2. Liquidar la burocracia
La crisis ahonda el malestar por los despilfarros y las ineficiencias Reino Unido lidera el impulso para lograr ahorros
Hace unos d¨ªas, dos de las principales figuras de la Comisi¨®n Europea, el finland¨¦s Olli Rehn y la luxemburguesa Viviane Reding, hicieron un viaje de 10 horas de ida y vuelta entre Bruselas y Estrasburgo, para informar sobre varias decisiones pol¨ªticas recientes y responder a preguntas en uno de los mayores edificios de la ciudad francesa, el del Parlamento Europeo.
En una semana diferente, desde luego, habr¨ªan podido hacer eso mismo con un paseo de solo 10 minutos desde sus oficinas de Bruselas. Pero esa semana la sede del Parlamento en la capital comunitaria estaba semivac¨ªa debido al cansino sistema que hace que los parlamentarios europeos deban pasar 14 semanas de 4 d¨ªas laborables al a?o en Estrasburgo.
La UE cuenta con unos 56.000 empleados y sus costes administrativos est¨¢n alrededor de 9.000 millones de euros
¡°Es un procedimiento rid¨ªculo, despilfarrador e ineficaz¡±, dice Edward MacMillan-Scott, un parlamentario brit¨¢nico que lleva mucho tiempo haciendo campa?a para que se ponga fin a esta costumbre.
La reforma de la UE, sus estructuras, instituciones, salarios y prebendas es una idea que, como es natural, encuentra buena acogida en una poblaci¨®n cansada de soportar medidas de austeridad y deseosa de que sus autoridades prueben una dosis de su propia medicina. En total, la UE cuenta con unos 56.000 empleados y unos costes administrativos de alrededor de 9.000 millones de euros anuales.
David Cameron se ha propuesto hacer temblar los cimientos de la UE, sus estructuras y sus instituciones, sus retribuciones y sus beneficios. Si sabe jugar sus bazas con astucia, conseguir¨¢ muchos aliados partidarios de recortes y simplificaciones en Holanda, Escandinavia y Alemania, siempre que oriente su estrategia hacia reformas futuras, y no a revocar de forma retroactiva lo ya establecido.
En medio de todo eso, el circo parlamentario es un blanco f¨¢cil y, como es de esperar, los brit¨¢nicos est¨¢n al frente de la campa?a para acabar con el traslado mensual. Se habla, por ejemplo, de utilizar los edificios existentes en la ciudad francesa para trasladar all¨ª el Tribunal Europeo de Justicia desde Luxemburgo y la Corte Penal Internacional desde La Haya, con lo que Estrasburgo se convertir¨ªa en la ¡°Ciudad de la justicia europea¡±.
M¨¢s sustancial es la reforma prevista para el a?o que viene, cuando se celebren las elecciones al Parlamento Europeo y se establezca una nueva Comisi¨®n Europea, el ¨®rgano ejecutivo con sede en Bruselas, que da trabajo a unas 30.000 personas.
La Comisi¨®n tiene 27 comisarios, cada uno responsable de un ¨¢rea pol¨ªtica, desde el comercio hasta la ayuda humanitaria. Pero no son 27 porque existan 27 ¨¢reas pol¨ªticas definidas, sino porque hay 27 pa¨ªses en la UE, y cada uno necesita tener a su propio representante en el ¨®rgano supremo.
Es muy probable que el a?o pr¨®ximo llegue a su fin el mandato del ex primer ministro portugu¨¦s Jos¨¦ Manuel Barroso, al frente de la Comisi¨®n desde hace un decenio, y eso repercutir¨¢ en todos los dem¨¢s puestos. Los alemanes est¨¢n deseosos de cambiar las cosas.
¡°En Berl¨ªn se est¨¢ hablando de crear puestos de subcomisarios¡±, dice un funcionario alem¨¢n. ¡°Pero nadie debe tener la sensaci¨®n de que es de segunda o tercera categor¨ªa¡±.
Es dif¨ªcil transformar la burocracia de Bruselas, pero se est¨¢ extendiendo el consenso de que el pr¨®ximo a?o ofrece una oportunidad de las que solo se ven, como mucho, una vez cada 10 a?os. La ¨²ltima ocasi¨®n se produjo cuando Neil Kinnock era comisario para la reforma administrativa, entre 1999 y 2004.
¡°Se avecinan cambios. Y quiz¨¢ sean importantes¡±, dice el alto funcionario. ¡°Existe la expectativa de que los Estados miembros presionen mucho a la nueva comisi¨®n para que cambie las cosas. Los ¨²ltimos a?os han estado dedicados a absorber a los nuevos miembros en el sistema (12 desde 2004). Ahora ha llegado el momento de reexaminar la Comisi¨®n¡±.
Pero eso no quiere decir necesariamente el traslado mensual del Parlamento. Estrasburgo ingresa alrededor de 20 millones de euros anuales por la invasi¨®n mensual de eur¨®cratas; esa invasi¨®n deja en la ciudad una huella anual de carbono de 19.000 toneladas, procedente de los trenes, aviones, coches y camiones llenos de los papeles necesarios para mantener engrasada la maquinaria legislativa europea, y cuesta alrededor de 180 millones de euros anuales.
¡°Es rid¨ªculo. Pero inevitable. Los franceses no van a renunciar nunca a ello¡±, dice un alto funcionario de la UE.
Casi todos los eurodiputados perferir¨ªan acabar con el circo ambulante y quedarse en el vasto y moderno edificio del Parlamento en Bruselas. El pasado mes de octubre, tres de cada cuatro votaron tener una sola sede. Pero el Tratado de Lisboa les obliga a reunirse en Francia 12 veces al a?o. Los ¨²nicos que pueden cambiar ese requisito son los Gobiernos nacionales. Todos tienen poder de veto. Y el presidente Fran?ois Hollande dice exactamente lo mismo que su predecesor, Nicolas Sarkozy, aunque su tono sea algo menos estridente: ¡°Non¡±.
¡°Los franceses no renunciar¨¢n nunca a ello, a no ser, claro est¨¢, que se les d¨¦ algo importante a cambio, dentro de un gran paquete de reformas¡±, dice el funcionario.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.