Pol¨¦mica en Colombia por una serie sobre los paramilitares
Las v¨ªctima exigen a los anunciantes que retiren la publicidad de Tres Ca¨ªnes, l¨ªder de audiencia La protesta ha provocado que aparezca una campa?a en Facebook en contra del programa
Las heridas del paramilitarismo siguen abiertas en Colombia. Y una serie de televisi¨®n llamada Tres Ca¨ªnes, que intenta mostrar la vida de los fundadores de este fen¨®meno, los hermanos Fidel, Vicente y Carlos Casta?o, ha echado sal al duelo de las 250.000 v¨ªctimas del paramilitarismo, seg¨²n cifras oficiales.
Desde el pasado 4 de marzo, todas las noches, miles de colombianos ven en sus televisores c¨®mo los hermanos Casta?o toman venganza del asesinato de su padre a manos de la guerrilla de las FARC. La serie domina los ¨ªndices de audiencia y sigue al ¨¦xito que tuvo dentro y fuera de Colombia Escobar, el patr¨®n del mal, que retrataba al narcotraficante m¨¢s peligroso del pa¨ªs, Pablo Escobar.
Este tipo de series se han convertido ¨²ltimamente en una tendencia y en un producto de exportaci¨®n, con una receta que mezcla la ficci¨®n con la realidad del bajo mundo. Pero esta receta se ha topado esta vez con la reacci¨®n airada de las v¨ªctimas, expertos y periodistas, que consideran que estos programas afectan la dignidad de quienes han padecido el conflicto armado colombiano. La principal queja es que, al menos en su arranque, la dolorosa historia del paramilitarismo est¨¢ contada desde el lado de los victimarios, lo que, en su opini¨®n, termina por legitimar los cr¨ªmenes cometidos por estos delincuentes contra civiles inocentes.
El creador de la serie, el colombiano Gustavo Bol¨ªvar, ha defendido su gui¨®n afirmando que se basa en investigaciones, entrevistas y testimonios extra¨ªdos del proceso Justicia y Paz, el sistema que se aplica en Colombia desde 2006 a los desmovilizados de grupos armados ilegales. Tambi¨¦n ha dicho que las v¨ªctimas aparecer¨¢n m¨¢s adelante en la historia. ¡°Muchos creen que la televisi¨®n es la causante de la violencia en Colombia. De hecho llegan a la postura simplista de culpar a los escritores de lo que pasa¡±, ha escrito Bol¨ªvar en su blog ante la pol¨¦mica.
A medida que la serie ha ido subiendo de audiencia han crecido las cr¨ªticas. Ha provocado, por ejemplo, que el actor Juli¨¢n Rom¨¢n, que interpreta a Carlos Casta?o, se disculpara con las v¨ªctimas tras recibir una carta de familiares de desaparecidos, en la que le dec¨ªan que ¡°cada acci¨®n que ustedes representan, como ficci¨®n, los familiares de los desaparecidos forzadamente, la vivimos en carne propia una y otra vez¡±. Rom¨¢n, sin embargo, respondi¨® que estas series buscan generar un di¨¢logo para ¡°fortalecernos como sociedad¡±.
La protesta de las v¨ªctimas no ha quedado ah¨ª. Un centenar de ellas protest¨® frente a las instalaciones del canal privado RCN, due?o de la serie, y le enviaron una carta a sus directivos pidi¨¦ndoles que la retiraran y que les dejaran contar su versi¨®n porque creen que Tres Ca¨ªnes no corresponde a la realidad. ¡°El paramilitarismo no es un producto de venganzas y pasiones personales y las consecuencias de su accionar, que ha dejado millones de familias desplazadas y cientos de miles de hombres y mujeres asesinadas, desaparecidas, torturadas y masacradas, no son el resultado de una decisi¨®n aislada y solitaria de los hermanos Casta?o¡±, dice la carta de las v¨ªctimas.
Omar Rinc¨®n, cr¨ªtico de televisi¨®n, ha escrito en el diario El Tiempo que la producci¨®n del programa merece un diez, pero que ¡°hay que contar la realidad sin celebrar a los violentos¡±.
La pol¨¦mica tambi¨¦n se traslad¨® a las redes sociales donde surgi¨® la iniciativa Noen3caines. En Facebook el grupo tiene m¨¢s de 12.000 seguidores que apoyan una campa?a de mensajes directos a las compa?¨ªas que anuncian sus productos en el programa para que retiren su publicidad. La campa?a la crearon expertos en marketing que, cansados de los contenidos violentos de las producciones colombianas, imitaron una similar que logr¨® la retirada de los anunciantes del programa espa?ol La Noria, tras emitir una pol¨¦mica entrevista con la madre de un menor condenado por encubrir el asesinato de Marta del Castillo, previo pago de 10.000 euros (casi 13.000 d¨®lares).
Desde que se lanz¨® Noen3caines cinco compa?¨ªas han retirado su publicidad.Por ejemplo, la empresa chilena Falabella, public¨® un mensaje en Twitter apoyando la causa, lo que el guionista Bol¨ªvar ha calificado de doble moral, ya que esa empresa se anunci¨® en la serie sobre Pablo Escobar. Por su parte, Fernando Gait¨¢n, creador de la popular Betty la fea y ahora vicepresidente de RCN, ha dicho que la decisi¨®n de los anunciantes estar¨ªa censurando una serie que no pretende ser la ¡°memoria hist¨®rica del paramilitarismo¡±.
No es la primera vez que una producci¨®n sobre narcoviolencia genera controversia en Colombia. Habr¨¢ que ver si los que la critican logran dejarla sin anunciantes, si el rating les da la raz¨®n a sus creadores o si los televidentes inconformes optan, sencillamente, por cambiar de canal.
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