Discurso ¨ªntegro del presidente Obama ante los j¨®venes
El presidente agradece la contribuci¨®n al progreso de EE UU de su vecino del sur ante un auditorio compuesto por j¨®venes
?Hola! ?Buenos d¨ªas! Es un gran gusto estar nuevamente en M¨¦xico lindo y querido. Traigo conmigo los saludos y la amistad del pueblo de los Estados Unidos, incluyendo a decenas de millones de orgullosos mexicano-americanos.
Esta es mi cuarta visita a M¨¦xico siendo Presidente. Cada vez que vengo, me siento inspirado por la cultura de ustedes, por la belleza de esta tierra y, sobre todo, por el pueblo mexicano. Ustedes han recibido amistosamente a mi esposa Michelle aqu¨ª. Ustedes han recibido amistosamente a nuestra hija Malia y a sus compa?eras de clase en Oaxaca. Y, como padre orgulloso, les puedo decir que ella est¨¢ mejorando much¨ªsimo su espa?ol. Tambi¨¦n ayuda que ella sea m¨¢s inteligente que yo.
Es un honor estar nuevamente en la Ciudad de M¨¦xico, que es una de las grandes ciudades del mundo. Es un placer estar entre amigos. Resulta propio que nos reunamos en este gran museo, que celebra las civilizaciones antiguas de M¨¦xico y los logros de estas en las artes y la arquitectura, la medicina y las matem¨¢ticas. En ¨¦pocas modernas, la mezcla de las culturas y las tradiciones de ustedes fue expresada en los murales de Rivera, las pinturas de Frida, la poes¨ªa de Sor Juana y los escritos de Octavio Paz.
En alg¨²n momento Paz escribi¨® palabras que capturan el esp¨ªritu de nuestra reuni¨®n en el d¨ªa de hoy, en este lugar que celebra el pasado de ustedes, pero que esta ma?ana est¨¢ lleno de ustedes, los j¨®venes que moldear¨¢n el futuro de M¨¦xico. Paz dijo que ¡°La modernidad no est¨¢ afuera sino adentro de nosotros. Es hoy y es la antig¨¹edad m¨¢s antigua, es ma?ana y es el comienzo del mundo, tiene mil a?os y acaba de nacer.¡±
Por eso es que quer¨ªa tener esta oportunidad de hablar con ustedes hoy. Ustedes viven en la intersecci¨®n de la historia a la que Paz se refiri¨®. El honor y el patrimonio de ustedes, que tiene miles de a?os, pero ustedes tambi¨¦n son parte de algo nuevo, una naci¨®n que se est¨¢ rehaciendo a s¨ª misma. Y a medida que nuestro mundo moderno cambia alrededor de nosotros, es el esp¨ªritu de la juventud, el optimismo y el idealismo de ustedes que impulsar¨¢n al mundo hacia adelante.
Ustedes ven la diferencia entre el mundo como es ahora y el mundo como debe ser; entre las actitudes antiguas que pueden impedir el progreso y la nueva manera de pensar que nos permite conectarnos y colaborar con otras culturas. Eso incluye la manera en que consideramos la relaci¨®n entre nuestras dos naciones.
A pesar de los fuertes lazos y valores que compartimos, a veces las actitudes, en ambos pa¨ªses, est¨¢n aferradas a los viejos estereotipos. Algunos estadounidenses solo visualizan a M¨¦xico citado en titulares sensacionalistas de violencia y de gente que cruza la frontera. Es posible que algunos mexicanos piensen que los Estados Unidos no respetan a M¨¦xico, que nosotros tratamos de imponernos a la soberan¨ªa mexicana o, por el contrario, que queremos mantenernos al margen de la situaci¨®n. Y, en ambos pa¨ªses, esas distorsiones pueden fomentar mitos y malentendidos que solo dificultan el hecho de poder progresar juntos.
He venido a M¨¦xico porque es hora de dejar a un lado las predisposiciones mentales de anta?o. Es hora de reconocer las nuevas realidades, incluyendo el progreso impresionante en el M¨¦xico de hoy. Ya que, incluso a medida que los mexicanos contin¨²an haciendo sacrificios valientes por la seguridad de su pa¨ªs; incluso a medida que los mexicanos en las ¨¢reas rurales y en los barrios no lejos de aqu¨ª luchan por darles una mejor vida a sus hijos¡tambi¨¦n es obvio que est¨¢ emergiendo un nuevo M¨¦xico.
Yo veo a un M¨¦xico que est¨¢ solidificando su democracia. Ciudadanos que dan a conocer su opini¨®n y expresan claramente que la violencia y la impunidad no son aceptables. Una prensa valiente que se esfuerza por hacer que los l¨ªderes rindan cuentas de sus acciones. Una sociedad civil robusta, incluyendo a los valientes defensores de los derechos humanos que exigen dignidad y un estado de derecho. Partidos pol¨ªticos que compiten vigorosamente, que transfieren el poder pac¨ªficamente, y forjan el acuerdo del que depende el progreso. Y aun cuando la labor de perfeccionar la democracia no se termina nunca, como bien lo sabemos en nuestros dos pa¨ªses, ustedes van adelante en pleno conocimiento de la verdad que una vez dijera Benito Ju¨¢rez: ¡°la democracia es el destino de la humanidad¡±.
Veo a un M¨¦xico que est¨¢ creando nueva prosperidad. Que est¨¢ comerciando con el mundo. Convirti¨¦ndose en una potencia manufacturera, desde Tijuana y Monterrey hasta Guadalajara y a trav¨¦s de las mesetas centrales; un l¨ªder global en los autom¨®viles y los electrodom¨¦sticos y los productos electr¨®nicos. Pero adem¨¢s un centro de innovaci¨®n de alta tecnolog¨ªa, que produce el software y los equipos computarizados de nuestra era digital. Un hombre en Quer¨¦taro habl¨® en nombre de un n¨²mero creciente de mexicanos cuando dijo que ¡°No hay motivo de ir al extranjero en busca de una vida mejor; aqu¨ª hay buenas oportunidades¡±.
De hecho, veo a un M¨¦xico que ha sacado a millones de la pobreza. Debido a los sacrificios de otras generaciones, una mayor¨ªa de los mexicanos ahora puede considerarse a s¨ª misma de clase media con una calidad de vida con la que sus padres y sus abuelos solo pod¨ªan so?ar. Esto incluye las nuevas oportunidades para las mujeres, que est¨¢n demostrando que, cuando se les da la oportunidad, ustedes tambi¨¦n pueden moldear el destino de su pa¨ªs.
En ustedes, la juventud de M¨¦xico, veo a una generaci¨®n empoderada por la tecnolog¨ªa. Creo que puedo ver a algunos de ustedes escribiendo tuits y enviando whatsapps ahora mismo. Y ya sea aprovechando los medios sociales para preservar las lenguas ind¨ªgenas o defendiendo el futuro que ustedes desean, ustedes est¨¢n dejando claro que la voz de ustedes se escuchar¨¢.
Y veo a un M¨¦xico que est¨¢ ocupando su lugar merecido en el mundo. Defendiendo la democracia en nuestro hemisferio. Compartiendo su pericia con sus vecinos en todas las Am¨¦ricas, cuando estos encaran terremotos y amenazas a sus ciudadanos o cuando van a las urnas a emitir sus votos. Ustedes se han unido a las filas de las econom¨ªas mayores del mundo, y fueron la primera naci¨®n de Am¨¦rica Latina en ser sede de una reuni¨®n del G-20, que representa otro paso seguro en el escenario mundial.
Al igual que M¨¦xico est¨¢ experimentando una transformaci¨®n, tambi¨¦n la est¨¢n experimentando los lazos entre nuestros dos pa¨ªses. Como Presidente, me he guiado por una proposici¨®n b¨¢sica, ya que en esta relaci¨®n no hay un socio mayoritario ni minoritario. Somos dos socios en igualdad de circunstancias; dos naciones soberanas que tienen que colaborar entre s¨ª en aras de un inter¨¦s y un respeto mutuos.
Tal como colabor¨¦ con el Presidente Calder¨®n, le he reafirmado al Presidente Pe?a Nieto que la gran alianza entre nuestros dos pa¨ªses no solo continuar¨¢, sino que se har¨¢ aun m¨¢s s¨®lida y aun m¨¢s amplia. En mi tiempo compartido con el Presidente Pe?a Nieto, he podido apreciar su profundo compromiso con M¨¦xico y el futuro de este. Compartimos la creencia de que, como l¨ªderes, la misi¨®n que nos gu¨ªa es mejorar las vidas de nuestros pueblos. As¨ª es que estamos de acuerdo en que la relaci¨®n entre nuestras naciones tiene que definirse, no por las amenazas que encaramos, sino por la prosperidad y la oportunidad que podemos crear juntos. Y, si tenemos la seria intenci¨®n de ser socios igualitarios, entonces ambas de nuestras naciones tenemos que reconocer nuestras responsabilidades.
Aqu¨ª en M¨¦xico, ustedes han emprendido reformas ambiciosas, para hacer que su econom¨ªa sea m¨¢s competitiva y que sus instituciones sean m¨¢s responsables de sus acciones hacia ustedes, el pueblo. A medida que ustedes intentan lograr esas reformas, sepan que tienen el apoyo s¨®lido de los Estados Unidos. Ya que, independientemente de si est¨¢n interesados en servicios b¨¢sicos, o intentando abrir un nuevo negocio, nosotros compartimos la creencia de ustedes de que deben poder lograr su cometido sin tener que pagar un soborno. Y cuando mexicanos talentosos como ustedes se imaginan su futuro, deben tener todas las oportunidades de tener ¨¦xito aqu¨ª mismo en el pa¨ªs que ustedes aman.
En los Estados Unidos, reconocemos nuestras responsabilidades tambi¨¦n. Entendemos que la causa b¨¢sica de mucha de la violencia aqu¨ª, y de tanto sufrimiento para tantos mexicanos, es la demanda de drogas ilegales, incluyendo en los Estados Unidos. Ahora bien, yo no creo que legalizar las drogas es la respuesta; en lugar de ello, creo en un enfoque general, no solo de cumplimiento del orden, sino de educaci¨®n, prevenci¨®n y tratamiento. Y vamos a continuar esforz¨¢ndonos en ello, puesto que las vidas de nuestros hijos y el futuro de nuestras naciones dependen de esto.
Reconocemos que la mayor¨ªa de las armas que se usan para cometer la violencia aqu¨ª en M¨¦xico provienen de los Estados Unidos. En los Estados Unidos, nuestra Constituci¨®n nos garantizar el derecho individual de portar armas, y como Presidente yo hice un juramento de respetar ese derecho y as¨ª lo har¨¦ por siempre. Al mismo tiempo, como lo he dicho en mi pa¨ªs, continuar¨¦ haciendo todo lo que tenga a mi alcance para aprobar reformas de sentido com¨²n sobre las armas que logren que estas no lleguen a manos de gente peligrosa; reformas que salven vidas en ambos de nuestros pa¨ªses. Mientras tanto, continuaremos aumentando la presi¨®n a los traficantes de armas que traen armas ilegales a M¨¦xico, y continuaremos colocando a estos delincuentes donde pertenecen, que es tras las rejas.
Reconocemos nuestra responsabilidad, como naci¨®n que tiene la creencia de que todas las personas han sido creadas iguales, de tratarnos los unos a los otros con dignidad y respecto. Esto incluye reconocer c¨®mo los Estados Unidos se han fortalecido con las extraordinarias contribuciones hechas por los inmigrantes de M¨¦xico y por los estadounidenses de ancestro mexicano.
Los mexicano-americanos enriquecen nuestras comunidades, incluyendo a mi ciudad natal de Chicago, donde uno puede caminar por barrios tales como Pilsen y La Villita, que est¨¢n repletos de murales de patriotas mexicanos; cuando un puede parar en una fonda o escuchar los ritmos de baladas intemporales, y donde nos inspiramos con la inmensa fe de nuestras gentes en iglesias tales como Nuestra Se?ora de Guadalupe.
Estamos agradecidos a los mexicano-americanos en todos los segmentos de nuestra sociedad; por ense?ar a nuestros hijos, manejar nuestras empresas, servir con honor en nuestra fuerza militar, hacer descubrimientos cient¨ªficos, y defender la justicia social. Como le dijo el Dr. Martin Luther King a C¨¦sar Ch¨¢vez, somos ¡°hermanos en la lucha por la igualdad¡±. De hecho, sin el fuerte apoyo de los hispanos, incluyendo a tantos mexicano-americanos, yo no estar¨ªa ante ustedes aqu¨ª hoy como Presidente de los Estados Unidos.
Nuestro futuro compartido es uno de los motivos de que nosotros en los Estados Unidos tambi¨¦n reconozcamos la necesidad de reformar nuestro sistema de inmigraci¨®n. Somos una naci¨®n de leyes y, como toda naci¨®n, tenemos la responsabilidad de garantizar que se cumplan nuestras leyes.
Pero tambi¨¦n sabemos que, como naci¨®n de inmigrantes, el sistema de inmigraci¨®n que actualmente tenemos en los Estados Unidos no refleja nuestros valores. Este separa a las familias cuando deber¨ªa reunirlas. Ha llevado a millones de gente a vivir en las sombras. Nos priva de los talentos de tantos j¨®venes, no obstante el hecho de que sabemos que los inmigrantes siempre han sido un motor de nuestra econom¨ªa; que han iniciado algunas de nuestras mejores empresas y han sido pioneros de nuevas industrias.
Ese es uno de los motivos por el que yo tome acci¨®n para eliminarles la sombra de la deportaci¨®n a los DREAMers, que son los j¨®venes que fueron llevados a los Estados Unidos siendo ni?os. Y por eso es que estoy colaborando con nuestro Congreso para aprobar una reforma migratoria de sentido com¨²n. Una reforma que contin¨²a fortaleciendo la seguridad de la frontera y fortaleciendo la inmigraci¨®n legal, de manera que los ciudadanos no tengan que esperar durante a?os para traer a su familia a los Estados Unidos. Una reforma que hace que todos rindan cuentas de sus acciones, de manera que los inmigrantes puedan cumplir con las leyes y que a estos no se les explote ni se abuse de ellos. M¨¢s que todo, una reforma que les ofrezca a millones de personas indocumentadas un camino para ganarse la ciudadan¨ªa. Y me siento optimista de que, despu¨¦s de muchos a?os de intentarlo, finalmente vamos a lograr hacerlo.
Obviamente, queremos colaborar con el gobierno mexicano en todos los asuntos relacionados con una frontera bien regulada. Pero creo tambi¨¦n que la soluci¨®n a largo plazo al reto de la inmigraci¨®n ilegal, para que no tengamos que lidiar con esto d¨¦cada tras d¨¦cada, es un M¨¦xico creciente y pr¨®spero que cree m¨¢s empleos y oportunidades aqu¨ª mismo.
Estoy de acuerdo con el estudiante mexicano que dijo que, ¡°Siento que puedo lograr el mismo nivel que cualquier otra persona en el mundo.¡± As¨ª es que creo firmemente que¡juntos, podemos lograr m¨¢s. Juntos, podemos lograr m¨¢s. As¨ª es que durante el resto de mi tiempo hoy, quiero concentrarme en cinco ¨¢reas en las que podemos hacer m¨¢s.
Primero, hagamos m¨¢s por expandir la industria y el comercio que crean los buenos empleos para nuestra gente. Ya nosotros compramos m¨¢s de las exportaciones de ustedes que cualquier otro pa¨ªs. Le vendemos m¨¢s de nuestras exportaciones a M¨¦xico que a Brasil, Rusia, India y China, tomados en conjunto. Las compa?¨ªas mexicanas est¨¢n invirtiendo m¨¢s en los Estados Unidos, y somos el inversionista extranjero mayor en M¨¦xico, porque creemos en M¨¦xico, y queremos ser un aliado en el ¨¦xito de ustedes.
Guiados por el nuevo di¨¢logo econ¨®mico que el Presidente Pe?a Nieto y yo anunciamos ayer, hagamos m¨¢s para desatar el verdadero potencial de nuestra relaci¨®n. Continuemos invirtiendo en nuestras carreteras, puentes y fronteras de manera que podamos comerciar de manera m¨¢s r¨¢pida y m¨¢s econ¨®mica. Ayudemos a nuestras peque?as empresas, que emplean a la mayor parte de nuestros trabajadores, a acceder a nuevos mercados, que son los mercados grandes que est¨¢n solo al cruzar la frontera. Empoderemos a nuestros empresarios j¨®venes a medida que estos crean nuevas empresas que pueden transformar la manera en que vivimos. Y hagamos realidad la Alianza Transpac¨ªfica, este a?o, de manera que nuestras dos naciones puedan competir y ganar en los mercados de r¨¢pido crecimiento en la regi¨®n de Asia Pac¨ªfico.
Segundo, no solo nos vendamos m¨¢s cosas el uno al otro, sino que creemos m¨¢s cosas juntos. Habiendo muchas de nuestras compa?¨ªas que tienen operaciones en ambos pa¨ªses, actualmente las piezas se env¨ªan de ida y de vuelta a trav¨¦s de la frontera a medida que se ensamblan. De manera que, d¨ªa a d¨ªa, los trabajadores estadounidenses y mexicanos est¨¢n construyendo cosas juntos: autos, aviones, computadoras, sat¨¦lites.
Creo que esto solo es el principio. Dadas las habilidades que tienen nuestros trabajadores, incluso tiene m¨¢s sentido que las compa?¨ªas de alrededor del mundo establezcan sus operaciones en nuestros pa¨ªses. A medida que M¨¦xico hace reformas, podremos hacer aun m¨¢s negocios juntos. Y mientras m¨¢s colaboren nuestras compa?¨ªas entre s¨ª, m¨¢s competitivas ser¨¢n y m¨¢s productos le venderemos al mundo.
Tercero, a medida que aseguramos nuestro futuro econ¨®mico, aseguremos nuestro futuro energ¨¦tico, incluyendo la energ¨ªa limpia que necesitamos para combatir el cambio clim¨¢tico. Nuestras naciones est¨¢n bendecidas con una belleza natural ilimitada, desde nuestras zonas costeras y tierras de cultivo hasta los bosques tropicales de ustedes. Y tal como la ciencia del cambio clim¨¢tico es innegable, tal es el hecho de que nuestras econom¨ªas tienen que hacerse m¨¢s ¡°verdes¡±.
En los Estados Unidos, hemos hecho compromisos hist¨®ricos con la energ¨ªa limpia y renovable, y hemos reducido nuestras emisiones de contaminaci¨®n peligrosa provocada por el carbono. Aqu¨ª en M¨¦xico, ustedes son l¨ªderes en la eliminaci¨®n de las emisiones de carbono y en ayudar a los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo a hacer lo mismo. Juntos, continuemos creando nuevas alianzas de energ¨ªa limpia que aprovechen la energ¨ªa e¨®lica y solar y los buenos empleos que estas conllevan. Continuemos invirtiendo en edificios ecol¨®gicos y tecnolog¨ªas de redes inteligentes para que logremos que nuestro planeta sea m¨¢s limpio y m¨¢s seguro para las generaciones futuras.
Cuarto, y esto es parte de mantenernos competitivos tambi¨¦n, hagamos m¨¢s juntos en la educaci¨®n de manera que nuestros j¨®venes tengan los conocimientos y las habilidades para tener ¨¦xito. Aqu¨ª en M¨¦xico ustedes han logrado un progreso importante, ya que m¨¢s ni?os permanecen durante m¨¢s a?os en la escuela, y n¨²meros sin precedentes de estudiantes como ustedes est¨¢n obteniendo una educaci¨®n universitaria.
Solo h¨¢ganse la idea de cu¨¢nto podr¨ªan hacer juntos los estudiantes de nuestros dos pa¨ªses y cu¨¢nto podr¨ªan aprender los unos de los otros. Por eso es que el Presidente Pe?a Nieto y yo anunciamos una nueva alianza de educaci¨®n superior; para exhortar a una mayor colaboraci¨®n entre nuestras universidades y nuestros estudiantes. Vamos a concentrarnos en la ciencia, la tecnolog¨ªa, la ingenier¨ªa y las matem¨¢ticas. Eso es parte de mi iniciativa m¨¢s extensa denominada 100,000 Strong in the Americas. Queremos tener 100,000 estudiantes de los Estados Unidos que estudien en Am¨¦rica Latina, incluyendo a M¨¦xico. Y queremos tener a 100,000 estudiantes de Am¨¦rica Latina, incluyendo a mexicanos como ustedes, que vengan a estudiar a los Estados Unidos.
Por ¨²ltimo, para contribuir a dinamizar las carreras de ustedes y expandir las industrias del futuro, invirtamos realmente en la innovaci¨®n, las investigaciones y el desarrollo. Aqu¨ª en M¨¦xico, ustedes ahora son un l¨ªder global en la graduaci¨®n de ingenieros y t¨¦cnicos. Uno de los cient¨ªficos m¨¢s importantes de M¨¦xico, Rafael Navarro-Gonz¨¢lez, est¨¢ ayudando a analizar los datos del Rover en el suelo de Marte.
Juntos, tengamos presente que cada d¨®lar y cada peso que invirtamos en las investigaciones y el desarrollo genera un rendimiento mucho mayor a nuestras econom¨ªas, es decir, m¨¢s empleos y m¨¢s oportunidades. As¨ª es que forjemos nuevas alianzas en ¨¢reas tales como la aeroespacial, TI, nanotecnolog¨ªa, biotecnolog¨ªa y rob¨®tica. Respondamos a la esperanza de una joven estudiante en el Instituto Polit¨¦cnico Nacional que habl¨® en nombre de muchos de la generaci¨®n de ustedes, que est¨¢n tan ansiosos de dejar su marca. Ella dijo que, ¡°ofr¨¦zcannos empleos para ser creadores¡±. Ofr¨¦zcannos empleos para ser creadores.
M¨¦xico, yo s¨¦ que hay algunos, en este pa¨ªs y en otras partes, que se muestran esc¨¦pticos ante el progreso de ustedes; que dudan de la capacidad de ustedes para aprovechar al m¨¢ximo este momento. Ellos opinan que los factores adversos que ustedes encaran son demasiado fuertes. Dicen que M¨¦xico ha estado anteriormente en la misma situaci¨®n, con las miras en un horizonte prometedor, al borde de una gran posibilidad, para despu¨¦s perder el rumbo.
La realidad es que nada es inevitable. El progreso y el ¨¦xito jam¨¢s est¨¢n garantizados. El futuro con que ustedes sue?an, el M¨¦xico que ustedes se imaginan, tienen que gan¨¢rselo. Y nadie m¨¢s puede hacerlo por ustedes. Ustedes son los ¨²nicos que pueden gan¨¢rselo. Tal como lo escribi¨® Nervo en ¡°La Raza de Bronce¡±: t¨² eres el sue?o. T¨² eres el sue?o.
Ya que, al igual que fueron los patriotas, tanto j¨®venes como viejos, quienes respondieron al llamado cuando el Padre Miguel Hidalgo repic¨® la campana de la iglesia hace dos siglos, ustedes, sus vidas, en un M¨¦xico libre, son el sue?o que ellos se imaginaron. Y ahora les toca a ustedes mantener vivas esas virtudes por las que lucharon tantas generaciones de mexicanos.
Ustedes son el sue?o; la generaci¨®n que puede defender la justicia y los derechos humanos y la dignidad humana, aqu¨ª en casa y alrededor del mundo.
Ustedes son los creadores, los constructores, los escaladores, los luchadores que pueden lograr el progreso y la prosperidad que elevar¨¢n al pueblo mexicano durante las generaciones futuras.
Ustedes son los hombres y las mujeres que impulsar¨¢n a esta naci¨®n hacia arriba a medida que M¨¦xico ocupa su lugar merecido en el mundo, a medida que ustedes entonen orgullosamente: ¡°que en el cielo tu eterno destino por el dedo de Dios se escribi¨®¡±.
Ustedes son el sue?o. Este es el momento de ustedes. Y, a medida que ustedes aspiren al futuro que saben que es posible, siempre tengan en mente que su mayor aliado, la naci¨®n que m¨¢s que cualquier otra celebra el ¨¦xito logrado por ustedes, es su vecino m¨¢s cercano y su mejor amigo, los Estados Unidos de Am¨¦rica.
?Que viva M¨¦xico! ?Que vivan los Estados Unidos! ?Que Dios los bendiga!
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