Un marat¨®n del siglo XIX
La primera edici¨®n se celebr¨® en 1897 como una r¨¦plica al que un a?o antes tuvo lugar en los primeros Juegos Olimpicos de la era moderna
El primer marat¨®n moderno se celebr¨® en los Juegos Ol¨ªmpicos de Atenas, en 1896, un acontecimiento que caus¨® tal impacto y emoci¨®n en el equipo estadounidense desplazado a Grecia que un a?o despu¨¦s lo trasladaron a Boston. En aquella primera edici¨®n de un 19 de abril de 1897 apenas participaron 17 corredores, de los cuales casi todos (12) eran griegos, pero ese fue el inicio de una larga tradici¨®n y del orgullo de una ciudad. Para muchos, la particular fiesta nacional de Boston en la que, se calcula, pueden participar, entre corredores y p¨²blico, hasta 500.000 personas.
La prueba que este tercer lunes de abril ¨Ccomo marca la norma- ha sido atacada con varias explosiones es la m¨¢s m¨¢s antigua de todas las que tienen lugar en el mundo (al margen de los JJ OO) y, probablemente, la m¨¢s prestigiosa. Junto a las de Nueva York, Chicago, Berl¨ªn y Londres forma la World Marathon Majors, las cinco grandes pruebas del mundo dentro de la modalidad.
Durante estas 117 ediciones, nada ha detenido su celebraci¨®n, aunque la Primera Guerra Mundial s¨ª que lleg¨® a modificar su formato. En 1918 la tradicional carrera fue sustituida por una prueba de relevos protagonizada por militares.
El apartado femenino esconde una de esas historias de heroicidad. La primera ganadora oficial fue Nina Kuscsick, en 1971 (ocho lo disputaron y todas terminaron), aunque no se trat¨® de la primera mujer en completarlo. Entre 1966 y 1968, una pionera llamada Roberta Louise Bobbi Gibb, que hab¨ªa recibido una carta del director de la prueba explic¨¢ndole que las mujeres no estaban psicol¨®gicamente preparadas para afrontar un marat¨®n y que por lo tanto no pod¨ªa inscribirse, decidi¨® retar las normas.
Ese 1966, despu¨¦s de viajar en autob¨²s durante cuatro d¨ªas y tres noches desde California, se ocult¨® entre los arbustos cerca del punto de salida para burlar la prohibici¨®n y, en cuanto vio que ya hab¨ªa salido la mitad de los participantes, se introdujo entre la masa y empez¨® a recorrer los 42, 150 metros. Su gesta cubri¨® p¨¢ginas y p¨¢ginas de peri¨®dicos de la ¨¦poca y, en 1996, con motivo del centenario de la prueba, la organizaci¨®n le reconoci¨® su victoria en esos tres a?os con sendas medallas.
En la actualidad, no es f¨¢cil formar parte de la n¨®mina de los aproximadamente 30.000 corredores que toman la salida. Desde 1970 es necesaria una marca m¨ªnima que hay que conseguir en alguna de las 30 carreras oficiales del a?o previo, y algunos se pasan toda una vida para lograrlo. Por ejemplo, los hombres que tienen entre 18 y 34 a?os deben acreditar un tiempo inferior o igual a 3h 10 minutos. Sin embargo, cuenta con el h¨¢ndicap de que no puede registrar un r¨¦cord del mundo porque la altura en la l¨ªnea de meta es menor que el de salida.
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