La angustia del rey Pel¨¦
Pel¨¦ est¨¢ angustiado con la protesta callejera. No es un intelectual. Es el rey del f¨²tbol brasile?o. Es el artillero de los 95 goles en las 115 ocasiones en que defendi¨® al equipo nacional. El f¨²tbol corre por sus venas.
Con esa biograf¨ªa, Pel¨¦ se sinti¨® golpeado por la angustia de ver en las manifestaciones carteles como: ¡°Mejor un buen hospital que un gol de la selecci¨®n¡±.
Se le quebr¨® algo dentro cuando vio en S?o Paulo quemar el gran mural publicitario de la Copa. Y prevaleci¨® en ¨¦l el miedo a que el Mundial de 2014, que contribuy¨® a conseguir para Brasil, pudiera ser golpeado por la contestaci¨®n social.
Sin entender quiz¨¢s la fuerza de la protesta ¡ªque no va contra la selecci¨®n nacional sino contra los pol¨ªticos que, seg¨²n cree la gente, han despilfarrado millones inflando los presupuestos de la construcci¨®n de los estadios¡ª, se ech¨® al ruedo contra el toro.
¡°Vamos a olvidarnos de toda esa confusi¨®n que est¨¢ pasando en Brasil y vamos a pensar que la selecci¨®n brasile?a es nuestro pa¨ªs, es nuestra sangre. No le vamos a silbar, la vamos a apoyar hasta el final¡±, dijo en un v¨ªdeo que recorri¨® todo Brasil y en el que a?adi¨®: ¡°Voy a pedir a los brasile?os, una vez m¨¢s, que no confundan las cosas¡±. ?Alguien se lo hab¨ªa dictado al o¨ªdo?
La opini¨®n p¨²blica se lanz¨® a criticar al rey del f¨²tbol. Alguien debi¨® explicarle que la protesta es mucho m¨¢s que eso. Que Brasil no est¨¢ ni contra el f¨²tbol ni contra la selecci¨®n, sino contra el despilfarro del dinero p¨²blico y que nunca van a dejar de aplaudir a sus ¨ªdolos.
Pel¨¦ se asust¨® de nuevo y, visceral como es, apasionado por la gente, acostumbrado toda la vida a ser llevado en hombros, dio marcha atr¨¢s y se dirigi¨® a trav¨¦s de las redes sociales, en portugu¨¦s ?y en ingl¨¦s, a sus casi dos millones de seguidores: ¡°Por favor, no me entiendan mal. Yo estoy cien por ciento a favor del movimiento por la justicia en Brasil¡±. Y a?adi¨® significativamente: ¡°Siempre luch¨¦ contra la corrupci¨®n¡±, al mismo tiempo que recordaba que cuando marc¨® su gol n¨²mero 1.000 habl¨® ¡°sobre la importancia de la educaci¨®n infantil¡±.
Pel¨¦ es una pieza fundamental de este Mundial, mimado por el Gobierno y la FIFA. Ambas instituciones est¨¢n en entredicho ahora entre los gritos de la calle. Pel¨¦ se ha visto atrapado entre la fidelidad al apoyo oficial al Mundial, contestado por el movimiento popular, y el miedo a caer en desgracia ante la gente de la calle. Es comprensible su angustia y su retractaci¨®n.
?Ah!, y quiz¨¢s su marcha atr¨¢s signifique que el viejo y astuto jugador ha visto que la calle empieza a triunfar, mientras los palacios tiemblan.
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