La gran apuesta de Marco Rubio
El apoyo de Rubio hace m¨¢s dif¨ªcil que sus compa?eros rechacen una ley respaldada por Obama
Pocos legisladores juegan hoy una partida m¨¢s determinante en el ajedrez pol¨ªtico de Washington, el futuro del pa¨ªs y su propio destino como Marco Rubio. El senador republicano ha hecho una apuesta a todo o nada. La aprobaci¨®n de la ley de inmigraci¨®n llevar¨¢ su apellido como el conservador capaz de convencer a sus compa?eros m¨¢s reticentes. Si fracasa, pondr¨¢ en peligro sus opciones -y las de su partido- para la presidencia en 2016.
Amparado por el Tea Party, la promesa hispana de los republicanos lleg¨® al Senado por el Estado de Florida impulsado por la oleada conservadora que entonces tambi¨¦n cambi¨® de manos el liderazgo en la C¨¢mara de Representantes. El senador es la novedad en el sector m¨¢s conservador del partido que reivindicaba un mayor peso pol¨ªtico y que acab¨® secuestrando la actividad legislativa del Capitolio.
Tres a?os despu¨¦s, representa mejor que nadie el giro estrat¨¦gico que puede adoptar un pol¨ªtico -y con ¨¦l, su partido- cuando ahoga el instinto de supervivencia. Rubio y los republicanos necesitan votos para sobrevivir a las legislativas de 2014. Ya no basta con el electorado tradicional ni con la defensa de ideas tradicionales. No es suficiente defender la limitaci¨®n del gobierno ni las bajadas de impuestos. Hacen falta hispanos y, sin la reforma, sin Rubio, los republicanos se quedan sin ellos.
El senador de Florida ha negociado durante los ¨²ltimos tres meses el proyecto de ley para reformar el sistema de inmigraci¨®n estadounidense. Rubio present¨® esta semana el texto de m¨¢s de 800 p¨¢ginas que ya est¨¢ en las arcas del Senado listo para su tramitaci¨®n, acompa?ado de l¨ªderes como John McCain, impulsor de la reforma que fracas¨® en 2007, y dem¨®cratas como Chuck Schumer o Bob Men¨¦ndez. El fin de semana anterior, fue Rubio quien ofreci¨® hasta siete entrevistas en diferentes programas dominicales para explicar a los estadounidenses en qu¨¦ consiste la reforma.
El senador asegur¨® en el pasado que entregar la ciudadan¨ªa a indocumentados ser¨ªa injusto hacia aquellos que intentan entrar en el pa¨ªs de manera legal
Sin embargo, el papel del senador a partir de ahora es el de hacer justo lo contrario: convencer al sector m¨¢s conservador de lo que la legislaci¨®n no hace. El primer enemigo de Rubio es la palabra ¡°amnist¨ªa¡±, como definen sus detractores a la regularizaci¨®n de indocumentados. En los debates de las legislativas de 2010, Rubio afirm¨® que ¡°la v¨ªa para la ciudadan¨ªa es un eufemismo de amnist¨ªa¡±.
Durante los a?os en los que el Partido Republicano radicaliz¨® su postura en torno a la inmigraci¨®n, el senador asegur¨® que entregar la ciudadan¨ªa a indocumentados ser¨ªa injusto hacia aquellos que intentan entrar en el pa¨ªs de manera legal. Hoy Rubio asegura que la reforma migratoria ¡°es de inter¨¦s nacional¡±, ¡°la verdadera amnist¨ªa es dejar las cosas como est¨¢n ahora¡± y que EE UU debe reconocer que la mayor¨ªa de indocumentados entraron legalmente y despu¨¦s permanecieron en el pa¨ªs con visados caducados.
¡°Debemos lidiar con la realidad de que aqu¨ª hay millones de personas viviendo ilegalmente¡±, dijo este jueves ante la prensa. Rubio tambi¨¦n rechaza que se pueda deportar a todos los ¡®sin papeles¡¯, celebra que se les exija el pago de una multa para nacionalizarse y promete, siempre que puede, que la legislaci¨®n exige garant¨ªas de seguridad en la frontera antes de dar la ciudadan¨ªa a ning¨²n indocumentado.
El giro del republicano le convierte en el eje sobre el que giran los intereses de su carrera, de su partido y hasta del presidente, Barack Obama, quien ha convertido la reforma en una prioridad para este mandato. ¡°Rubio es una fuerza positiva¡±, dijo Obama esta semana en una entrevista con la cadena NBC. El senador permite sentar a la mesa al ala m¨¢s conservadora del partido, con la intenci¨®n de lograr un apoyo tan amplio en el Senado -donde hasta su compa?ero Rand Paul respalda la reforma- que la C¨¢mara de Representantes no pueda ofrecer gran oposici¨®n a la ley.
Pero la apuesta de Rubio es tambi¨¦n un favor a Obama: a cualquier texto legislativo que llegue desde la Casa Blanca o con el patrocinio del presidente tiene garantizado un futuro de bloqueos y oposiciones en la C¨¢mara. El apoyo del senador republicano hace m¨¢s dif¨ªcil que sus compa?eros de filas rechacen la ley. ?C¨®mo podr¨¢n hacer suyo un ¨¦xito en las legislativas de 2014 cuando en realidad fue idea del presidente y del Partido Dem¨®crata?
Nadie est¨¢ m¨¢s listo para expresar la incomprensi¨®n ante el giro de Rubio y de su partido que el locutor de radio ultraconservador Rush Limbaugh. ¡°Esa era antes mi postura¡±, le reconoci¨® el senador esta semana, en una entrevista acerca de la propuesta para regularizar a indocumentados. ¡°Nunca lo voy a entender¡±, contest¨® Limbaugh. ¡°Nunca voy a entender este razonamiento¡±.
Estrategas republicanos como Karl Rove tienen otra respuesta: ¡°convertirle en nuestro portavoz en materia de inmigraci¨®n acelerar¨¢ la recuperaci¨®n del partido¡±, afirm¨® Rove en una columna firmada para The Wall Street Journal. Para que esto se produzca, Rubio deber¨¢ evitar que los conservadores revienten un acuerdo sin precedentes entre dem¨®cratas y republicanos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.