Las minor¨ªas sirias se replantean su apoyo al r¨¦gimen de El Asad
Los drusos que viven en los Altos del Gol¨¢n han apoyado tradicionalmente a Damasco Hoy, muchos de ellos hablan en contra del Gobierno, a pesar del riesgo que ello supone
Antes, nadie osaba hablar contra Bachar el Asad. La esperanza era, siempre, que los Altos del Gol¨¢n, ocupados por Israel en 1967, fueran devueltos a Siria. Damasco defend¨ªa los intereses de la comunidad siria que all¨ª reside, drusa, frente a la mayor¨ªa sun¨ª de su pa¨ªs de origen. Pero son ya m¨¢s de dos a?os de guerra, y 80.000 muertos son muchos muertos. Del otro lado de la frontera llegan historias de ejecuciones y masacres. Y el apoyo antes un¨¢nime a El Asad ha quedado resquebrajado. Hoy hay ya quienes osan criticar al presidente y su Gobierno, con voces cada vez m¨¢s altas, aun a sabiendas de que su atrevimiento puede poner precio a sus vidas.
Wiyam Amasha, de 31 a?os, est¨¢ condenado a muerte. La Mujabarat, el servicio secreto sirio, le ha incluido en una lista negra, en la que se hallan cinco activistas en el Gol¨¢n, por su difusi¨®n en Internet de im¨¢genes y v¨ªdeos que muestran atrocidades del r¨¦gimen contra los rebeldes, muchos de ellos drusos, en villas sirias que se hallan al otro lado de la frontera, a unos kil¨®metros de distancia.
La familia Amasha se decant¨® temprano en la revuelta a favor de apoyar a los opositores. Hace unos meses a su padre, Mahmoud, le atropellaron en las calles de esta villa de mayor¨ªa siria, seg¨²n cree la familia de forma intencional, por sus cr¨ªticas a El Asad. Estuvo ingresado dos semanas. ¡°El de mi padre fue el tercer ataque contra mi familia, el m¨¢s duro, el m¨¢s violento, el que hiri¨® en la carne¡±, dice Amasha en su casa, rodeado de banderas sirias, a escasos metros de la plaza central de la villa, que lleva el nombre de El Asad.
En 2011 Amasha fue liberado despu¨¦s de pasar 12 a?os en prisi¨®n por planificar el secuestro de un soldado israel¨ª. Aun a d¨ªa de hoy dice pensar y so?ar con la libertad, aunque en esta ocasi¨®n es la de su pueblo y la de la tierra en la que vive. Su fin ¨²ltimo es que los 20.000 sirios del Gol¨¢n vuelvan a sentirse ciudadanos de pleno derecho de su pa¨ªs, 46 a?os despu¨¦s de la ocupaci¨®n. ¡°Esta es nuestra cultura. Nosotros nos oponemos a la ocupaci¨®n, y aspiramos a la libertad del Gol¨¢n. Y esa ansia de libertad se aplica ahora a la revoluci¨®n siria. Queremos libertad, democracia, pluralismo¡±, a?ade.
Hace solo un a?o, Amasha hubiera sido un paria en Bukata. Pero hoy, cada vez m¨¢s drusos del Gol¨¢n encuentran dif¨ªcil defender la legitimidad del r¨¦gimen. Lo mismo sucede con otras minor¨ªas sirias, como los cristianos o los ismail¨ªes. Ha sido un cambio tard¨ªo. Durante d¨¦cadas, la familia El Asad, y su secta, la alau¨ª, protegieron a las minor¨ªas de Siria frente a los avances de los sun¨ªes, que son el 74% de la poblaci¨®n. Las incluyeron en el Gobierno, las convirtieron en ¨¦lite. Cuando comenz¨® la revuelta, en marzo de 2011, esas minor¨ªas tem¨ªan que con los opositores llegara el extremismo religioso. Pero parece que el r¨¦gimen ha cruzado para muchos de ellos una l¨ªnea de no retorno.
Hoy, miembros de un grupo llamado Movimiento Democr¨¢tico Nacional se re¨²nen peri¨®dicamente en la localidad de Majdal Shams, tambi¨¦n en el Gol¨¢n ocupado, para decidir c¨®mo reparten las donaciones que recaudan en viajes a lugares como Jordania. Buscan hospitales, villas da?adas y campos de refugiados que necesiten ayuda. Fauzi Abu Jabal, de 60 a?os, participa en esas reuniones. Cree que ha habido ya demasiados excesos, sobre todo por parte del r¨¦gimen, aunque tambi¨¦n en la oposici¨®n.
S¨¦ de qu¨¦ es capaz este r¨¦gimen, porque he vivido con ¨¦l, porque he trabajado para ¨¦l. Conozco su mentalidad. Pervive exprimiendo a la gente, hasta su ¨²ltima gota¡± Nasr Abu Shahin
¡°Hoy, cada d¨ªa hay una peque?a Hama¡±, dice, en referencia a la masacre de 1982, en la que Hafez el Asad, padre del actual presidente, orden¨® aplastar una revuelta isl¨¢mica. Los bombardeos en la localidad de Hama se saldaron con al menos 10.000 muertos. El Gobierno orden¨®, literalmente, apisonar vecindarios enteros. ¡°Los rebeldes luchan para crear un Estado en Siria. Hoy no hay Estado, lo que hay es una dictadura. Y en el futuro de ese nuevo Estado se halla la posibilidad de un Gol¨¢n libre¡±, a?ade.
Han desertado incluso aquellos que en el pasado m¨¢s se jugaron por el r¨¦gimen. Nasr Abu Shahin naci¨® en Damasco en 1967, el a?o en que su familia se mud¨® al Gol¨¢n y en que Israel tom¨® militarmente ese territorio. Fue arrestado en dos ocasiones en los a?os 80 y 90 del siglo pasado, y pas¨® ocho a?os preso, por amasar informaci¨®n sobre los soldados y colonos israel¨ªes en el Gol¨¢n, y cruzar a Siria para entreg¨¢rsela al Gobierno. Hoy, con aquellos d¨ªas a sus espaldas, no esconde su profunda decepci¨®n con el r¨¦gimen.
¡°Se ha convertido en el Gobierno de una banda de matones contra el pueblo¡±, opina. ¡°S¨¦ de qu¨¦ es capaz este r¨¦gimen, porque he vivido con ¨¦l, porque he trabajado para ¨¦l. Conozco su mentalidad. Pervive exprimiendo a la gente, hasta su ¨²ltima gota¡±, a?ade. Tilda al r¨¦gimen de ¡°dictadura, que no respeta ni a su propia ciudadan¨ªa¡±.
Si estas minor¨ªas le dan la espalda, a El Asad solo le va quedando el apoyo inc¨®lume de su propio grupo, los alau¨ªes, que son el 11% de la poblaci¨®n. En los pasados meses, varios analistas occidentales han planteado la posibilidad de que, en caso de derrumbe, el r¨¦gimen y sus fieles se refugien en lo que entre 1920 y 1946 fue el estado alau¨ª dentro del mandato franc¨¦s de Oriente Pr¨®ximo, en torno a la ciudad de Latakia, en el norte costero de la actual Siria. El Gobierno no se ha pronunciado al respecto, pero en Damasco bien saben hoy que ese puede ser su ¨²ltimo refugio.
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