Cameron cercena el Estado de bienestar
Entra en vigor en Reino Unido una dr¨¢stica rebaja de las ayudas sociales para reducir el d¨¦ficit
El Estado de bienestar afronta en Reino Unido la reforma m¨¢s dr¨¢stica de su historia y las secuelas de ese paso las sufrir¨¢n los m¨¢s desfavorecidos. La sociedad brit¨¢nica ha estado tradicionalmente orgullosa de un sistema que desde la posguerra conjuga la liberalidad de su mercado con una s¨®lida red de prestaciones sociales. El primer paquete de medidas aprobado por el Gobierno del conservador David Cameron con el objetivo de paliar el d¨¦ficit p¨²blico ha entrado este lunes en vigor, con una rebaja de las ayudas a la vivienda social, a las familias m¨¢s modestas en el pago de los abultados impuestos municipales o a los ciudadanos sin recursos para costear litigios ante los tribunales, junto a una remodelaci¨®n de la gesti¨®n sanitaria donde primar¨¢ el estricto control del gasto.
M¨¢s all¨¢ de las exigencias de una precaria coyuntura econ¨®mica, los recortes defendidos por Cameron entra?an una filosof¨ªa que concibe el apoyo a los sectores m¨¢s d¨¦biles como un lastre para la recuperaci¨®n.
La reforma del Estado de bienestar es una decisi¨®n ¡°justa¡± para incentivar el empleo, reducir la dependencia del Estado de quienes ¡°deber¨ªan regresar al mercado laboral¡± y ¡°ayudar a quienes realmente lo necesitan¡±, argumentaban en una tribuna conjunta publicada hoy en la prensa los ministros de Econom¨ªa, George Osborne, y de Trabajo y Empleo, Iain Duncan Smith.
El art¨ªculo de dos de los pesos pesados del Gabinete aparec¨ªa como una respuesta a la oleada de protestas que en las ¨²ltimas semanas han tomado las calles de numerosas ciudades del Reino Unido, y que el pasado fin de semana recibi¨® el apoyo de cuatro confesiones protestantes, incluida la influyente Iglesia Reformada de Escocia, en su cr¨ªtica a ¡°la manipulaci¨®n [de los conservadores] para perpetuar los mitos de la pobreza y justificar los recortes sociales¡±.
El Gobierno quiere incentivar que busquen empleo muchos subsidiados
No solo los m¨¢s pobres sino tambi¨¦n las sufridas clases medias ver¨¢n reducido su poder adquisitivo a causa de la merma de las ayudas sociales, denuncia la oposici¨®n laborista, en su esfuerzo por caracterizar al gobierno de coalici¨®n que integran conservadores y liberaldem¨®cratas como representante de los intereses de los m¨¢s pudientes. Los presupuestos presentados a mediados de marzo contemplan una rebaja de los impuestos a ese sector, con una reducci¨®n adicional de las cargas fiscales a las rentas m¨¢s altas que pagan un tipo de hasta el 50%.
Mientras Duncan Smith alega que el Gobierno no pretende revertir el sistema de asistencia p¨²blica vigente en el ¨²ltimo medio siglo, sino ¨²nicamente ¡°gestionar¡± su insostenible crecimiento, muchas familias brit¨¢nicas se preparan para el escenario m¨¢s negro. Aquel que, en los casos m¨¢s extremos, apenas les reporta una ayuda de 53 libras semanales (62 euros).
Una ola de marchas de protesta ha recorrido el pa¨ªs en las ¨²ltimas semanas
Entre el conjunto de medidas que han entrado en vigor este mes de abril ha provocado especial contestaci¨®n el llamado ¡°impuesto del dormitorio¡±, que gravar¨¢ a los residentes de una vivienda social si una de sus habitaciones est¨¢ libre. Tal es el escrutinio al que se sienten sometidos los receptores de la asistencia del Estado brit¨¢nico de hoy.
? El impuesto del dormitorio. Las personas en edad de trabajar que vivan en un piso de protecci¨®n oficial ver¨¢n recortados los subsidios del Estado si disponen de una habitaci¨®n te¨®ricamente vac¨ªa, es decir, que sobrepase las necesidades de dormitorio de una familia, sin tenerse en cuenta otros usos que puedan destinar a la misma. El Gobierno sugiere a los afectados por esa medida, casi 700.000 ciudadanos, que se muden a otra vivienda con el n¨²mero justo de estancias, a pesar de la denuncia de la oposici¨®n laborista sobre la ¡°inexistencia¡± de casas alternativas. ¡°Ese impuesto cruel destruir¨¢ vecindarios y pondr¨¢ a la gente en manos de los tiburones de los pr¨¦stamos¡±, alega el portavoz de Trabajo de la oposici¨®n, Liam Byrne, apoyado en esa reivindicaci¨®n por sectores eclesiales que consideran esencial el enraizamiento de las familias en una comunidad para evitar la fractura social.
? La insoportable carga municipal. La administraci¨®n se dispone a reducir el apoyo a los 5,9 millones de familias que se declaran con escasos recursos para sufragar el impuesto municipal sobre la vivienda, una de las cargas m¨¢s pesadas que afronta el ciudadano de a pie. Ello incrementar¨¢ los gastos mensuales de quienes luchan para llegar a fin de mes, generalmente residentes de unos barrios donde esa imposici¨®n fiscal es m¨¢s alta que en otras zonas m¨¢s opulentas debido al volumen de las prestaciones sociales que se prestan en esas zonas. El sistema de ayudas gestionado hasta ahora por el Departamento de Trabajo y Pensiones se transfiere a las administraciones locales, cuya financiaci¨®n se ha visto reducida en un 10%.
? Merma general de las prestaciones sociales. Por primera vez en la historia del Estado de bienestar brit¨¢nico, las prestaciones y cr¨¦ditos de car¨¢cter estatal ya no ir¨¢n parejas al aumento del coste de la vida. A partir del pr¨®ximo s¨¢bado, entra en vigor una medida que durante los tres pr¨®ximos a?os reduce al 1% el incremento anual de los subsidios, muy por debajo de la inflaci¨®n. Estos limitar¨¢n a un tope de 500 libras semanales (590 euros) la cantidad que una familia brit¨¢nica puede recibir del Estado, independientemente de sus circunstancias.
Aunque tanto los pensionistas como los discapacitados quedan exentos de esa barrera del 1%, los primeros se han movilizado contra un nuevo impuesto (el llamado granny tax) sobre el cheque que perciben cada mes. Las personas que sufren alg¨²n tipo de discapacidad se ver¨¢n, asimismo afectadas por la decisi¨®n del Gobierno de redefinir su condici¨®n: a la hora de prestarle apoyo econ¨®mico, ya no se trata de la minusval¨ªa que padezca un ciudadano, sino de c¨®mo esta afecta a su vida y sustento. Un mill¨®n de personas pueden perder su derecho al subsidio seg¨²n y c¨®mo se interprete esa diferencia sem¨¢ntica.
? Sanidad. El Estado cede desde este lunes la gesti¨®n de los presupuestos en sanidad a las respectivas comisiones m¨¦dicas locales, integradas por doctores, enfermeras y otros profesionales, en pro de una reforma del sistema p¨²blico que sus cr¨ªticos tildan de semiprivatizaci¨®n. Estas comisiones ser¨¢n quienes decidan c¨®mo se controla el gasto. La medida resulta especialmente chocante cuando una investigaci¨®n encargada por el propio gobierno de Cameron determin¨® que los esc¨¢ndalos que han azotado a varios hospitales p¨²blicos ingleses durante los ¨²ltimos a?os, donde los ¨ªndices de mortalidad se revelaron muy superiores a la media prevista, respondieron a una pol¨ªtica que primaba los resultados econ¨®micos frente a la atenci¨®n al paciente.
? Asistencia legal. Los laboristas calificaron este lunes de ¡°jornada de la verg¨¹enza¡±, a ra¨ªz de las restricciones que han entrado en vigor sobre el acceso a una ayuda legal sufragada por el Estado. Solo aquellos ciudadanos con ingresos inferiores a las 32.000 libras anuales podr¨¢n recabar el apoyo del dinero p¨²blico en sus causas ante los tribunales de justicia, en una medida que afectar¨¢ principalmente a los casos de divorcio y a los de despidos improcedentes. Muchos reclamantes se lo pensar¨¢n dos veces antes de acudir ante el juez y bajo el riesgo de afrontar una abultada minuta en costas legales. Por mucho ahorro que el Gobierno de Cameron esgrima, la justicia ya no va a ser igual para todos.
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