Espa?a en Twitter y Frau Merkel
La red social permite comentar situaciones complejas de forma simple y viralizar los mensajes
Un caluroso d¨ªa de junio de 2012, El Bar¨®n Rojo, una de las cuentas estrella del Twitter espa?ol, emiti¨® un somero an¨¢lisis de la interminable crisis europea: ¡°Hay que ver la que montan los alemanes para que en el sur de Europa les resulte barato veranear¡±. No era el m¨¢s profundo de los estudios, pero s¨ª uno de los comentarios m¨¢s representativos de cuantos se publican desde Espa?a en la red social para encajar los golpes que le somete su desesperante situaci¨®n econ¨®mica. D¨ªa tras d¨ªa, cumbre tras cumbre, el socarr¨®n Twitter espa?ol refleja que, si la Uni¨®n Europea siente desapego hacia su presente, muchos de sus ciudadanos sienten a¨²n m¨¢s hacia sus gobiernos.
No es un fen¨®meno ¨²nicamente espa?ol. Cuando el ministro del Tesoro brit¨¢nico, George Osborne, se abri¨® una cuenta en Twitter el pasado 20 de marzo, por ejemplo, se top¨® con tuits como: ¡°Osborne planea recortar los tuits a 135 caracteres para 2015. Menos a las cuentas de m¨¢s de 200.000 seguidores. No sea que se vayan al extranjero¡±. Y un mes antes, la polic¨ªa investigaba el piso de la directora general del FMI Christine Lagarde, acusada de tr¨¢fico de influencias y un tuitero franc¨¦s se lamentaba: ¡°Dos dirigentes del FMI a los tribunales en dos a?os. Hasta la mafia colombiana se va a re¨ªr de todos¡±. Pero es algo que Espa?a, con siglos de tradici¨®n de humor tremendista ¡ªlo que anta?o fue el chascarrillo barra de bar¡ª, hace bien. Y su situaci¨®n se presta a ello. ¡°La broma es un reflejo natural ante el dolor¡±, observa Jillian C. York, de la fundaci¨®n Electronic Frontier, que en mayo dirigir¨¢ una mesa redonda sobre humor pol¨ªtico en Internet en Berl¨ªn. ¡°Permite comentar situaciones complejas de forma simple y viralizar los mensajes¡±.
El g¨¦nero tiene un basti¨®n inmutable: Angela Merkel. Las escasas bromas que se hacen sobre ella la reducen a una estricta profesora en el aula llena de ni?os que es la Uni¨®n. ¡°La Constituci¨®n espa?ola no puede cambiarse as¨ª como por capricho. Tiene que pedirlo Merkel¡±, tuiteaba Masaenfurecida ¡ªla cuenta de referencia de este humor que tiende a parodiar el discurso oficial de los pol¨ªticos nacionales¡ª el pasado seis de diciembre, d¨ªa en el que Espa?a conmemora la promulgaci¨®n de su constituci¨®n.
El humor, en todo caso, es de agradecer. La falta del mismo suele indicar el momento en el que un pa¨ªs se sume en la desesperaci¨®n. En junio de 2012, antes de las elecciones griegas, se propag¨® en Twitter la historia de unos turistas alemanes que se negaron a pagar la cuenta en un bar de Creta porque el pa¨ªs estaba en deuda con ellos. Sea verdad o no, es un resumen mucho m¨¢s crudo de las tensiones entre ambos pa¨ªses.
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