La legalizaci¨®n del aborto y las bodas gais elevan la tensi¨®n social en Brasil
Las reformas legales chocan con los influyentes grupos cat¨®licos y evang¨¦licos en el Congreso
El aborto y el matrimonio homosexual han abierto un tenso debate en el seno de la sociedad brasile?a, una de las m¨¢s religiosas del planeta, aunque tambi¨¦n una de las m¨¢s liberales en la concepci¨®n de la pareja y la sexualidad. Ayer se manifestaron en Brasilia alrededor de 40.000 personas contra la reforma del C¨®digo Penal que se tramita en el Senado y que contempla la legalizaci¨®n del aborto en cualquier hip¨®tesis siempre que se practique dentro de los tres primeros meses de embarazo. Contra la interrupci¨®n del embarazo y el derecho a casarse por lo civil que reclaman los colectivos de gais y lesbianas se han unido las Iglesias evang¨¦lica y cat¨®lica, ambas con una amplia penetraci¨®n en la sociedad (casi el 90% de la poblaci¨®n se declara cristiana) y en el Legislativo.
El Senado decide en este momento qu¨¦ hacer con la propuesta de enterrar la antigua ley del aborto que ¨²nicamente permite la interrupci¨®n del embarazo en tres casos: que sea el resultado de una violaci¨®n, que ponga en riesgo la vida de la madre o que el feto sufra de anencefalia (ausencia parcial o total del cerebro y del cr¨¢neo). Con la nueva ley, cualquier mujer tendr¨ªa derecho a abortar en centros m¨¦dicos p¨²blicos y privados al margen de las motivaciones que la lleven a tomar la decisi¨®n. La ¨²nica condici¨®n ser¨ªa que la interrupci¨®n se produzca en el primer trimestre de la gestaci¨®n.
Para echarle m¨¢s le?a al fuego, el Consejo Federal de Medicina (CFM), que representa a 400.000 m¨¦dicos brasile?os de los 27 Estados, se pronunci¨® el pasado 21 de marzo a favor de la apertura de la ley del aborto. ¡°No estamos a favor del aborto, pero s¨ª de la autonom¨ªa de la mujer y del m¨¦dico a la hora de decidir¡±, comunic¨® al Senado. Como era de esperar, la opini¨®n de los m¨¦dicos cay¨® como una bomba en los sectores religiosos del Congreso y en el Frente Parlamentario en Defensa de la Familia.
Desde el mes pasado las parejas de gais y lesbianas pueden casarse ante notario en Brasil sin que ning¨²n juez o notario pueda oponerse a ello. Es el resultado de una batalla larga y desabrida que en la pr¨¢ctica extiende el derecho al matrimonio civil, pero que a¨²n carece del aval del Congreso, controlado tradicionalmente por grupos de amplia penetraci¨®n cat¨®lica y evang¨¦lica.
La Comisi¨®n de Derechos Humanos del Congreso debate la posibilidad de que los psic¨®logos traten? la homosexualidad como una patolog¨ªa
Es un hecho que en los ¨²ltimos a?os cualquier concesi¨®n a los derechos de la comunidad homosexual ha colisionado frontalmente con la bancada religiosa. Este bloque parlamentario de tintes hom¨®fobos ha ganado tanto protagonismo que durante estos d¨ªas se discute en la Comisi¨®n de Derechos Humanos un rocambolesco decreto sobre la posibilidad de que los psic¨®logos puedan tratar la homosexualidad como una patolog¨ªa. El bloqueo a cualquier apertura tambi¨¦n qued¨® patente en mayo de 2011, cuando la presidenta Dilma Rousseff, bajo presi¨®n de los sectores religiosos, vet¨® el denominado kit antihomofobia dise?ado por el Ministerio de Educaci¨®n con el prop¨®sito de fomentar entre los estudiantes de secundaria la aceptaci¨®n de la diversidad sexual.
El gran avance lleg¨® el 14 de mayo, cuando el Consejo Nacional de Justicia (CNJ) aprob¨® por 14 votos contra uno la obligaci¨®n de todas las notar¨ªas de celebrar bodas civiles entre personas del mismo sexo y de equiparar las uniones estables homoafectivas a los matrimonios civiles. La decisi¨®n de CNJ, celebrada por la comunidad homosexual como un avance hist¨®rico, supuso un paso m¨¢s en la l¨ªnea de lo dictaminado en 2011 por el Tribunal Supremo de Brasil, que equipar¨® los derechos de las parejas de hecho homosexuales y heterosexuales y se pronunci¨® a favor de que las parejas gais pudiesen contraer matrimonio civil.
En una suerte de efecto domin¨®, jueces claramente progresistas de 12 Estados se apoyaron en la decisi¨®n del Supremo para dar luz verde a cientos de matrimonios civiles entre personas del mismo sexo. La ola de bodas homosexuales acab¨® precipitando el pronunciamiento del CNJ, que viene a acabar con la disparidad entre Estados y legitima a¨²n m¨¢s la legalidad el nuevo derecho. Sin embargo, los colectivos de gais y lesbianas siguen exigiendo que el Congreso se pronuncie de una vez en la misma direcci¨®n para acabar con la laguna legislativa. De momento, las bodas civiles permitir¨¢n a las parejas homosexuales beneficiarse de nuevos derechos, como el de herencia, reconocido autom¨¢ticamente en cualquier matrimonio.
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