Hay que pedalear. Pedalear siempre. Pedalear con desespero. Pedalear m¨¢s all¨¢ de las propias fuerzas. Sobre todo en la cuesta, sobre todo si todo es una buena cuesta. Pedalear alocadamente, incluso sin sentido. O con todo el sentido: el de saber que en cuanto se deje de pedalear la bicicleta se cae. Y se cae tambi¨¦n el ciclista, se rompe el brazo o la crisma, y con ¨¦l todo el equipo.
Esta ha sido una buena semana para el ciclista. Todo le ha ido de cara y ha podido mantener el equilibrio sobre la bicicleta sin poner los pies en el suelo, sin caerse en la cuneta, a pesar de la bronca que le organizan sus adversarios. O quiz¨¢s gracias a la bronca que le engrandece y convoca a sus seguidores para que se arracimen y le animen desde las cunetas.
En realidad, son los obst¨¢culos los que le despiertan y dan vida, al ciclista y todav¨ªa m¨¢s a sus ruidosos seguidores. El ciclista est¨¢ agotado, sin rumbo ni fuerzas. La p¨¢jara, dicen los m¨¢s piadosos. O peor. Un zombie en bicicleta. Las elecciones del 25N dieron lo que dieron: por m¨¢s que se disfrace, la conducci¨®n del pelot¨®n ya no est¨¢ en sus manos. Lo ¨²nico que de ¨¦l depende, gregario vestido de amarillo, son sus pies: a pedalear. Y el ruido inmenso de la caravana, claro, este fragor que ocupa el escenario entero y no deja o¨ªr otra m¨²sica, otra conversaci¨®n, gracias al entusiasmo organizativo de la multitud de familiares y amigos.
El hab¨ªa imaginado una pista suave y limpia en la que iba a escaparse en solitario, para entrar en la meta en una nube de gloria y hero¨ªsmo. Ahora anda en ese confuso pelot¨®n que todav¨ªa le reconoce como l¨ªder, aunque sean otros los que le abren el paso. Su ambici¨®n se desvaneci¨® con los resultados que arrojaron las urnas. Se ha encontrado con una pronunciada cuesta, que digo una cuesta, con el mismo Tourmalet, y no le asisten las fuerzas, ni las propias ni las ajenas. Y lo peor es el empuj¨®n que cabe esperar en cualquier momento con el prop¨®sito de lanzarlo de una vez sobre el asfalto.
De ah¨ª su concentraci¨®n en esos desesperados ejercicios de pedal, con un ¨²nico objetivo de seguir en la carrera. Sabe que su esfuerzo no conduce a ninguna parte, pero mientras se aguante vivo encima del sill¨ªn seguir¨¢ vivo pol¨ªticamente.
As¨ª es como el ciclista ir¨¢ inventando rutas y etapas, metas e hitos, pactos y declaraciones, organismos e instituciones que den sentido a su pedalear fren¨¦tico. A la espera de que le asista y le salve un cambio atmosf¨¦rico, una divina sorpresa, un s¨²bito desfallecimiento del adversario, o incluso las elecciones generales de 2015 sin ning¨²n partido con mayor¨ªa de gobierno, de manera que su equipo regrese finalmente a donde sol¨ªa, y de donde nunca debi¨® partir.
En el equilibrismo del zombie es fundamental la fecha de 2014, exhibici¨®n de poder¨ªo nacionalista y de hegemon¨ªa cultural, momento simb¨®lico de la ruptura imaginada con Espa?a, e incluso ensue?o de secesi¨®n que celebra la malhadada sucesi¨®n y el final de la guerra entre potencias europeas de hace nada menos que tres siglos.
?Santa memoria!
Mientras los ni?os se entretengan en festejos no har¨¢ falta que los adultos lleguen a mayores. La independencia tambi¨¦n es un estado de la mente, y un estado bien propio aunque no alcance la categor¨ªa de lo real. Un a?o m¨¢s ganado. La soluci¨®n en 2015, con las elecciones generales. Y la consulta, en 2016, perfectamente legal, solo si el apoyo nacionalista tiene valor de cambio para la nueva investidura. Pedaleando hasta entonces. ?Cuidado! Y sin caerse.
Comentarios
Cuando el pueblo se recet¨® a Rajoy pens¨® que con ¨¦l saldr¨ªa de su estado de postraci¨®n, todav¨ªa sin reflejo en la Constituci¨®n entre los estados de emergencia, pero en realidad solo era un placebo. No solo no saldremos antes sino que adem¨¢s se nos har¨¢ de un largo incansable. Que alguien de su equipo le corte la cadena para que pedalee en el vac¨ªo y caiga porque si sigue los que caeremos al vac¨ªo seremos nosotros, si es que no lo estamos haciendo ya. Es verdad que no hay grandes alaridos, pero dice un monta?ero que eso es una falacia, que cuando caes no tienes tiempo ni de pararte a gritar. Solo esperas al suelo que te rompa la columna. Y en esa parece que estamos, esperando al crujido final.
La independencia es un estado de la mente que los individuos consiguen en su mayoria de edad, cuando quieren coger las riendas de su destino, asumir sus errores y disfrutar de sus aciertos. Bassets desea una Catalunya eternamente infantilizada, ciega a su realidad econ¨®mica, pol¨ªtica y social. Bassets desea que los catalanes continuen jugando con las cosas del comer, continuen tutelados por la administraci¨®n central. M¨¢s vale seguir pedaleando, pues de lo contario el hurac¨¢n se nos llevar¨¢ a todos. Nadie dijo que seria f¨¢cil, menos a¨²n cuando delante hay un estado antidemocr¨¢tico y can¨ªbal.
Es tan absurdo todo, tan disparatado, tan fr¨¢gil al menor an¨¢lisis medianamente riguroso, que s¨®lo cabe pensar en la acertada met¨¢fora que usted nos deja: pedalear para no caer. Si hemos de hacer honor a que, seg¨²n decimos, somos animales racionales basta con leer u o¨ªr a gente como F¨¦lix Ovejero para que todo el tinglado, el alboroto, los fuegos artificiales, queden reducidos a un sinsentido que por un cabreo circunstancial de la sociedad catalana, cabreo que sus motivos tiene, y no los niego, haya tenido tanto eco en una sociedad que realmente creo que tiene m¨¢s sentido com¨²n que lo que nos hacen creer desde medios nacionalistas o medios centralistas.
El nacionalismo, en sus diferentes versiones, entiende de sutilezas formales pero suele coincidir en el fondo. Hoy -otra vez y ya se va convirtiendo en costumbre- Bassets nos muestra una coincidencia m¨¢s del nacionalismo espa?ol que sol¨ªa ser suave en las formas (aunque llamar zombie al president de la Generalitat acerca mucho El Pa¨ªs a Intereconom¨ªa), con el del "carajillo" o "sol y sombra party". ?De que se trata esta vez? Esta vez se trata de identificar al president de la Generalitat como el factor casi singular del creciente soberanismo catal¨¢n, como si el soberanismo en Catalu?a fuera propiedad del president ciclista de la Genralitat. El nacionalismo espa?ol, el de Bassets en este caso, tan a gusto en su creaci¨®n literaria, obvia dtalles como que en pol¨ªtica no se gana por la musculatura de los l¨ªderes (aunque seguramente no puede ser de mantequilla, atendiendo a las cr¨ªticas tan poco racionales que se sueltan desde los p¨²lpitos contrarios) sin¨® por los votos de los ciudadanos que -estos detallitos...- se traducen en forma de Parlament. Sea del "sol y sombra party" o del "descafeinado party" el nacionalismo prefiere ignorar los ciudadanos soberanistas catalanes, como si estos formaran una masa informe en minor¨ªa de edad, a tutelar o a triturar. Sin ver a los cidadanos no ven el problema, en a Mas. El "sol y sombra party" o el "descafeinado party" prefieren atacar el problema en una sola cara. Es m¨¢s f¨¢cil, no hay que argumentar demasiado y as¨ª incluso se pueden reducir lso conflictos pol¨ªticos a una carrera ciclista. Ahora s¨ª, bien es sabido, los mismos oradores de los p¨²lpitos del nacionalismo espa?ol vendr¨¢n, en la p¨¢gina de al lado, a reclamar m¨¢s transparencia y m¨¢s democracia (casi siempre en abstracto con lo que no les interesa), m¨¢s poder de decisi¨®n para el pueblo (pero nunca demasiado en concreto)... siempre que no se trate del siempre invisible pueblo (perd¨®n por la osad¨ªa) de Catalu?a. El equilibrismo del ciclista del "descafeinado party" que espera de Espa?a una negociaci¨®n para consultar a los catalanes sobre su manera de organizarse, que ha de ser un ciclista muy zombie, sustenta su esfuerzo en esperar que su pedalear gane tiempo, vaya pasando la febrada en el Nordeste como una borrasca liegera y m¨¢s pronto que tarde la democracia le de otra vez la raz¨®n, para que se sienta tan satisfecho y pueda volver a sacar su viejo eslogan, aquel de que los catalanes se autodeterminan cada cuatro a?os en las urnas. Mientras tanto ese nacionalista zombie del descafeinado party pedalea y pedalea por la indivisible y consultable Espa?a ignorando que mientras el s¨®lo quiere ganar tiempo cada vez hay menos gente que le apluda las gracias en los costados de la cuesta del monte que escala. Las constitucions tambi¨¦n se pasan.
Yo, francamente, tanto me da. Llevamos 30 a?os de discursos nacionalistas, confrontados con el discurso nacionalista que dur¨® 40 a?os. Ni unos, ni otros han querido dejar vivir otra alternativa, zarandeados por ETA, o vendiendo la ropa vieja con CIU. Francamente, quieren ser eso, otros Estados-Naci¨®n m¨¢s. En fin. Desde 1898, no damos una, intentamos crear un espacio com¨²n pero por fas o por nefas, lo reventamos. Pero yo creo que, a¨²n as¨ª, divididos por fronteras, idiomas y sistemas educativos, seremos capaces de coaligarnos para conseguir un beneficio com¨²n. Puede que el PV y CAT, miren a Europa ( en su derecho est¨¢n), pero lo que quede de Espa?a todav¨ªa puede aprovechar una baza poderosa, la comunidad ling¨¹¨ªstica con Latinoam¨¦rica, y el rasgo creciente que tiene esa lengua en EEUU. Si ellos miran al Mediterr¨¢neo o al Cant¨¢brico, miraremos al Atl¨¢ntico y m¨¢s all¨¢, haciendo de puente entre continentes. Si fracasa el Estado de las Autonom¨ªas, habr¨¢ que volver a empezar, de nuevo, con otra cosa, o cada uno por su lado y cuenta. Como generaciones de espa?oles han tenido que hacer, en su magra suerte. Y en ello habr¨¢ que emplear todo el arrojo y la inventiva posibles.
En qu¨¦ estar¨ªa yo pensando. Se habla de Mas y yo me despacho con Rajoy. Confund¨ª 25N con 20N. En cualquier caso, son tan parecidos, que lo dicho para uno sirve para el otro.
Y cuando llegue a la meta, ir¨¢ tan r¨¢pido que se pasar¨¢ de largo y luego tendr¨¢ que recular, como siempre.
Creo que lo que buscaba el Sr. Mas, mantener el control de las cuentas de la Generalitat que hace dos a?os estaba a punto de ser intervenida por el Estado , no recortar la parte fundamental del complejo nacional-industrial de Catalu?a, echar la culpa a Espa?a de los recortes, y sentar las bases de un nuevo r¨¦gimen fiscal catal¨¢n, lo ha conseguido. No creo que haya pedaleado en vano, pero tambi¨¦n ha conseguido muchas otras cosas. ?Se han dado cuenta lo poco que le ha importado a la izquierda espa?ola la nueva ley de lenguas aragonesa? Todo el mundo se empieza a cansar del nacionalismo catal¨¢n. Eso tambi¨¦n lo ha conseguido
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Escribe en EL PA?S columnas y an¨¢lisis sobre pol¨ªtica, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ¡®El a?o de la Revoluci¨®n' (Taurus), sobre las revueltas ¨¢rabes, ¡®La gran verg¨¹enza. Ascenso y ca¨ªda del mito de Jordi Pujol¡¯ (Pen¨ªnsula) y un dietario pand¨¦mico y confinado con el t¨ªtulo de ¡®Les ciutats interiors¡¯ (Galaxia Gutemberg).