¡°El banco vaticano no le ha hecho un buen servicio al Papa¡±
¡°Mi objetivo es que el IOR sea transparente en cinco a?os¡±
Su nombramiento, en febrero pasado, fue una de las ¨²ltimas decisiones de Benedicto XVI antes de renunciar a su ministerio. Ernst von Freyberg, abogado alem¨¢n nacido en Ginebra hace 55 a?os, casado, arist¨®crata y miembro de la Orden de Malta, ha tomado las riendas del desprestigiado Instituto para las Obras de Religi¨®n (IOR), el llamado banco vaticano, con determinaci¨®n y entusiasmo. En esta entrevista, realizada por correo electr¨®nico, reconoce la p¨¦sima reputaci¨®n de la entidad que preside, y se da de plazo los cinco a?os de su presidencia para convertirla en una instituci¨®n transparente.
Pregunta. Como presidente del IOR es usted su m¨¢ximo responsable, pero su trabajo, seg¨²n explic¨® en su d¨ªa el portavoz vaticano, no es de jornada completa, ?qu¨¦ espera lograr en los cinco a?os de presidencia para los que ha sido designado?
Respuesta. Si lee usted nuestros estatutos ver¨¢ que especifican que el consejo se re¨²ne una vez cada tres meses como tal y el presidente tiene que revisar los resultados econ¨®micos con el director. Eso es lo que decidieron los fundadores que ten¨ªa que ser mi tarea. Ahora bien, a la vista de la tarea que tenemos entre manos en 2013, estoy tres d¨ªas a la semana en Roma, y uno o dos m¨¢s trabajo fuera para el IOR. Mi objetivo es que dentro de cinco a?os el IOR tenga una excelente reputaci¨®n sirviendo a la Iglesia en todo el mundo, cumpliendo con las leyes y siendo transparente.
P. ?Forma parte aun de los consejos supervisores de la consultora Flossbach & von Storch, y de la agencia de trabajo temporal Manpower en Alemania?
R.- Sigo estando en el consejo de Blohm&Voss y en el de Malteser Deutschland. He dimitido de todos mis restantes puestos para concentrarme en mi tarea al frente del IOR.
Una turbulenta historia
Creado en junio de 1942 por P¨ªo XII, sobre la estructura de un organismo decimon¨®nico, el Instituto para Obras de Religi¨®n (IOR), m¨¢s conocido como Banco Vaticano, se ocupa de custodiar y gestionar bienes de personas e instituciones religiosas, aunque entre sus clientes hay tambi¨¦n empleados de la Santa Sede y diplom¨¢ticos acreditados en el Vaticano. Pese a la reserva con la que ha conducido hasta ahora sus actividades, el IOR se ha visto envuelto en los peores esc¨¢ndalos de la historia italiana de los a?os ochenta y noventa. El m¨¢s grave, la bancarrota fraudulenta del banco Ambrosiano, a principio de los a?os ochenta. El presunto suicidio de su presidente, Roberto Calvi, destap¨® una red de turbias conexiones mafiosas en las que figuraba tambi¨¦n el entonces presidente del IOR, el arzobispo Paul Marcinkus. En realidad, se supo despu¨¦s, el banco del Papa era el principal accionista del Ambrosiano, cuyo colapso sacudi¨® el sistema bancario italiano, dej¨® montones de acreedores y da?¨® considerablemente la imagen de la Santa Sede, que tuvo que pagar 242 millones de euros para restituir parte del dinero ¡®evaporado¡¯. Marcinkus permaneci¨® en su puesto hasta 1989.
Juan Pablo II le sustituy¨® ese a?o por un banquero laico, Angelo Caloia, despu¨¦s de refundar el IOR aprobando nuevos estatutos, y creando un organigrama que todav¨ªa se mantiene hoy, compuesto por una Comisi¨®n de cardenales, un consejo de administraci¨®n laico, con un presidente a la cabeza, y un director general asistido por un vicedirector. El impacto de estos cambios en la imagen del instituto fue ef¨ªmero. Un excolaborador de Marcinkus, Donato De Bonis, sigui¨® controlando el IOR hasta 1993. Vali¨¦ndose de una contabilidad paralela y cuentas cifradas en las que solo figuraba ¨¦l como firma autorizada, y en alg¨²n caso el fallecido exprimer ministro Gulio Andreotti, De Bonis consigui¨® lavar dinero de los grandes sobornos de la etapa de ¡®Tangentopoli¡¯ a trav¨¦s de la instituci¨®n. Un esc¨¢ndalo que se hizo p¨²blico en 2009.
P.?Est¨¢ usted sometido a la autoridad de la Comisi¨®n de cardenales y de las tareas del d¨ªa a d¨ªa se ocupa el director de la entidad, Paolo Cipriani. ?Se siente usted lo bastante independiente como para alcanzar sus objetivos?
R. No he encontrado la menor resistencia a la hora de formular y ejecutar nuestra estrategia. De hecho, me siento muy apoyado por el compromiso profesional del consejo y de todos los empleados. ?El director, doctor Cipriani, su n¨²mero dos, doctor Tulli, y yo formamos un buen equipo!
P.?En el sill¨®n que ocupa se sent¨® hace a?os el fallecido arzobispo Paul Marcinkus, implicado en la bancarrota fraudulenta del banco Ambrosiano, que le cost¨® la vida al que fuera su presidente Roberto Calvi. Despu¨¦s de Marcinkus se han destapado otros esc¨¢ndalos en el IOR. ?C¨®mo piensa restaurar la reputaci¨®n del instituto?
R. Es nuestra principal tarea. El IOR no puede empa?ar el mensaje de la Iglesia. Y para conseguirlo necesitamos comunicarnos. En el pasado no habl¨¢bamos con nadie, empezando por nuestros miembros m¨¢s pr¨®ximos (cardenales, obispos, la Iglesia). Todos los cat¨®licos del mundo tienen derecho a estar bien informados sobre esta instituci¨®n. ?Qu¨¦ vamos a hacer ahora? Empezamos a hablar con los medios de comunicaci¨®n, y con la Iglesia y pretendemos informar de forma sistem¨¢tica a nuestros principales miembros, y vamos a publicar un informe anual igual que cualquier otra instituci¨®n financiera har¨ªa y vamos a ponerlo en nuestra propia web el primero de octubre. Creo que somos una instituci¨®n financiera limpia y bien dirigida, solo necesitamos contarle al mundo lo que hacemos.
P. El Papa Benedicto XVI introdujo nueva legislaci¨®n para prevenir el lavado de dinero y la financiaci¨®n del terrorismo, en diciembre de 2010. ?Comparte su sucesor el inter¨¦s en esta pol¨ªtica de cambios? ?Ha podido hablar con el Papa Francisco del IOR?
R. La Santa Sede aprob¨® las leyes necesarias en 2010, y cre¨® la agencia supervisora independiente, la Autoridad de Informaci¨®n Financiera (AIF). La Santa Sede gu¨ªa y controla el IOR mediante la Comisi¨®n de cardenales, que son mis interlocutores principales en cuestiones relativas al instituto. No obstante, algunas veces he tenido el privilegio de asistir a misa por la ma?ana en la casa Santa Marta, y escuchar los sermones del Papa que me inspiran mucho en mi trabajo.
P. El verano pasado, el IOR y la agencia supervisora (AIF), no pasaron el test de Moneyval, [la agencia del Consejo de Europa que monitoriza el cumplimiento de la legislaci¨®n contra el lavado de dinero]. ?Cree que podr¨¢n superar la prueba en la visita prevista para el mes de diciembre pr¨®ximo?
R.? Al contrario que otros grandes pa¨ªses europeos, la Santa Sede ha superado los suficientes criterios de evaluaci¨®n de Moneyval como para no necesitar ninguna revisi¨®n especial. Yo dir¨ªa, por tanto, que la nota fue suficiente. El informe de 2012 plante¨® dudas sobre la eficiencia de algunos de nuestros procedimientos internos y yo me he fijado el objetivo de mejorarlos de aqu¨ª a finales del verano.
P. Su antecesor en el cargo, el economista Ettore Gotti Tedeschi, fue despedido en mayo de 2012, en medio de una enorme pol¨¦mica, cuando le quedaban m¨¢s de dos a?os de presidencia. ?No le parece un precedente inquietante?
R. ?No conozco al se?or Gotti Tedeschi, pero todas las historias tienen diferentes versiones. Lo importante para mi es que, tanto el consejo, como la Comisi¨®n de cardenales, los directores y los empleados del IOR apoyan completamente la pol¨ªtica de ¡®tolerancia cero¡¯ en lo que se refiere al lavado de dinero y nuestra apuesta por la transparencia.
No he hablado con el Papa, pero s¨ª he tenido oportunidad de ir a sus misas. Me inspiran mucho en mi trabajo¡±
P. Exceptuando al arzobispo Marcinkus, solo ha habido italianos al frente del IOR antes de elegirle a usted, que es alem¨¢n, en febrero pasado. ?Cree que un no italiano est¨¢ en mejor situaci¨®n para dirigir el instituto?
R. El proceso de selecci¨®n profesional que ha precedido a mi nombramiento me lleva a pensar que la nacionalidad del presidente del IOR es una cuesti¨®n aleatoria. El hecho es que no hab¨ªa tenido contacto previo con el instituto ni con ninguno de sus representantes.
P.?El IOR ha sido una fuente de problemas para la Santa Sede. Son muchas las voces en el mundo cat¨®lico que han pedido su supresi¨®n. ?Es realmente tan necesario para el Vaticano?
R. Hay que mirarlo desde dos perspectivas. Una es la de nuestros clientes. Nuestra misi¨®n es servirles y ellos quieren que sigamos. Por eso 19.000 de ellos han decidido poner su dinero aqu¨ª. Otra perspectiva es si realizamos un buen servicio para el Santo Padre. Y no siempre le hemos servido bien dada nuestra reputaci¨®n. Ocuparme de resolver esto es mi principal tarea.
P.?El IOR inici¨® en noviembre de 2010 una revisi¨®n de la base de datos de sus clientes. En marzo de 2012, todav¨ªa estaba apenas iniciada. ?Cuando concluir¨¢ esta tarea?
R. Tengo dos prioridades al respecto: la primera, aplicar las mejoras sugeridas por Moneyval para el 31 de Julio de este a?o. La segunda, he pedido a una consultora externa, Promontory, que revise todas y cada una de nuestras relaciones clientelares. A la menor indicaci¨®n de relaci¨®n impropia con un cliente, informaremos a nuestro supervisor (AIF), y cerraremos la cuenta. Llevamos un ritmo de revisi¨®n de mil relaciones por mes, y el grueso estar¨¢ terminado para finales de a?o.
P.?En los ¨²ltimos tres a?os, el banco vaticano ha tenido muchos problemas con el Banco de Italia. En septiembre de 2010 consider¨® sospechosa una transacci¨®n del IOR por importe de 23 millones de euros, y secuestr¨® el dinero. ?Tienen los mismos problemas con los bancos nacionales de otros pa¨ªses donde operan?
R. Tenemos relaciones con alrededor de 40 bancos en todo el mundo. Las relaciones con los reguladores, como el Banco de Italia son competencia de nuestro regulador y supervisor AIF, aunque desde luego, mi objetivo es asegurar que colaboramos tambi¨¦n en mejorar esas relaciones. Los 23 millones que menciona ya fueron desbloqueados por el banco de Italia en 2011.
A la menor indicaci¨®n de relaci¨®n impropia, informaremos a nuestro supervisor y cerraremos la cuenta¡±
P. ?Por qu¨¦ cree usted que el Banco de Italia es tan estricto ¨²ltimamente?
R. No me compete a m¨ª hablar del Banco de Italia.
P.? El IOR maneja en torno a los 6.300 millones de euros, ?en qu¨¦ los invierte?
R.-La seguridad del patrimonio de nuestros clientes es nuestra mayor preocupaci¨®n. Nuestra pol¨ªtica de inversiones es muy prudente, y se dirige sobre todo a los bonos del Estado y monedas. Solo una peque?a fracci¨®n - menos del 5%- de los actives que gestionamos se invierten en fondos.
P. ?Es cierto que los beneficios del IOR est¨¢n a disposici¨®n del Papa? ?Tiene el Papa una cuenta en el Instituto?
R. Comprender¨¢ que no hable de clientes individuales. Nuestro excedente anual pertenece a nuestro due?o que es la Santa Sede, por lo tanto est¨¢ a disposici¨®n del Santo Padre.
P. ?Maneja el IOR el dinero del ?bolo de San Pedro?
R. ?Puedo decirle que nuestro mayor cliente es la propia Santa Sede.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.