Comer y callar en el restaurante de ¡®Lady Profeco¡¯
Con la misma discreci¨®n con que ha operado siempre, M¨¢ximo Bistrot reabre sus puertas y deja atr¨¢s la pol¨¦mica de un berrinche que le oblig¨® a echar la cortina durante unos d¨ªas
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¡°Pero m¨¢rchese antes de las tres, que si no es un problema¡±. Eso dice, amable, uno de los camareros del M¨¢ximo Bistrot. Llegamos sin reserva pero el hombre nos busca mesa. Al filo de las dos menos cuarto de la tarde del viernes, el local a¨²n est¨¢ vac¨ªo. Hace menos de 24 horas que t¨¦cnicos de la Procuradur¨ªa (Fiscal¨ªa) Federal del Consumidor, Profeco, quitaron unos carteles que rezaban ¡°SUSPENSI?N¡± de las paredes del local, con pocas mesas y decoraci¨®n minimalistas. Hay ensalada y espagueti en el menu del d¨ªa, que sale por 170 pesos (unos 14 d¨®lares). En la carta, burratta, risotto y dem¨¢s platos de cocina fusion mexicana elaborados con productos de temporada. Los camareros ¨Ccasi uno por mesa- son sol¨ªcitos.
La menci¨®n de un ¡°problema¡± si no desalojamos la mesa a tiempo parece una discreta alusi¨®n al esc¨¢ndalo de ¡®Lady Profeco¡¯, aunque en el restaurante la discreci¨®n manda. Una mesa de la terraza, como la nuestra, es la que quer¨ªa Andrea Ben¨ªtez hace una semana. Se march¨® enfadada porque, a su juicio, el restaurante no hab¨ªa respetado la lista de espera. Escribi¨® en Twitter que el negocio ofrec¨ªa un ¡°p¨¦simo servicio¡± y acudi¨® inmediatamente al organismo que dirige su padre, Humberto Ben¨ªtez. Un rato despu¨¦s, los funcionarios de la maxima agencia del gobierno mexicano para defender los derechos de los consumidores colocaron los sellos que advierten de infracciones. Lo hicieron de malas maneras, seg¨²n quienes presenciaron la escena. Y por p¨¦simas razones: por la queja sin m¨¢s de la hija del director del organismo. Las redes sociales se incendiaron y, como en un carnaval, donde todo es chungo, pusieron a la se?orita de comportamiento insolente el mote de Lady, #ladyprofeco.
El padre de Andrea tuvo que salir a pedir disculpas, pero el director de Verificaci¨®n y Vigilancia de Profeco, Jes¨²s Rangel, se limita a decirle a EL PA?S que est¨¢n ¡°totalmente tranquilos¡±. ¡°El procedimiento seguido est¨¢ estrictamente apegado al derecho¡±, asegura. La denuncia de Andrea Ben¨ªtez, puntualiza, no se ha retirado y contin¨²a su ciclo. Medio pa¨ªs no le cree al gobierno. Ese medio pa¨ªs que no es la mitad, sino en realidad un tercio de la poblaci¨®n mexicana, esa con acceso a internet.
Los sellos de suspensi¨®n no suponen el cierre de un local, sino que se?alan deficiencias que se deben corregir. En el caso del M¨¢ximo Bistrot, se refer¨ªa al sistema de reservas y a que en el men¨² se ofrec¨ªa un mezcal, la bebida nativa que por mucho ha venido ganando en los ¨²ltimos prominencia en el gusto de las clases altas mexicana. Unos 160 establecimientos han recibido estas penalizaciones desde el pasado diciembre, asegura el organismo, que seg¨²n Rangel ha inspeccionado unos 28.000 locales en ese per¨ªodo. Aproximadamente 2.000 fueron denuncias ciudadanas, como la de Andrea Ben¨ªtez. Solo siete negocios fueron clausurados. Pero la percepci¨®n del trabajo de la Profeco es otra. Un consumidor mexicano suele tomar con tal resignaci¨®n el p¨¦simo servicio y la nula disposici¨®n a atender las quejas de proveedores como compa?¨ªas telef¨®nicas o de todo tipo de servicio, as¨ª como la poca efectividad de la Profeco, que una vez que hace poco hubo una falla generalizada de una l¨ªnea a¨¦rea, con miles de afectados en retrasos y p¨¦rdidas de vuelos, solo un pu?ado de ellos radic¨® en Profeco una queja.
Una semana despu¨¦s del enfado de la influyente comensal (que record¨® a todos que los pri¨ªstas son los de siempre: creadores de una cultura del influyentismo), si uno llega temprano, puede sentarse y ver c¨®mo el restaurante, nombrado el mejor del DF este a?o por la gu¨ªa gastron¨®mica Zagat, se llena de una mezcla de j¨®venes bohemios, hombres de traje y algunos famosos. Por ejemplo este viernes el actor mexicano Diego Luna se sienta en otro extremo de la terraza. La capacidad es para 50 personas y la ocupaci¨®n no ha disminuido ni aumentado desde el incidente del viernes anterior, dicen los propietarios.
Los due?os, dos j¨®venes que lo inauguraron en 2011, no est¨¢n muy por la labor de hablar. Gabriela L¨®pez ya anunci¨® que no habr¨ªa denuncia contra Humberto Ben¨ªtez, el director de la Profeco. Mientras que el chef Eduardo Garc¨ªa cuenta que decidieron cerrar el local voluntariamente. ¡°Est¨¢bamos saturados¡±, dice a la puerta del restaurante.
Mientras se degusta un risotto de verduras, queso y manzana, en la terraza se escucha alg¨²n comentario jocoso sobre ¡°llamar a pap¨¢¡±.
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