El antisemitismo atenaza a Hungr¨ªa
El Congreso Jud¨ªo Mundial pide a Europa en Budapest que act¨²e contra la ultraderecha
Pese a la contundencia con la que los condena en sus discursos, el creciente n¨²mero de actos antisemitas que vive Hungr¨ªa le ha estallado en la cara a su primer ministro, el conservador populista Viktor Orb¨¢n. Pero este no es el ¨²nico frente que tiene abierto: ayer, en el Parlamento Europeo, se present¨® un informe en el que se constata el alejamiento de los principios democr¨¢ticos de Hungr¨ªa, y se debati¨® la pol¨¦mica enmienda a la Constituci¨®n que, entre otras cosas, recorta poderes al Tribunal Constitucional.
La preocupaci¨®n con la que los l¨ªderes jud¨ªos de un centenar de pa¨ªses ven el ascenso del antisemitismo les llev¨® a escoger Budapest, en vez de Jerusal¨¦n como es habitual, para celebrar el Congreso Jud¨ªo Mundial, que empez¨® el domingo y termina este martes. En una resoluci¨®n final recogida por Reuters, los l¨ªderes jud¨ªos han pedido al Gobierno h¨²ngaro que reconozca que el partido ultraderechista Jobbik, la tercera fuerza pol¨ªtica en el Parlamento, ¡°constituye una amenaza fundamental para la democracia¡± en Hungr¨ªa. Adem¨¢s, recriminaron el domingo a Orb¨¢n que no mencionara al partido ultra en su discurso de apertura del Congreso, aunque ayer su presidente se retract¨® al saber que Orb¨¢n, en una entrevista con un diario israel¨ª, s¨ª hab¨ªa condenado a Jobbik. Pero el llamamiento para utilizar todos los recursos contra el auge de la ultraderecha, incluida la prohibici¨®n de partidos extremistas, fue para todos los Gobiernos europeos.
El s¨¢bado, la v¨ªspera del Congreso, Jobbik, que adem¨¢s de antisemita es un partido eur¨®fobo y racista con los gitanos, logr¨® reunir a 400 adeptos para exhibir en p¨²blico su odio a los jud¨ªos, alguna esv¨¢stica y teor¨ªas de la conspiraci¨®n incluidas. All¨ª estaba tambi¨¦n M¨¢rton Gy?ngy?si, el diputado de Jobbik que hace unos meses provoc¨® una enorme indignaci¨®n al pedir, en el Parlamento, que se elaboraran ¡°listas de jud¨ªos¡± porque ¡°suponen un riesgo para la seguridad de Hungr¨ªa¡±.
Cinco d¨ªas antes de esta manifestaci¨®n, el presidente de la Asociaci¨®n Raoul Wallenberg ¡ªel diplom¨¢tico sueco que salv¨® a miles de h¨²ngaros del Holocausto¡ª, asisti¨® a un partido de f¨²tbol. All¨ª le llamaron ¡°comunista jud¨ªo¡±, le gritaron consignas nazis y le partieron la nariz. Poco antes, el Gobierno de Orb¨¢n hab¨ªa frenado una marcha motera en Budapest con el lema ¡°Dale gas¡±: coincid¨ªa con el aniversario para honrar al medio mill¨®n de h¨²ngaros deportado a Auschwitz. Estos ataques no son nuevos en Hungr¨ªa, donde ahora viven unos 100.000 jud¨ªos. El a?o pasado, el premio Nobel de la Paz y superviviente del Holocausto Elie Wiesel devolvi¨® una alta condecoraci¨®n del Estado h¨²ngaro por el rebrote del antisemitismo.
Por una parte, el Gobierno de Orb¨¢n se afana en declarar su compromiso para combatir el antisemitismo y organiza eventos, centenarios y conmemoraciones. Tambi¨¦n intent¨® prohibir la manifestaci¨®n del s¨¢bado, aunque el Supremo la autoriz¨®. Por otro, hace cosas como conceder a un antisemita, en marzo, un premio de periodismo, para enseguida pedirle que lo devolviera. O no condenar la rehabilitaci¨®n del dictador Mikl¨®s Horthy, responsable ¨²ltimo de las deportaciones de jud¨ªos, o incluir a autores antisemitas en el programa educativo.
Esa ambivalencia puede tener que ver con que el a?o que viene hay elecciones y Fidesz, el partido de Orb¨¢n, ve en Jobbik un rival importante por la derecha y trata de asumir parte de su agenda.
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