®n del paro, a largo plazo representar¨¢n problemas para la financiaci¨®n de la seguridad social, las pensiones, y el envejecimiento de la poblaci¨®n.
Por ello, el gobierno de Espa?a no deber¨ªa permanecer impasible con el regreso de los inmigrantes latinoamericanos; especialmente de aquellos talentos que se han formado con cuantiosas becas del Estado y ahora se desarrollan profesionalmente fuera del territorio espa?ol. Lo mismo ocurre con una generaci¨®n de j¨®venes espa?oles sobradamente formados que ahora miran a ultramar en busca de oportunidades laborales. Cu¨¢ndo o si se producir¨¢ el viaje de vuelta de los que ahora emigran es bastante incierto. Una recuperaci¨®n econ¨®mica s¨®lida y pronta ofrecer¨ªa los incentivos que hasta hace poco atra¨ªan a miles de inmigrantes a Espa?a y ofrec¨ªan seguridad a los aut¨®ctonos.
Carl Meacham es director del programa de las Americas de CSIS.
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