Venezuela decide este domingo si existe el chavismo sin Ch¨¢vez

Las elecciones presidenciales de este domingo, las primeras sin la presencia f¨ªsica de Hugo Ch¨¢vez en 15 a?os, se han convertido en un refer¨¦ndum sobre la continuidad hasta 2019 de la Revoluci¨®n Bolivariana que el comandante fallecido encarn¨® y que ha dividido pol¨ªticamente a Venezuela en dos mitades irreconciliables. El duelo lo protagonizan Nicol¨¢s Maduro, el ¡°candidato de la patria¡± como le llama la propaganda oficial, hijo y heredero del ¡°Cristo de los pobres¡±, y Henrique Capriles, l¨ªder de una alianza de peque?os grupos opositores, derrotado en los comicios del pasado 7 de octubre. Y contra pron¨®stico, seg¨²n los sondeos internos de algunas empresas de opini¨®n, el resultado del combate parece m¨¢s ajustado e incierto de lo que nadie pudo prever hace tan solo un mes.

Pero las elecciones son tambi¨¦n las ¨²ltimas en las que Ch¨¢vez ha hecho campa?a. La ret¨®rica del r¨¦gimen ha elevado a las alturas al l¨ªder bolivariano hasta un extremo solo comparable con el culto a la personalidad que reciben los ¨ªdolos totalitarios. Sus retratos, palabras y an¨¦cdotas han estado machaconamente presentes cada minuto en las radios y televisiones p¨²blicas y en cada acto y frase de Maduro, cuya campa?a ha tenido un car¨¢cter intencionadamente religioso. La propaganda chavista se las ingeniado para conformar una nueva Sant¨ªsima Trinidad en la que Ch¨¢vez es el Padre Eterno; Maduro, el Hijo, y el pajarito de la famosa y rid¨ªcula escena de hace unas semanas, el Esp¨ªritu Santo.

Maduro, de 50 a?os, un hombre nada arrogante, seg¨²n quienes le conocen, carga sobre sus hombros con la responsabilidad de demostrar que el chavismo sin Ch¨¢vez es posible. Una verdadera prueba de fuego cuando los problemas sobre la econom¨ªa venezolana se acumulan ¨Calta inflaci¨®n, enorme d¨¦ficit fiscal, aumento de la deuda p¨²blica, escasez de alimentos y de divisas, apagones y creciente dependencia del petr¨®leo- heredados del populismo de su mentor.

Antiguo conductor de autobuses, sindicalista y ex canciller, de lealtad inquebrantable desde 1992 al ¡°Comandante Supremo¡±, como se le nombra ahora, y considerado un hombre de La Habana ¨Cestudi¨® en una escuela de formaci¨®n marxista cubana en los a?os 80- ha realizado una campa?a mediocre con torpezas como confundir Estados con ciudades de su propio pa¨ªs.

El presidente encargado, sin el carisma de su idolatrado comandante, ha empleado un discurso b¨¢sico destinado a conectar con todo el espectro chavista, desde el fundamentalista al oportunista. Su propia candidatura es para algunos analistas resultado de una tregua entre la nomenclatura del r¨¦gimen porque ninguna de sus figuras, muerto el l¨ªder, tiene poder para imponerse.

En su primera campa?a, nunca antes se hab¨ªa sometido a la prueba de las urnas, ha advertido que las misiones ¨Cel gran programa de asistencia social de Ch¨¢vez- est¨¢n en peligro si gana su rival, al que ha llamado repetidamente ¡°burguesito¡± y ¡°caprichito¡±, y prometido luchar contra la inseguridad ciudadana, que ha convertido a Venezuela en uno de los pa¨ªses m¨¢s violentos del mundo. Tambi¨¦n se ha comprometido a solucionar los problemas en las infraestructuras y servicios p¨²blicos.

Capriles, un abogado de 40 a?os, ha aprovechado esta segunda oportunidad para emplear un discurso mucho m¨¢s agresivo, gracias al cual ha logrado sacar de la depresi¨®n a la oposici¨®n, hundida tras los descalabros de las elecciones de octubre y las regionales de diciembre. Un gran m¨¦rito ya que su campa?a se ha desarrollado en unas condiciones de absoluta desventaja frente al poder chavista, que ha abusado sin escr¨²pulos de todos los resortes y fondos del Estado. Al grito de ¡°Yo no soy la oposici¨®n, soy la soluci¨®n¡±, ha devuelto golpe por golpe a Maduro, a quien ha llamado ¡°mentira fresca¡±, y definido a todo su entorno como un grupo de ¡°enchufados¡±.

El l¨ªder opositor, fundador del partido de centro derecha Primero Justicia y gobernador del Estado de Miranda, ha denunciado la intromisi¨®n de los cubanos en Venezuela ¨Cse calcula que hay m¨¢s de 40.000 en el pa¨ªs, con gran poder en el aparato de seguridad del Estado- y la posibilidad de que el chavismo cometa un fraude manipulando el sistema electoral. Hasta ahora la oposici¨®n prefer¨ªa eludir las irregularidades por temor a que desanimase a sus partidarios a acudir a las urnas. Ahora la situaci¨®n ha cambiado y el candidato ha pedido a sus seguidores que vigilen todo el proceso en las mesas de votaci¨®n.

La noche del 7 de octubre Capriles acept¨® sin demora su derrota. Cu¨¢l ser¨¢ su decisi¨®n ahora es una inc¨®gnita y no se puede descartar que se produzcan incidentes violentos este domingo, dado los ataques que supuestos descontrolados chavistas han llevado a cabo contra los opositores durante la campa?a. El papel que adopten las fuerzas armadas ser¨¢ crucial para conocer el signo de la nueva etapa pol¨ªtica que se abre en una Venezuela sin Ch¨¢vez.