Mutilaciones y canibalismo en la barbarie de la guerra siria
Indignaci¨®n por un v¨ªdeo en el que un rebelde sirio muerde el coraz¨®n de un soldado ca¨ªdo
Es ya una de las im¨¢genes m¨¢s cruentas de un conflicto que dura m¨¢s de dos a?os y ha dejado a Siria en estado ag¨®nico. Un miliciano rebelde, en una fosa, se abalanza sobre el cuerpo de un soldado del Ej¨¦rcito gubernamental y, con un machete, le abre el pecho y extrae de ¨¦l, sin perder el aplomo, el coraz¨®n y el h¨ªgado. De fondo, se oye: ¡°Que dios te bendiga, Abu Sakar, parece que est¨¦s dibujando sobre ¨¦l un coraz¨®n de amor¡±. El miliciano se dirige a la c¨¢mara y dice: ¡°Le juro a dios, soldados de Bachar perros, comeremos vuestros corazones e h¨ªgados. Al¨¢ es grande. Mis h¨¦roes de Bab Amro, masacrad a los alau¨ªes y sacadles los corazones para com¨¦roslos¡±.
En un momento en el que las facciones mayoritarias de la oposici¨®n armada en Siria intentan convencer a Estados Unidos y el resto de potencias occidentales de que les proporcionen de una vez por todas armas para enfrentarse al Gobierno, un v¨ªdeo como este hace esa labor m¨¢s complicada si cabe. Sobre todo, porque pone de relieve las divisiones y la falta de control y disciplina que existe en esa amalgama de milicias, unidas en su oposici¨®n al r¨¦gimen, pero enormemente divididas en sus m¨¦todos y planes para Siria, si finalmente logran derrocar a El Asad.
El v¨ªdeo fue grabado en la localidad de Qusair, cerca de la frontera con L¨ªbano, el 26 de marzo. Fue difundido en Internet el 12 de mayo, y la organizaci¨®n Human Rights Watch (HRW) ha certificado su autenticidad y la identidad de Sakar, un nombre de guerra al que responde Khalid al Hamad, comandante de una milicia sun¨ª que en los pasados meses se ha enfrentado a operativos del grupo liban¨¦s chi¨ª Hezbol¨¢, que han cruzado la frontera para luchar por El Asad.
¡°El v¨ªdeo muestra un crimen de guerra, sin duda¡±, explica Peter Bouckaert, director de emergencias de HRW y experto en crisis humanitarias. ¡°Y a¨²n m¨¢s perturbador que la mutilaci¨®n en s¨ª misma son las palabras de Abu Sakar, que son extremadamente sectarias. Obviamente, no considera que su enemigo es el Ej¨¦rcito gubernamental, sino la minor¨ªa alau¨ª, adem¨¢s de los chi¨ªes, y cree que ambas deben ser masacradas. Dado que tambi¨¦n ha habido ataques sectarios por parte del r¨¦gimen, queda claro que en Siria vemos una tendencia perturbadora: comunidades luchando una contra otra, en lugar de facciones armadas opuestas¡±, a?ade.
El Comit¨¦ Internacional de la Cruz Roja considera, en su manual sobre derecho internacional humanitario consuetudinario, que ¡°la prohibici¨®n de las mutilaciones de cad¨¢veres en conflictos armados no internacionales queda cubierta por el crimen de guerra de ¡®cometer atrocidades contra la dignidad personal¡¯ bajo el Estatuto de la Corte Penal Internacional¡±.
Los grupos opositores moderados, que son mayor¨ªa, se apresuraron ayer a condenar las im¨¢genes que muestra el v¨ªdeo, en el que Sakar llama a los rebeldes a aniquilar a la minor¨ªa alau¨ª, que detenta el poder del pa¨ªs. La Coalici¨®n Siria, que representa a la oposici¨®n pol¨ªtica, dijo ayer en un comunicado que ¡°un acto semejante contradice la moral del pueblo sirio, y los valores y principios del Ej¨¦rcito Libre Sirio (ELS). El ELS ha luchado y sigue luchando por la dignidad de todos los sirios que anhelan la libertad¡±.
El protagonista del v¨ªdeo es uno de los fundadores de las brigadas de Farouk, uno de los principales batallones que conforman el propio ELS, aunque el pasado oto?o cre¨® su propio grupo, que opera de forma independiente. Del mismo modo act¨²an otras milicias, de ideolog¨ªa islamista, como el Frente Al Nusra, cuyo fin no es solo derrocar a El Asad, sino instaurar un r¨¦gimen isl¨¢mico en Siria.
¡°La oposici¨®n se halla muy dividida, y eso ha facilitado que El Asad se perpet¨²e en el poder¡±, opina Moshe Maoz, profesor em¨¦rito sobre Oriente Pr¨®ximo en la universidad hebrea de Jerusal¨¦n. ¡°Sus l¨ªderes est¨¢n divididos, y esas fisuras son incluso m¨¢s grandes en el frente. Las propias milicias pugnan no solo contra El Asad, sino entre ellas mismas por los recursos a su alcance, por la influencia en el conflicto y por el resultado final de este. Eso no quiere decir, como ha defendido el r¨¦gimen, que todos los opositores sean terroristas¡±, a?ade.
Hasta la aparici¨®n de este v¨ªdeo, parec¨ªa que el conflicto no pod¨ªa dar im¨¢genes m¨¢s crudas que las ya vistas. En febrero, los opositores denunciaron que el Gobierno lanz¨® misiles Scud contra centros de poblaci¨®n en Alepo, matando a numerosos civiles. Ese mismo mes, un ataque con una sustancia t¨®xica, tambi¨¦n en Alepo, desat¨® acusaciones cruzadas de uso de armas qu¨ªmicas. Hace dos semanas unos mercenarios del Gobierno aniquilaron a al menos 150 personas en las ciudades sun¨ªes de Baniyas y Bayda, seg¨²n varios grupos rebeldes, dejando numerosos cad¨¢veres en las calles. Ayer, el opositor Observatorio Sirio para los Derechos Humanos dijo que la cifra de v¨ªctimas del conflicto sirio ya supera las 94.000 personas, en su mayor¨ªa civiles, m¨¢s de 4.700 de ellas ni?os.
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