La justicia de Argentina condena a un l¨ªder sindical por homicidio
El caso puso en evidencia el recelo de ciertos caciques sindicales peronistas al avance de la izquierda m¨¢s combativa en la representaci¨®n de los obreros
Un tribunal de Buenos Aires conden¨® este viernes a uno de los m¨¢s poderosos l¨ªderes sindicales de Argentina, el ferroviario peronista Jos¨¦ Pedraza, por haber instigado en 2010 un ataque a militantes de izquierda que acab¨® con la muerte de un joven de 23 a?os, Mariano Ferreyra, y con heridas de bala en otros tres. El caso lleg¨® a tener tanta repercusi¨®n en los medios de comunicaci¨®n que hasta Lionel Messi, usualmente alejado de causas pol¨ªticas, pos¨® con una camiseta argentina con el nombre de Ferreyra, en solidaridad con su familia. Adem¨¢s la condena a 15 a?os de prisi¨®n contra quien dirigiera la Uni¨®n Ferroviaria durante m¨¢s de tres d¨¦cadas resulta emblem¨¢tica en un pa¨ªs donde se repiten cada tanto peleas a tiros entre bandas sindicales.
El homicidio ocurri¨® en un corte de v¨ªas que los trotkistas del peque?o Partido Obrero (PO) hab¨ªan montado para pedir la incorporaci¨®n de empleados tercerizados de una cooperativa dependiente de la Uni¨®n Ferroviaria a la plantilla estable de la concesionaria privada de un tren de cercan¨ªas. El asesinato puso en la agenda p¨²blica el problema de los empleados de empresas tercerizadas, que suelen gozar de menos ingresos y derechos laborales que los de las compa?¨ªas que las contratan.
El caso de Pedraza tambi¨¦n es significativo porque fue uno de los sindicalistas acusados de resistir poco las privatizaciones del Gobierno del peronista Carlos Menem (1989-1999). Pedraza adem¨¢s acab¨® viviendo en un piso en el barrio m¨¢s caro de Buenos Aires, Puerto Madero, aunque ahora reside en la c¨¢rcel.
La justicia determin¨® que Pedraza y su subalterno ordenaron por tel¨¦fono que los militantes de la Uni¨®n Ferroviaria reprimieran la protesta. As¨ª fue que varios de ellos llegaron armados al corte de v¨ªas, en el barrio porte?o de Barracas, y comenzaron a disparar. Ferreyra, que era un dirigente estudiantil universitario del PO, muri¨® de un tiro en el est¨®mago.
Dos empleados ferroviarios y un integrante de la barra brava de un club de Segunda Divisi¨®n, el Defensa y Justicia, que hab¨ªa sido reclutado para el ataque, fueron sentenciados a 18 a?os de prisi¨®n como autores materiales del homicidio y de los otros tres intentos de asesinato. El subalterno de Pedraza fue condenado, al igual que su jefe, a 15 a?os de c¨¢rcel. Otros tres integrantes de la banda sindical deber¨¢n pasar entre ocho y 11 a?os tras las rejas por complicidad.
Tambi¨¦n hubo polic¨ªas culpables. Sucede que dos comisarios dieron la orden de dejar que los violentos actuaran sin control y por eso permanecer¨¢n diez a?os encerrados. Otros tres uniformados fueron condenados a dos a?os de prisi¨®n, pero podr¨¢n seguir en libertad siempre y cuando no incurran en otros delitos. El caso Ferreyra tambi¨¦n fue sintom¨¢tico de la corrupci¨®n policial, que se repite con frecuencia en distintos tipos de cr¨ªmenes. A partir de este homicidio y de otros episodios de violencia protagonizados por integrantes de la Polic¨ªa Federal, la presidenta de Argentina, la peronista Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner, decidi¨® nombrar a finales de 2010 a una nueva ministra de Seguridad, Nilda Garr¨¦, que comenz¨® una silenciosa operaci¨®n de limpieza de la fuerza.
Los familiares de los condenados interrumpieron la lectura de la sentencia con gritos e insultos contra los magistrados. El exjefe sindical Pedraza hab¨ªa pedido a los jueces que evitaran las interferencias ¡°medi¨¢ticas y pol¨ªticas¡±. Pese a que hab¨ªa apoyado siempre a los Kirchner, Pedraza perdi¨® su respaldo despu¨¦s del crimen. Poco antes de morir el 27 de octubre de 2010, el entonces expresidente N¨¦stor Kirchner acerc¨® un testigo clave del caso al juzgado interviniente, seg¨²n ha contado su viuda. Parte del kirchnerismo se comprometi¨® con la lucha de la familia Ferreyra.
El trotkista PO, sin embargo, acusa al ministro de Trabajo, Carlos Tomada, de contactos telef¨®nicos con Pedraza aquel d¨ªa del asesinato. Tambi¨¦n qued¨® disconforme con el fallo porque esperaba penas mayores.
La historia de parte del sindicalismo argentino ha tenido episodios ligados a la violencia. La Confederaci¨®n General del Trabajo (CGT) fue y es uno de los pilares de poder del peronismo en un pa¨ªs que es el segundo en afiliaci¨®n sindical de Latinoam¨¦rica, con un 37% de los trabajadores, una cifra solo superada por Cuba. Durante la proscripci¨®n del peronismo que rigi¨® durante dictaduras militares y gobiernos democr¨¢ticos entre 1955 y 1973, la resistencia sindical muchas veces tom¨® las armas para dirimir sus disputas internas y externas. En la actualidad las motivaciones de la violencia sindical son otras: desde manejos de dinero hasta cuestiones de poder.
Desde 2006, nueve dirigentes sindicales fueron asesinados en Argentina en peleas dentro de sindicatos de la CGT, ya sea en fusilamientos a quemarropa o en enfrentamientos entre bandas. A diferencia de otros pa¨ªses latinoamericanos, donde los cr¨ªmenes de sindicalistas de los ¨²ltimos a?os han sido perpetrados por sicarios dependientes de sectores patronales o paramilitares, en Argentina se repiten los casos de heridos en refriegas entre grupos internos del mismo sindicato. En algunos de los casos de los homicidios, ocurridos entre camioneros, alba?iles, pescadores, operarios el¨¦ctricos y obreros fabriles, las v¨ªctimas han sido los tesoreros de los gremios. El caso de Ferreyra puso en evidencia el recelo de ciertos caciques sindicales peronistas al avance de la izquierda m¨¢s combativa en la representaci¨®n de los obreros en a?os recientes. Tal vez la condena de Pedraza pueda poner un freno a la impunidad.
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