La superviviente de Bangladesh: ¡°No pens¨¦ que ver¨ªa de nuevo la luz¡±

Bangladesh, conmocionado por el colapso de un edificio de talleres textiles que ya ha matado a un millar de personas que intentaban ganarse la vida, sigui¨® este viernes en directo por televisi¨®n los 45 minutos que dur¨® el rescate de Reshma Begum. La dicha fue absoluta cuando la vieron, viva, en una camilla, vestida de morado con un fular fucsia. Diecisiete d¨ªas despu¨¦s del desastre que ha colocado en primer plano las condiciones en que se cose la ropa que comercializan las grandes marcas internacionales, un oficial del cuerpo de ingenieros del Ej¨¦rcito bengal¨ª oy¨® un ruido entre los escombros y una vocecilla que dec¨ªa ¡°s¨¢lvame¡±; mand¨® parar las m¨¢quinas, seg¨²n el diario local The Daily Star. Era Begum, golpeando con un riel de cortina. ¡°Los ¨²ltimos d¨ªas o¨ªa las voces de los rescatadores. Golpeaba las ruinas con palos y piedras, pero nadie me o¨ªa. Nunca so?¨¦ con volver a ver la luz¡±, declar¨® a un canal de televisi¨®n desde el hospital adonde fue trasladada en un estado envidiable dadas las circunstancias.

¡°Encontr¨¦ algo de comida deshidratada. Eso es lo que com¨ª durante 15 d¨ªas. Los ¨²ltimos dos d¨ªas solo ten¨ªa agua. Solo beb¨ªa un poquito, para guardarla. Encontr¨¦ unas botellas de agua¡±, explic¨® la mujer. Nadie cre¨ªa que todav¨ªa se pudiera localizar a alguien vivo. Begum, originaria de un pueblo a 270 kil¨®metros de Dacca, era parte de ese ej¨¦rcito de costureras (la mayor¨ªa mujeres j¨®venes) que cose prendas que se venden a precios irrisorios en tiendas de todo el mundo. Las marcas Primark, El Corte Ingl¨¦s, Bon March¨¦, Joe Fresh y Benetton confirmaron que ten¨ªan producci¨®n en el edificio siniestrado y han anunciado ayudas. Mango hab¨ªa hecho un pedido de prueba.

El sector del textil ¡ªclave para ese crecimiento econ¨®mico superior al 6% en el que Bangladesh lleva a?os instalado¡ª ocupa a m¨¢s de tres millones de personas y supone un negocio de 15.000 millones. Las grandes compa?¨ªas del sector desembarcaron all¨ª atra¨ªdas por el salario m¨ªnimo m¨¢s miserable del mundo (29 euros al mes) ante el aumento de costos en China. Begum y su hermana, empleada en otra empresa textil, viv¨ªan de alquiler en Dacca. La hermana y la madre de ambas hicieron guardia junto a los escombros durante d¨ªas, como el viernes segu¨ªan haciendo centenares de parientes de desaparecidos.

Las investigaciones apuntan a que el edificio se derrumb¨® como si fuera de papel cuando encendieron unos potentes generadores tras un corte de luz. Las vibraciones de los generadores, sumadas a las de las miles de m¨¢quinas de coser, pudieron con la fr¨¢gil estructura del edificio ¡ªconstruido sobre terreno inestable y con tres pisos levantados sin permiso¡ª en el que la v¨ªspera hab¨ªan aparecido unas grietas que preocuparon a los trabajadores. Muchos se quejaron a sus jefes pero, al d¨ªa siguiente, el de la tragedia, fueron obligados a regresar a sus puestos.

Begum cont¨® a la televisi¨®n Somoy que trabajaba en la segunda planta y que, cuando el edificio empez¨® a caerse, corri¨® con otros hacia la escalera, donde qued¨® atrapada, sola, en un hueco. El due?o de inmueble, un jefecillo local del partido gobernante metido a empresario textil como muchos, est¨¢ detenido.

Las autoridades, temerosas de que las grandes compa?¨ªas extranjeras del textil se planteen irse a otro pa¨ªs preocupadas por los accidentes y el consiguiente da?o a su reputaci¨®n, cerraron esta semana 18 f¨¢bricas por falta de seguridad, aunque seis reabrieron tras la inspecci¨®n. El verano pasado hab¨ªa 18 inspectores para controlar los miles de talleres de la capital, seg¨²n denunci¨® Human Rights Watch.

Este desastre es ya el mayor de la industria en ese pa¨ªs acostumbrado a los accidentes ¡ªel mi¨¦rcoles murieron ocho personas en un incendio nocturno en otra empresa de confecci¨®n¡ª y el m¨¢s grave del sector tras el de Bhopal ¡ªun escape qu¨ªmico que mat¨® a 15.000 personas en India en 1984¡ª. Adem¨¢s del millar de muertos, el derrumbe dej¨® unos 2.500 heridos, incluidos numerosos mutilados. Y adem¨¢s han perdido sus trabajos. La red internacional Ropa Limpia ¡ªintegrada por ONG y sindicatos¡ª pidi¨® a las compa?¨ªas que fabricaban en el Rana Plaza que mantuvieran los sueldos y que ayudaran a pagar la asistencia m¨¦dica. La Asociaci¨®n de Fabricantes y Exportadores del Textil de Bangladesh empez¨® esta semana a pagar sueldos a los supervivientes, seg¨²n la prensa local.

Los equipos de rescate recuperaron hasta ayer 1.050 cad¨¢veres. La cantidad ha aumentado exponencialmente desde que abandonaron la b¨²squeda manual, cuatro d¨ªas despu¨¦s del colapso, para utilizar excavadoras. Los cad¨¢veres en los que hallan un DNI o un tel¨¦fono m¨®vil son m¨¢s f¨¢ciles de identificar, el resto requiere an¨¢lisis de ADN.