La indignaci¨®n prende en Bosnia
La par¨¢lisis pol¨ªtica que bloquea el pa¨ªs balc¨¢nico desata por primera vez protestas que trascienden las divisiones ¨¦tnicas
A Berina Hamidovic y Belmina Ibrisevic el destino no solo les infligi¨® nacer con graves enfermedades cong¨¦nitas, sino tambi¨¦n hacerlo en Bosnia-Herzegovina y despu¨¦s del pasado 12 de febrero. En esa fecha, la pugna pol¨ªtica entre serbios, croatas y bosnio-musulmanes que paraliza ese pa¨ªs balc¨¢nico lleg¨® al extremo de bloquear la expedici¨®n de los n¨²meros de identificaci¨®n necesarios para los DNI y seguridad social. A causa de la falta de acuerdo sobre c¨®mo reformar el sistema vigente ¡ªdeclarado inconstitucional¡ª, durante meses los beb¨¦s nacidos en Bosnia han quedado en un absurdo limbo. En el caso de Berina y Belmina, esto supuso tremendas dificultades y retrasos para poder salir del pa¨ªs y obtener los tratamientos necesarios. Belmina lucha ahora por su vida en Alemania; Berina muri¨® en un hospital de Belgrado a mediados de junio, probablemente a causa del fatal retraso con el que fue operada.
La terrible situaci¨®n de estos beb¨¦s ha inspirado en las ¨²ltimas semanas las mayores protestas ciudadanas en Bosnia desde el fin de la guerra, en 1995. La noche del 5 de junio, Fedja Stukan y Aldin Arnautovic decidieron secundar una idea que acababa de difundirse por Facebook: bloquear los accesos al Parlamento para forzar a los pol¨ªticos a pactar una soluci¨®n. ¡°Al principio, ¨¦ramos una decena de personas en total. Aparcamos nuestros coches en los accesos del Parlamento y nos plantamos ah¨ª¡±, cuenta Fedja, que es actor, de 39 a?os. Poco a poco lleg¨® m¨¢s gente. Fue el primer paso de una escalada de movilizaciones que han sacado a la calle a miles de personas en Sarajevo y otras ciudades. El segundo d¨ªa de protesta hab¨ªa ya gente suficiente como para acorralar el edificio con una cadena humana que mantuvo retenidos a los diputados (junto con unos 250 delegados extranjeros en un encuentro internacional) hasta las cuatro y media de la ma?ana. El primer ministro, Vjekoslav Bevanda, sali¨® por una ventana.
¡°La gente est¨¢ harta de esta situaci¨®n. Los pol¨ªticos cultivan la cultura del miedo inter¨¦tnico para luego erigirse en los indispensables defensores del pueblo, pero la gente empieza a entender que el mayor peligro para sus vidas no es el vecino de otra etnia, sino los administradores ineptos y corruptos que tenemos¡±, dice Emir Hodzic, un carism¨¢tico activista de 34 a?os. Al igual que Fedja y Aldin, luce en su brazo derecho un tatuaje reci¨¦n marcado con el logo de la protesta: un chupete con un pu?o en lugar de la tetina. ¡°Es la babyvolution. No tiene car¨¢cter ¨¦tnico. Solo queremos que los pol¨ªticos empiecen de una vez a resolver problemas. Es intolerable que por aplicar el nacionalismo a una est¨²pida cuesti¨®n de n¨²meros tenga que morir un beb¨¦¡±, dicen.
Estamos en la peor situaci¨®n desde el fin de la guerra" Senad Pecanin, periodista
En efecto, tambi¨¦n ciudadanos serbobosnios han participado en las protestas. En Banja Luka, capital de la entidad serbia del pa¨ªs, Nikola Dronjak, l¨ªder de la uni¨®n de los estudiantes universitarios, manifiesta su apoyo a las reivindicaciones ciudadanas. Dronjak, de 25 a?os, encabeza un movimiento de protesta paralelo que lucha contra la corrupci¨®n rampante de los l¨ªderes locales y su ineptitud para crear oportunidades en un pa¨ªs azotado por una demoledora crisis econ¨®mica. ¡°Hemos tenido cinco siglos de Imperio Otomano. La gente est¨¢ acostumbrada a sultanes con mucho dinero, muchas mujeres y escaso inter¨¦s por el pueblo. Pero empieza a ser realmente demasiado para quedarse en la apat¨ªa¡±, dice.
Bosnia (3,8 millones de habitantes y una superficie equivalente a la de Arag¨®n) es un pa¨ªs que no funciona, una olla a presi¨®n en la que la temperatura sube. La pugna inter¨¦tnica y la extraordinaria complejidad de las instituciones dise?adas para parar la guerra de 1992-1995 han empujado a la exrep¨²blica yugoslava a un grado de par¨¢lisis grotesco. Seg¨²n reconoce un alto cargo gubernamental, las autoridades tardaron dos d¨ªas en remover los coches que bloqueaban el Parlamento porque no quedaba claro si ten¨ªa que hacerse cargo de ellos el Estado, la federaci¨®n bosnio-croata o el cant¨®n de Sarajevo.
En varias conversaciones mantenidas con altos cargos pol¨ªticos ¡ªen el marco de un viaje organizado y financiado por la fundaci¨®n alemana Robert Bosch, con el fin de entrevistar a los principales l¨ªderes pol¨ªticos y destacados miembros de la sociedad civil de cuatro pa¨ªses balc¨¢nicos¡ª la gravedad del bloqueo en el que se halla el pa¨ªs adquiere contornos inquietantes. El panorama es desolador. Los pol¨ªticos son conscientes de que la rebeli¨®n va contra ellos, admiten incluso en conversaciones privadas que la pol¨ªtica es la fuente del problema y dejan entender que no hay soluciones en el horizonte para hacer de Bosnia un pa¨ªs normal.
¡°Estamos en la peor situaci¨®n desde el fin de la guerra¡±, alerta Senad Pecanin, periodista fundador de la revista Dani. ¡°Desafortunadamente, aqu¨ª perdemos nuestro tiempo con los n¨²meros equivocados¡±, observa, con amargura, Sanjin Arifagic, economista. ¡°Hemos sufrido una doble recesi¨®n y somos un pa¨ªs rezagado en una regi¨®n que no va bien¡±, a?ade. En lugar de trabajar sobre las cifras del paro ¡ªoficialmente, un 27%, pero en realidad mucho m¨¢s¡ª, la pol¨ªtica pierde meses en debatir sobre los n¨²meros de identidad, una excusa como otra para librar la batalla ¨¦tnica.
Los gestores ineptos que tenemos son el mayor problema" Emir Hodzic, activista
¡°La actual ¨¦lite pol¨ªtica tiene inter¨¦s en mantener el statu quo¡±, comenta Renzo Daviddi, vicejefe de la misi¨®n europea en Bosnia. El pa¨ªs recibe importantes ayudas internacionales que se gestionan de manera opaca. ¡°No podemos permitirnos dejar que Bosnia siga a la deriva como hasta ahora¡±, alerta.
El actual Gobierno serbio, que tiene gran capacidad de presi¨®n sobre los serbobosnios, est¨¢ marcando distancias desde los impulsores de las posturas m¨¢s radicales. Pero, en conversaciones mantenidas en Belgrado, altas fuentes gubernamentales advierten de que no ejercer¨¢n una presi¨®n activa para que las cosas cambien.
Mientras tanto, la deriva de Bosnia prosigue. Un parche temporal puesto en marcha tras el inicio de las protestas permite ahora la expedici¨®n de los n¨²meros de identidad. Los activistas han concedido una tregua hasta el 1 de julio a la espera de una soluci¨®n definitiva. ¡°Si no la habr¨¢, volveremos a la calle¡±, dice Emir Hodzic.
De momento, solo se re¨²nen ante el Parlamento a las 12 del mediod¨ªa. En silencio. ¡°Para no molestar el trabajo¡±, dice Hodzic. Pero, la semana pasada, en el Parlamento no hab¨ªa diputados. Queda por ver si Belmina podr¨¢ de mayor tener el orgullo de que su intolerable odisea fuera el inicio de una primavera bosnia multi¨¦tnica.
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