La Biblia de Hugo Ch¨¢vez
El Socialismo del Siglo XXI querr¨ªa ser la codificaci¨®n doctrinal de la religi¨®n pol¨ªtica del chavismo
El Islam tiene el Cor¨¢n; las diversas confesiones cristianas, desde el marem¨¢gnum de protestantismos al catolicismo uno y trino, cuentan con diferentes recopilaciones de la Biblia; el juda¨ªsmo se apa?a con el Talmud y la Tor¨¢; el Tao, o el camino, hace las veces de Kempis oriental; el marxismo no carece de libro de cabecera, El Capital; y el chavismo, en su af¨¢n de perdurabilidad, parece que deber¨ªa concretar en forma documental ese sugerente eslogan de Socialismo del Siglo XXI, en el que el presidente de Venezuela, Hugo Ch¨¢vez Fr¨ªas, quer¨ªa encapsular objetivos, enso?aciones y proyectos para la refundaci¨®n del pa¨ªs. Pero a la hora de su fallecimiento, v¨ªctima de un c¨¢ncer, el pasado 5 de marzo, poco o nada se hab¨ªa hecho o dicho que permitiera hablar de codificaciones. Por ello, ante los comicios presidenciales del domingo, 14, en los que el presidente encargado, el exsindicalista Nicol¨¢s Maduro, se enfrenta al candidato de la oposici¨®n, el multimillonario Henrique Capriles, veamos si es posible identificar ?qu¨¦ es eso del Socialismo del Siglo XXI?
El t¨¦rmino fue inventado a fin de los a?os 90 por un polit¨®logo alem¨¢n, Hans Diederich, que asesor¨® a Ch¨¢vez al inicio de su mandato (1999-2013), pero que hace ya alg¨²n tiempo que ha renegado de denominaci¨®n tan ambiciosa, afirmando que en su interior no hay nada, a lo sumo la encarnaci¨®n del capitalismo de Estado. El propio l¨ªder bolivariano utiliz¨® por primera vez el mantra socialista, referido a su Gobierno, en enero de 2005, en el Foro Social Mundial de Porto Alegre, para declararse unas semanas m¨¢s tarde personalmente socialista, con motivo de la celebraci¨®n en Caracas de la IV Cumbre de la Deuda Social, el programa alternativo a las cumbres de los G-veintantos. Y con una candidez que solo cabe imaginar en quien se sabe sumo sacerdote del culto a su persona, Ch¨¢vez admit¨ªa que la doctrina estaba a¨²n por hacer cuando afirmaba que ¡°aunque hay experiencias, logros y avances, tendremos que invent¨¢rnoslo, y de ah¨ª la importancia de estos debates y esta batalla de ideas; hay que inventar el Socialismo del Siglo XXI y habr¨¢ que ver por qu¨¦ v¨ªas¡±. En lo que podr¨ªa ser un primer aterrizaje de ese objeto volante no identificado, el soci¨®logo norteamericano Stephen Levitsky dec¨ªa que era: ¡°un autoritarismo competitivo, que, a diferencia de las dictaduras o reg¨ªmenes de partido ¨²nico, es un h¨ªbrido; alberga instituciones democr¨¢ticas que no son solo fachada; medios independientes y de oposici¨®n que compiten seriamente por el poder. Pero en cancha desigual, porque tienen menos recursos, menos acceso medi¨¢tico, y sus l¨ªderes sufren diferentes tipos de hostigamiento¡± (Nov. 2010, La Rep¨²blica de Lima). Teodoro Petkoff, director del diario caraque?o Tal Cual y eminencia gris de la oposici¨®n, cuenta que la informaci¨®n oficial se facilita, incluso sobre temas protocolarios como son las giras internacionales de Ch¨¢vez, ¨²nicamente a medios afectos. No hablemos ya de qui¨¦n se beneficia de la publicidad oficial que como el ojo del amo engorda el caballo.
Manuel Alc¨¢ntara, director del departamento de Am¨¦rica Latina de la universidad de Salamanca, subraya que la doctrina chavista ¡°no cuenta con ning¨²n texto medianamente estructurado¡±, sino que es ¡°una cobertura a la propuesta bolivariana, que engloba viejas ideas con fuerte componente identitario como la patria grande, el anti-imperialismo gringo, el paternalismo de Estado, la mejora de las condiciones de vida de las clases humildes, y el caudillismo mesi¨¢nico¡±. En una primera b¨²squeda de filiaciones hist¨®ricas, el analista peruano Luis Esteban G. Manrique, de Pol¨ªtica Exterior (Madrid), lo califica de un populismo m¨¢s cuyas referencias se encuentran en el peronismo y Am¨¦rica Latina, en general: ¡°?Derechas, izquierdas? Yo gobierno con las dos manos, se burl¨® una vez Per¨®n cuando le preguntaron por su ideolog¨ªa¡±. Y lo que hizo el hoy icono electoral de Maduro fue ¡°reformular para la Venezuela del siglo XXI el viejo modelo populista latinoamericano que se remonta a los a?os 40 del siglo pasado; del brasile?o Getulio Vargas, del que se dec¨ªa que ¡®era el padre de los pobres y la madre de los ricos¡¯; o del colombiano Jorge Eliecer Gait¨¢n, que se declaraba ¡®pueblo antes que hombre¡¯. El car¨¢cter impreciso de ese populismo ha sido siempre una de las claves de su ¨¦xito¡±.
Alberto Barrera, posiblemente el mejor bi¨®grafo independiente del l¨ªder, encuentra las primeras huellas de ese bolivarianismo en una trinidad, repetidamente exaltada por el propio Ch¨¢vez: ¡°La nuez de la ideolog¨ªa que anima el movimiento es un ¨¢rbol de tres ra¨ªces: Bol¨ªvar, su mentor el maestro Sim¨®n Rodr¨ªguez, y el federalista Ezequiel Zamora¡±, este ¨²ltimo un comerciante de provincias (1817-60) que encabez¨® una insurrecci¨®n campesina fracasada en 1846; y a todo ello el l¨ªder desaparecido a?ad¨ªa una cuarta pata, aunque menor, la de Pablo P¨¦rez Delgado, maisanta (madre santa), un guerrillero del siglo pasado fortuitamente antepasado del propio Ch¨¢vez. El bi¨®grafo enlaza, finalmente, todo ello con el legado de uno de los progenitores de la izquierda radical latinoamericana, el guerrillero venezolano Douglas Bravo.
Los medios son, naturalmente, el mayor vivero de opini¨®n sobre el Socialismo y su fundador. Petkoff, que procede tambi¨¦n de la izquierda guerrillera, habla desde el desenga?o democr¨¢tico cuando afirma: ¡°Es una afortunada expresi¨®n inventada por Hugo Ch¨¢vez para denominar su proyecto pol¨ªtico, que hasta 2005 careci¨® de cualquier definici¨®n ideol¨®gica. A partir de esa fecha, quiz¨¢ por inspiraci¨®n del propio Fidel Castro, comenz¨® a dar a sus desvar¨ªos esa cobertura, como cabr¨ªa esperar de alguien que confiesa no haber le¨ªdo nada de marxismo, de forma que su socialismo consiste en una mescolanza indigerible de simplezas y simplificaciones, a las que atribuye alg¨²n parentesco con el pensamiento de Marx, aunque su traducci¨®n en la pr¨¢ctica sea un r¨¦gimen autoritario, autocr¨¢tico y militarista¡±. Michael Reid, el latinoamericanista residente de The Economist, cree que ¡°combina marketing brillante con contenido poco definido, y se basa en el control hegem¨®nico de la econom¨ªa, sin que ello signifique el fin de la propiedad privada, con una distribuci¨®n de la renta petrolera a beneficio de los sectores m¨¢s pobres, a trav¨¦s de estructuras partidarias no institucionales¡±. Eleazar D¨ªaz-Rangel, director de ?ltimas Noticias, el diario de mayor difusi¨®n de Venezuela, est¨¢ considerado un chavista equilibrado, y coincide en parte con Reid: ¡°Se habla de Socialismo del siglo XXI para diferenciarlo del que hubo el siglo pasado, que fracas¨® all¨ª donde pudo ensayarse, o donde se ha transformado para evitar su derrumbe. El socialismo venezolano tendr¨¢ libertad de prensa, de asociaci¨®n pol¨ªtica, y se mantendr¨¢ la propiedad privada sobre los medios de producci¨®n no estrat¨¦gicos¡±. La Prensa, entre ellos. Elides Rojas, director de la redacci¨®n de El Universal, el diario m¨¢s prestigioso del pa¨ªs, lo ve, en cambio, como ¡°un batiburrillo ideol¨®gico, dinamitado por la realidad, con la vieja ret¨®rica del comunismo cubano, el autoritarismo de las m¨¢s atrasadas dictaduras latinoamericanas del siglo pasado, su buena dosis de populismo y demagogia, hipocres¨ªa, doble discurso y, lo m¨¢s grave, una gran corrupci¨®n¡±. En todo ello abunda con su explosivo verbo una de las plumas m¨¢s cotizadas del pa¨ªs, Milagros Socorro, colaboradora entre otras publicaciones de El Nacional, competencia del anterior: ¡°Es el totalitarismo de siempre, pero entonado con la rima de una supuesta redenci¨®n de masas. La novedad estriba en el cinismo de sus defensores que aseguran que beneficia a los pobres, aunque haya devastado la econom¨ªa venezolana y emplazado al pa¨ªs entre los m¨¢s violentos del planeta¡±. Maye Primera excorresponsal de EL PA?S en Venezuela lo ve m¨¢s como ¡°una est¨¦tica, que una ideolog¨ªa; un adjetivo para cubrir con una p¨¢tina revolucionaria el viejo sistema rentista-petrolero¡±. Para Jorge Luis Benezra, periodista de Televen, es un apa?o de ¡°identidad ideol¨®gica con que justificar el poder¡±. Y Luz Mery Reyes, directora de una web caraque?a, sostiene, mientras navega escrupulosamente entre Scila y Caribdis, que ¡°pretende superar las fallas del socialismo real, con empoderamiento de los menos favorecidos. Mezcla experiencias distintas como los consejos comunales, estructuras que podr¨ªan materializar la preponderancia del poder popular. Pero en la pr¨¢ctica sigue enfrentando los problemas del socialismo real desde un sistema capitalista, aunque signado por el dominio del Estado, que se apoya en los ingresos petroleros¡±.
Juan Carlos Monedero, profesor de la universidad espa?ola que ha sido asesor de Ch¨¢vez, y en 2004 contribuy¨® a crear el Centro Internacional Miranda, una suerte de laboratorio ideol¨®gico de izquierdas, es quien se atreve a perge?ar una cierta definici¨®n enumerando lo que considera rasgos esenciales de ese Socialismo: ¡°Es anti-imperialista y contrario a toda colonizaci¨®n econ¨®mica o cultural; quiere superar el marco capitalista y no solamente corregir sus excesos neoliberales (lo que le aleja de la socialdemocracia del brasile?o Lula) ; apuesta por el respeto al medio ambiente como herencia de la Pachamama ind¨ªgena (cultos precolombinos que adoraban la Madre Tierra), y por la mujer, en los ¨¢mbitos laboral, familiar y pol¨ªtico; es pac¨ªfico pero est¨¢ armado; distingue entre socializar y estatalizar, y f¨ªa en formas populares de gesti¨®n econ¨®mica; entiende que el Estado es soluci¨®n y problema, con lo que promueve la autogesti¨®n del pueblo organizado, superando las limitaciones de la democracia representativa¡±. A?ade con agudeza que el ¡°pensamiento de Ch¨¢vez lo construyen sus enemigos¡±, lo que suena como un eco de las palabras del propio l¨ªder bolivariano, cuando dijo que ¨¦l era consecuencia de sus predecesores: la Venezuela rentista del pillaje petrolero.
El Socialismo ¨¤ la Ch¨¢vez, ten¨ªa inevitablemente que heredar caracter¨ªsticas de su progenitor. Alberto Barrera habla de ¡°pol¨ªtico cat¨®dico¡± para subrayar la capacidad de arrastre casi hipn¨®tico del l¨ªder sobre todo en los medios audiovisuales. As¨ª, el Socialismo chavista comienza por un eslogan, afortunado como dec¨ªa Petkoff, donde la referencia al siglo XXI parece excusar de ulteriores elaboraciones, porque es una work in progress. Ch¨¢vez era un novelista de s¨ª mismo, al que le caer¨ªa bien la manoseada imagen de Pirandello, con la diferencia de que el autor ya lo tiene, ¨¦l mismo, y lo que busca es la novela que mejor le siente a su personalidad. Adecuadamente, en este recorrido se ha producido una amalgama de opiniones que, aunque formalmente contradictorias, coinciden en la afirmaci¨®n simult¨¢nea de unos rasgos y sus contrarios. Un Ying y Yan caribe?o, que trata de poner en pr¨¢ctica un atractivo eslogan con competencia profesional dudosa, limitaci¨®n pero no abolici¨®n de unas libertades que no son solo burguesas, corrupci¨®n que viene de antiguo, y en medio de una inseguridad ciudadana crecientemente atroz.
Monedero, que se encuentra estos d¨ªas en Venezuela, destacaba, en una recopilaci¨®n de Jos¨¦ Poliszuk, en El Universal, que ¡°la Biblia dice que los profetas te llevan a la Tierra Prometida, pero nunca llegan a ella. Maduro va a tener que manejar con pol¨ªtica lo que el presidente Ch¨¢vez solventaba con carisma¡±. Lo que va de ayer a hoy.
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