Tensi¨®n entre la Iglesia y las fuerzas de seguridad brasile?as ante la visita del Papa
La agenda del pont¨ªfice incluye un paseo por una favela, una c¨¢rcel y un hospital para drogadictos en recuperaci¨®n
Hay cierta tensi¨®n entre la Iglesia y las fuerzas de seguridad que deber¨¢n proteger al papa Francisco en su visita a R¨ªo de Janeiro (Brasil) del 22 al 18 de julio con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud. Se esperan dos millones de personas y ya se habla de una ¡°invasi¨®n argentina¡± para ver al papa Bergoglio en su primera salida internacional.
Aunque en Brasil no existen precedentes de ataques terroristas, los ¨²ltimos acontecimientos de Boston ( EE UU) han aumentado la alarma y han llevado a los servicios secretos a trabajar en contacto con otros pa¨ªses.
Lo que m¨¢s preocupa es el encuentro del Papa en las afueras de la ciudad, en Guaratiba, con dos millones de j¨®venes. Se trata de un descampado de 3,5 millones de metros cuadrados, en uno de los lugares m¨¢s olvidados de la ciudad. La seguridad de este acto, abierto a todo el mundo, estar¨¢ a cargo de las fuerzas Armadas de Brasil, que desplazar¨¢n a cerca de 10.000 militares y colocar¨¢n 90 torres de seguridad. Los j¨®venes estar¨¢n divididos en 24 ¨¢reas de 80.000 personas cada una. Se colocar¨¢n barreras de control a tres kil¨®metros del lugar y solo se podr¨¢ llegar a pie.?
El Ej¨¦rcito hab¨ªa pedido a la Iglesia que contratara de una empresa para poner a 4.000 guardias de seguridad vigilando el interior del campo donde el Papa se encontrar¨¢ con la multitud, pero la Iglesia asegura que esos dos millones de j¨®venes ¡°son pac¨ªficos¡± y que no es necesario reforzar la seguridad. Los militares s¨ª creen que es imprescindible, ya que dicen que entre los j¨®venes podr¨ªan infiltrarse algunos dispuestos a aguar la fiesta al Papa.?
El acto de Guaratiba est¨¢ organizado por la Iglesia, que quiso escoger ese descampado de la ciudad, por eso las autoridades militares le exigen que contribuya a la seguridad. ¡°?Si aconteciese algo desagradable a qui¨¦n se va a pedir responsabilidad, a la Iglesia?¡±, coment¨® a la revista Veja el general Jos¨¦ Alberto da Costa Abreu, comandante de la Primera Divisi¨®n del Ej¨¦rcito. La Iglesia insiste en que los organizadores del acto no encuentran una empresa privada capaz de ofrecer el contingente pedido por el Ej¨¦rcito.?
Otro de los puntos delicados en relaci¨®n a la seguridad, ser¨¢ la visita del Papa a una favela, por la que desea pasear a pie para visitar a una de sus familias. El Papa llegar¨¢ a la favela en un coche no oficial y el dispositivo que se est¨¢ preparando es imponente por cielo, mar y tierra.
El Papa va a contar con 60 polic¨ªas personales que lo acompa?ar¨¢n d¨ªa y noche, entre ellos el llamado ¡°mosca¡±, como se conoce al que debe estar dispuesto siempre a interponerse entre el pont¨ªfice y un posible atacante,y que incluso estar¨¢ presente en el altar cuando celebre misa. Tambi¨¦n se colocar¨¢n nav¨ªos estrat¨¦gicos en los puntos claves de la costa brasile?a y el espacio a¨¦reo se dividir¨¢ en zonas restringidas y zonas blancas. Estas ¨²ltimas suponen cerrar totalmente el tr¨¢fico a¨¦reo.?
En R¨ªo, el secretario de Seguridad, Jos¨¦ Beltr¨¢n, ya ha dado orden de que todo el contingente policial, civil y militar est¨¦ a total disposici¨®n durante la visita del Papa, por lo que han quedado suspendidas las vacaciones y licencias. Beltr¨¢n no quiere sorpresas, sobre todo en v¨ªsperas del Mundial de F¨²tbol. Hasta el Centro de Seguridad Cibern¨¦tica ser¨¢ trasladado de Brasilia a R¨ªo para prevenir ataques a trav¨¦s de internet a centros neur¨¢lgicos del pa¨ªs.?
Todo ello para un Papa del que ya est¨¢n advirtiendo que podr¨ªa traer quebraderos de cabeza en sus viajes internacionales ya que no renuncia a encontrarse cuerpo a cuerpo con la gente. ?En la agenda oficial del viaje hay diferencias notables con los esquemas de los viajes de sus antecesores. En R¨ªo ha sorprendido que no figure en el programa una visita al Cristo Redentor, coraz¨®n del turismo carioca y emblema de la ciudad. La visita y bendici¨®n del alto del Corcovado fue un punto fuerte de la visita de Juan Pablo II a la ciudad.
El papa Francisco ha eliminado los discursos oficiales en el aeropuerto, pero s¨ª visitar¨¢ un hospital de personas que se est¨¢n desintoxicando de la adicci¨®n a las drogas y una c¨¢rcel.?Tambi¨¦n almorzar¨¢ con grupos de j¨®venes en lugar de con las autoridades civiles.?Todo ello sin contar con sus improvisaciones en el momento.
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