Rousseff, recibida con silbidos en el estadio de Brasilia
La presidenta de Brasil arremete contra los ¡°vendedores de caos¡± y el ¡°terrorismo informativo¡±
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, fue recibida con silbidos hasta tres veces por los aficionados presentes en el estadio Man¨¦ Garrincha en Brasilia, donde asisti¨® a la apertura de la Copa de las Confederaciones. La reacci¨®n de los aficionados fue m¨¢s bien inesperada, ya que la presidenta goza de una popularidad de un 75%.
Se disputaba el partido entre Brasil y Jap¨®n y la mandataria estaba acompa?ada por el presidente de la Fifa, Joseph Blatter. El primer abucheo tuvo lugar cuando se anunci¨® su presencia por la megafon¨ªa del estadio, antes de la ejecuci¨®n de los himnos nacionales de Brasil y Jap¨®n. M¨¢s tarde, cuando Blatter la nombr¨® en su discurso, volvi¨® a o¨ªrse la pitada. Finalmente, en el momento en el que ella tom¨® el micr¨®fono para anunciar la apertura de la Copa, se mezclaron los abucheos y los aplausos. El presidente de la Fifa intervino para recriminar a los aficionados. ¡°?D¨®nde est¨¢ el respeto, donde est¨¢ el fair play?¡±, se pregunt¨® molesto al micr¨®fono. El estadio volvi¨® a silbar.
En 2007, en la apertura de los juegos Pan-Americanos de 2007, en R¨ªo, el entonces presidente de la Rep¨²blica, Lula da Silva, fue fuertemente silbado por los aficionados y no pudo ni pronunciar su discurso. Ahora, no ser¨¢ dif¨ªcil que los analistas pol¨ªticos vean una relaci¨®n entre las manifestaciones callejeras que han surgido en el pa¨ªs y ese desplante a Rousseff. No obstante, existe un adagio que dice que los brasile?os son capaces de silbar ¡°hasta a un minuto de silencio¡±.
Antes de iniciar el partido, la Fuerza de Choque de la polic¨ªa militar detuvo a 23 de los 600 manifestantes que hab¨ªan ido a protestar contra los 600 millones de d¨®lares que hab¨ªa costado el estadio. Usaron gases lacrim¨®genos e hirieron a uno de ellos con balas de goma. El clima era ya tenso al inicio de la inauguraci¨®n de la Copa. El tres a cero de Brasil devolvi¨® la alegr¨ªa al estadio.?
Vista a la favela
Horas antes, la presidenta, en un discurso duro en la favela de la Rocinha de R¨ªo de Janeiro, hab¨ªa criticado lo que llam¨® ¡°terrorismo informativo¡± y arremeti¨® contra los que ¡°juegan a cuanto peor, mejor¡±. Ante los cientos de personas de aquella comunidad pobre que la recibi¨® con ovaciones, dijo con voz firme: ¡°Pueden esperar sentados los que piensan que voy a cortar el gasto social¡± .
Rousseff habl¨® 48 horas despu¨¦s de las manifestaciones de protesta contra los altos precios de los transportes p¨²blicos en S?o Paulo, R¨ªo y Porto Alegre, que silenci¨® por completo. Sus cr¨ªticas se dirigieron a la oposici¨®n que, seg¨²n ella, intenta torpedear su pol¨ªtica econ¨®mica. Mientras hablaba en la favela, aplaudid¨ªsima, el Financial Times publicaba que ¡°la capacidad de Dilma de estimular la econom¨ªa hab¨ªa llegado a su fin¡±.
La mandataria, usando palabras duras y mucha iron¨ªa, rechaz¨® de plano que Brasil est¨¦ pasando por una crisis econ¨®mica y que la inflaci¨®n est¨¦ fuera de la meta del gobierno. ¡°Nosotros jam¨¢s dejaremos que vuelva la inflaci¨®n. Hoy est¨¢ bajo control y continuar¨¢ bajo control¡±. Y a?adi¨®: ¡°Pido que no escuch¨¦is a los que apuestan por lo peor. Cr¨ªticas, s¨ª, terrorismo, no¡±.
Record¨® la mandataria que frente a la mayor crisis mundial desde 1929, Brasil tiene ¡°el menor ¨ªndice de desempleo del mundo¡±. En su discurso critic¨® abiertamente a la prensa que afirma que Brasil ¡°pasa por un momento de dificultad¡±, y afirm¨®: ¡°No es s¨®lo que Brasil no pase por un momento dif¨ªcil, sino que es un pa¨ªs totalmente s¨®lido. Tenemos una de las menores relaciones entre deuda l¨ªquida y el PIB. No gastamos m¨¢s de lo que tenemos. Somos serios en relaci¨®n a la pol¨ªtica fiscal¡±.
Critic¨® a la oposici¨®n al afirmar que en este pa¨ªs nadie se hab¨ªa interesado por los pobres hasta el 2003, a?o en que Lula da Silva lleg¨® al poder. D¨ªas atr¨¢s, en otro discurso en Curitiba, la mandataria hab¨ªa calificado a los cr¨ªticos de su pol¨ªtica econ¨®mica como ¡°vendedores de caos¡±. Y el d¨ªa enterior, en Brasilia, hab¨ªa comparado a la oposici¨®n al Viejo de Restelo, el personaje de Luis Cam?es en su obra Os Lus¨ªadas, considerado el prototipo del pesimismo.
Levantando aplausos, Rousseff les record¨® el viejo dictado de la tarta: ¡°Antes, ellos (la oposici¨®n) dec¨ªan: 'O se reparte la tarta o se la deja crecer, porque si se distribuye antes de crecer es un desastre. Y nosotros hemos demostrado que eso es mentira, s¨®lo crece la tarta si se reparte¡±. Seg¨²n la presidenta ha sido el ¡°pueblo pobre¡± de Brasil el que la eligi¨® y ese pueblo es hoy, afirm¨®, ¡°la fuerza del mercado de nuestro pa¨ªs¡±.
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