Asesinados 560 activistas ind¨ªgenas en Brasil en los ¨²ltimos 10 a?os
La lucha por hacer respetar los derechos de los pueblos originales ha sido vista como la explicaci¨®n del aumento en el n¨²mero de homicidios de l¨ªderes comunitarios
En los ¨²ltimos 10 a?os, que coinciden con los gobiernos del expresidente Luiz In¨¢cio Lula da Silva y de la presidenta Dilma Rousseff (2003-2013), han sido asesinados en Brasil 560 ind¨ªgenas, un aumento de 168% en relaci¨®n con los ocho a?os del gobierno del exmandatario Fernando Henrique Cardoso (1995-2002).
Ello no significa, dicen los expertos, que Lula y Rousseff se hayan desinteresado de la cuesti¨®n ind¨ªgena, sino una terrible consecuencia del hecho de que los l¨ªderes de las etnias ind¨ªgenas, que suponen hoy una poblaci¨®n de 600.000 personas, han ido adquiriendo mayor conciencia pol¨ªtica y han pasado a ser m¨¢s activos en sus reivindicaciones.
Esa nueva beligerancia en defensa de sus derechos como primeros pobladores de este pa¨ªs, les ha enfrentado no s¨®lo con los terratenientes que han ocupado a veces sus tierras, sino incluso con el mismo Gobierno, por ejemplo, oponi¨¦ndose a la construcci¨®n de hidroel¨¦ctricas en la Amazonia como la de Belo Monte en el Estado de Par¨¢.
Otro de los factores que explican el aumento de asesinatos de ind¨ªgenas por parte de los terratenientes es que a la llegada de Lula al poder, las comunidades ind¨ªgenas esperaban una acci¨®n m¨¢s progresista de su gobierno ¡ªen la defensa de sus derechos¡ª que lo que vivieron en las administraciones de sus predecesores.
Seg¨²n ellos, tanto Lula como Rousseff acabaron fortaleciendo los intereses de los terratenientes y los gestores de la agricultura, que es hoy, por otra parte, la punta de lanza del desarrollo econ¨®mico del pa¨ªs.?
Mientras tanto la tensi¨®n en Sidrolandia (MS), palco de enfrentamientos entre terratenientes e ind¨ªgenas en los que result¨® muerto un ind¨ªgena por parte de la polic¨ªa, sigue viva. El Gobierno ha recibido ya a varias delegaciones de ind¨ªgenas y les ha prometido ayuda del Estado. Sin embargo, el ministro Gilberto Carvalho ha alertado de que el gobierno de Rousseff no va a desistir de la construcci¨®n de las nuevas hidroel¨¦ctricas, son fundamentales para asegurar energ¨ªa a un pa¨ªs en pleno desarrollo.
En tanto que el Ministerio de Justicia ha enviado a 120 hombres de la Fuerza Nacional para reforzar la seguridad de los terratenientes.
Este viernes dimiti¨® la presidenta de Funai (Fundaci¨®n Nacional del Indio). Dicha organizaci¨®n ha tenido hasta ahora mucha autonom¨ªa en la demarcaci¨®n de las tierras ind¨ªgenas y hasta ha sido acusada de demarcar tierras en las que ni exist¨ªan ind¨ªgenas. El Gobierno quiere recuperar una parte del derecho de intervenir en un tema tan delicado cuyas resoluciones han acabado muchas veces en el Supremo.
Los ind¨ªgenas han salido de los encuentros del gobierno, dicen, con un 50% de acuerdo, pero en otro 50% de los temas anuncian que seguir¨¢n luchando.?Por su parte los terratenientes est¨¢n cerrando carreteras para impedir la llegada de los ind¨ªgenas que reivindican tierras que est¨¢n en manos de propietarios privados desde hace m¨¢s de 80 a?os.
El Gobierno ha prometido tambi¨¦n ayuda financiera a los terratenientes que se vean obligados a ceder sus tierras a las comunidades ind¨ªgenas que se dicen propietarias de las mismas.
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