Tapie declara en calidad de detenido ante la polic¨ªa judicial francesa
La investigaci¨®n se centra en el arbitraje que le indemniz¨® con 403 millones de euros por la venta de la empresa Adidas
El empresario franc¨¦s Bernard Tapie declara desde hoy ante la divisi¨®n financiera de la polic¨ªa judicial de su pa¨ªs en calidad de detenido, en la investigaci¨®n por un arbitraje que le indemniz¨® con 403 millones de euros como compensaci¨®n por la venta de la empresa Adidas en la d¨¦cada de los a?os noventa.
Tapie tendr¨¢ que explicar -en un interrogatorio que podr¨ªa prolongarse hasta cuatro d¨ªas- si se benefici¨® de un trato favorable del tribunal de arbitraje privado al que decidi¨® acudir en 2007 la entonces ministra francesa de Econom¨ªa y actual responsable del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde. El hecho de que declare en calidad de detenido supone una garant¨ªa judicial para el empresario, que estar¨¢ acompa?ado de su abogado durante los interrogatorios.
En los a?os ochenta, Bernard Tapie (m¨¢s conocido por su apodo, Nanard) se dedic¨® al deporte, la pol¨ªtica y la comedia. Mont¨® el equipo ciclista La Vie Claire, con el que Hinault gan¨® su quinto Tour, y se compr¨® el moribundo Olympique de Marsella, al que hizo cuatro veces campe¨®n de Liga y una vez campe¨®n de Europa, en 1993, batiendo en la final al Milan de Silvio Berlusconi, el prototipo de magnate vulgar que iluminaba la ambici¨®n de Nanard.
Tras amasar una de las 20 mayores fortunas del pa¨ªs, Mitterrand se fij¨® en ¨¦l para tratar de dome?ar el ascenso de Jean-Marie Le Pen en el sur del pa¨ªs
Tras amasar una de las 20 mayores fortunas del pa¨ªs, Mitterrand se fij¨® en ¨¦l para tratar de dome?ar el ascenso de Jean-Marie Le Pen en el sur del pa¨ªs. Tapie se present¨® a las legislativas de 1988, gan¨® por sorpresa su esca?o en Marsella y sigui¨® con sus negocios. En 1991 compr¨® la compa?¨ªa alemana Adidas, l¨ªder mundial de ropa deportiva, que estaba al borde de la quiebra por sus altos costes de producci¨®n ¡ªAlemania era entonces el enfermo de Europa¡ª. Tras deslocalizar f¨¢bricas en Asia y modernizar la marca, Adidas volvi¨® a dar beneficios en 1993. Un poco antes, Mitterrand le hab¨ªa ofrecido un puesto en el Gobierno de ¡°la apertura¡± y el playboy de la gauche radical dio el salto a la alta pol¨ªtica.
Para alejar el fantasma del conflicto de intereses y poder ser ministro de la Ciudad (barrios pobres), Mitterrand le oblig¨® a vender su participaci¨®n en Adidas. Nanard confi¨® la operaci¨®n al banco semip¨²blico que hist¨®ricamente le hab¨ªa financiado sus maniobras, Cr¨¦dit Lyonnais (CL).
En ese momento nac¨ªa el esc¨¢ndalo pol¨ªtico-econ¨®mico m¨¢s brutal, enrevesado y duradero de la V Rep¨²blica.
Cr¨¦dit Lyonnais vendi¨® las acciones de Tapie a un empresario llamado Robert Louis-Dreyfus. Y aunque obtuvo un sobreprecio, evit¨® comunicar ese detalle al antiguo propietario. Tapie supo que CL hab¨ªa ocultado las plusval¨ªas en para¨ªsos fiscales y denunci¨® al banco en los juzgados. Era 1996, y el CL acababa de evitar la quiebra, as¨ª que el Estado mont¨® un banco malo, el Consorcio de Realizaci¨®n (CDR), para gestionar los activos dudosos: era dinero p¨²blico lo que estaba en juego.
En 2005, tras nueve a?os de batalla judicial, el Tribunal de Apelaci¨®n de Par¨ªs conden¨® al CDR a pagar 135 millones de euros de da?os m¨¢s intereses a Tapie. Pero un a?o despu¨¦s, el Supremo anul¨® la sentencia y dio la raz¨®n al CDR. En 2007, Tapie hizo una jugada maestra. En plena campa?a electoral, cuando la pugna entre Nicolas Sarkozy y S¨¦gol¨¨ne Royal parec¨ªa m¨¢s incierta, el medi¨¢tico Nanard pidi¨® el voto para el candidato conservador.
Sarkozy gana las elecciones, y Tapie propone que su litigio sea juzgado por un tribunal de arbitraje privado, aduciendo que as¨ª se zanjar¨¢ ¡°m¨¢s deprisa¡±. El banco malo acepta, y el Ministerio de Econom¨ªa, liderado por Christine Lagarde, hoy directora gerente del Fondo Monetario Internacional, da la luz verde oficial al proceso de mediaci¨®n.
La decisi¨®n es llamativa, porque los arbitrajes privados no suelen resolver casos juzgados por tribunales ordinarios, y menos si el pleito afecta al Estado. Pero Econom¨ªa ordena formar un colegio de tres jueces, y este da la raz¨®n a Tapie en julio de 2008. La sentencia condena al CDR a abonar al empresario 403 millones de euros brutos, incluidos los intereses y 45 millones por da?os morales. Tras descontar impuestos y gastos, Tapie recibe el dinero y procede a gast¨¢rselo con su alegr¨ªa habitual.
La decisi¨®n escandaliza a una parte de la ciudadan¨ªa, pero Lagarde no recurre el fallo. La oposici¨®n socialista monta en c¨®lera y exige una comisi¨®n de investigaci¨®n. La comuni¨®n de intereses entre Tapie y Sarkozy es notoria, y las sospechas de trato de favor, un clamor. Ante el Parlamento, la teniente Lagarde defiende la honra de su general, jura que tom¨® la decisi¨®n ¡°por propia apreciaci¨®n¡± y a?ade que jam¨¢s recibi¨® ¡°instrucciones o presiones" del El¨ªseo.
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