Rohan¨ª afronta el reto de mejorar la imagen de Ir¨¢n sin tener todo el poder
El nuevo presidente ha criticado la forma de conducir la negociaci¨®n nuclear
El cambio de tono ha sido evidente desde el primer discurso. Frente a la dial¨¦ctica de resistencia y confrontaci¨®n de los ¨²ltimos a?os, el presidente electo de Ir¨¢n, Hasan Rohan¨ª, ha pedido a sus compatriotas que le ayuden en la tarea que le han encomendado. Se trata sin duda de una misi¨®n complicada. Para hacer frente al enorme reto de una econom¨ªa en ruinas, Rohan¨ª tiene que mejorar no solo la gesti¨®n interna, sino las relaciones con el resto del mundo. Pero estas, como el programa nuclear que las bloquea, no dependen de ¨¦l, sino del l¨ªder supremo. De momento, su talante puede ayudar a mejorar la imagen de la Rep¨²blica Isl¨¢mica.
¡°Los problemas econ¨®micos del pa¨ªs no pueden resolverse de la noche a la ma?ana¡±, declar¨® Rohan¨ª nada m¨¢s hacerse oficial su triunfo. Ir¨¢n tiene una tasa de inflaci¨®n del 30% y de desempleo del 14%, seg¨²n datos oficiales que economistas independientes consideran ¡°optimistas¡±. Pero lo que es m¨¢s grave, su moneda se ha depreciado casi un 80% en los ¨²ltimos dos a?os debido al efecto de las sanciones financieras internacionales. El euro, que en julio de 2011 costaba 14.000 riales, se cambia en la actualidad por 47.000. Aunque la mayor¨ªa de los iran¨ªes defienden el derecho de su pa¨ªs a desarrollar un programa at¨®mico aut¨®ctono, Rohan¨ª ha sido el m¨¢s cr¨ªtico entre los candidatos con la forma de conducir las negociaciones nucleares.
Sin poner en duda que tanto el programa nuclear, como la diplomacia y los asuntos de defensa dependen del l¨ªder supremo y sus protectores, los Pasdar¨¢n (o Guardianes de la Revoluci¨®n), ha dejado claro que es posible otra forma de abordar los problemas. Tambi¨¦n ha subrayado su disposici¨®n a mejorar las relaciones con el resto del mundo. Sin duda va a ser una tarea complicada despu¨¦s de los ocho a?os de desaf¨ªo y confrontaci¨®n bajo la presidencia de Mahmud Ahmadineyad.
Significativamente, los principales centros de poder han ofrecido su colaboraci¨®n al nuevo presidente. No solo el Parlamento o el Poder Judicial (en manos de los ultraconservadores), sino incluso los Pasdar¨¢n, seg¨²n indican en su p¨¢gina web. Tal muestra de unidad parece reflejar un deseo de cerrar la brecha que abri¨® la controvertida reelecci¨®n de Ahmadineyad en 2009, pero tambi¨¦n se?ala a los dirigentes occidentales que quienes tienen las riendas del poder no se oponen a los llamamientos de Rohan¨ª a un acercamiento con la comunidad internacional.
De momento, su elecci¨®n ha sido recibida con alivio en el ¨¢mbito de los negocios (ha subido la bolsa y la cotizaci¨®n del rial) y en las capitales occidentales. La Casa Blanca emiti¨® ayer un comunicado en el que se declar¨® ¡°dispuesta a colaborar directamente con el nuevo Gobierno¡± sobre la cuesti¨®n nuclear. Incluso las monarqu¨ªas de la pen¨ªnsula Ar¨¢biga, extremadamente recelosas de Ir¨¢n al que acusan de intervenir en Siria, Bahr¨¦in y otros pa¨ªses de la zona, le han felicitado por su elecci¨®n deseosas de mejorar las relaciones, aunque esc¨¦pticas sobre la posibilidad de un cambio.
Solo Israel ha insistido en minimizar el resultado electoral. ¡°No nos enga?emos. Quien manda en Ir¨¢n es el l¨ªder supremo, no el presidente, y es ¨¦l quien determina la pol¨ªtica nuclear¡±, asegur¨® el domingo Benjam¨ªn Netanyahu, durante la reuni¨®n semanal del Consejo de Ministros. Para el primer ministro israel¨ª, como para los neocons estadounidenses, la elecci¨®n de Rohan¨ª va a dificultar su empe?o en demonizar a Ir¨¢n y su insistencia en que la opci¨®n militar es la ¨²nica forma de tratar con la Rep¨²blica Isl¨¢mica.
Javier Solana, el exjefe de la diplomacia europea, tiene un buen recuerdo de Rohan¨ª, a quien conoci¨® cuando ambos encabezaban las negociaciones nucleares entre 2003 y 2005. ¡°Me pareci¨® inteligente y capaz, presentaba las cosas de forma que era posible alcanza un acuerdo¡±, se?ala a EL PA?S. Algunos analistas, as¨ª como los iran¨ªes que le han votado, esperan que ese estilo contribuya a facilitar las relaciones con la comunidad internacional, a la que su predecesor irritaba con su intransigencia, su empe?o en cuestionar el Holocausto y el desprecio de las normas diplom¨¢ticas m¨¢s elementales.
De hecho, los iran¨ªes que salieron a celebrar la victoria de Rohan¨ª el s¨¢bado no coreaban su nombre sino ¡°Adi¨®s Ahmadi¡±. Nunca antes en Ir¨¢n se hab¨ªa festejado la salida de un presidente, al que la Constituci¨®n proh¨ªbe presentarse a un tercer mandato consecutivo. La repentina popularidad del presidente electo es en buena medida prestada. Muchos votantes le han apoyado a falta de un mejor candidato y, como dejaban claro los esl¨®ganes de la noche electoral, esperan la ¡°liberaci¨®n de los presos pol¨ªticos¡± y la ¡°libertad de Musav¨ª y Karrub¨ª¡±, los dos dirigentes reformistas sometidos a arresto domiciliario desde que cuestionaran la reelecci¨®n de Ahmadineyad en 2009.
Ese delicado asunto va a constituir la prueba del nueve para ver hasta qu¨¦ punto el r¨¦gimen est¨¢ dispuesto a abrir el espacio pol¨ªtico a los grupos marginados del poder desde entonces. Por ahora, la imagen de limpieza y transparencia que han trasmitido los comicios ayuda sin duda a reparar la legitimidad de la Rep¨²blica Isl¨¢mica, gravemente da?ada por la represi¨®n a los discrepantes. Pero como reconoci¨® a esta corresponsal la v¨ªspera electoral el ide¨®logo reformista Abbas Abdi, los iran¨ªes van a tener que esperar con paciencia el cambio porque la compleja estructura de poder iran¨ª ha sido pr¨¢cticamente monopolizada por los ultraconservadores en la ¨²ltima d¨¦cada.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.