El Gran Hermano mexicano est¨¢ tuerto
Un sistema de videovigilancia con 15.000 c¨¢maras no vio el secuestro de 12 j¨®venes


El centro desde el que se coordina el sistema de seguridad y emergencias de la Ciudad de M¨¦xico, un complejo de 33.000 metros cuadrados inaugurado en octubre de 2011, constituye el cerebro de una red de videovigilancia que, con alrededor de 15.000 c¨¢maras, se expande por toda la ciudad. El proyecto cost¨® m¨¢s de 459 millones de d¨®lares y 650 personas se encargan de supervisar las im¨¢genes durante las 24 horas del d¨ªa. Sin embargo, la ma?ana del domingo 26 de mayo nadie vio nada cuando un grupo de 12 j¨®venes fue supuestamente secuestrado a la salida de un bar de la Zona Rosa, cercana al casco hist¨®rico de la capital. Un mes antes, el pasado 21 de abril, otras cinco personas desaparecieron en un bar de otra popular zona de la ciudad. Tampoco qued¨® registro de ello. Son puntos ciegos que han empa?ado lo que se supone que es un eficiente Gran Hermano.
La labor del llamado C4 (Centro de Control, Comando, Comunicaci¨®n y C¨®mputo) ha estado en el ojo del hurac¨¢n desde entonces. Hasta la fecha, las autoridades apenas han obtenido resultados: ¡°Hay que entender que toda informaci¨®n puede llegar a servir y tambi¨¦n que no en todos los lugares tenemos c¨¢maras. En ese sitio espec¨ªfico [frente al bar Heaven de la Zona Rosa] no hab¨ªa¡±, se?ala el director general del Centro de Atenci¨®n a Emergencias y Protecci¨®n Ciudadana, Gerardo X. Gonz¨¢lez Manjarrez. ¡°El DF es una ciudad con 80.000 manzanas¡±, explica, por lo que el sistema todav¨ªa cubre un n¨²mero limitado de v¨ªas. El objetivo, una de las promesas de Gobierno de Miguel ?ngel Mancera, es aumentar las c¨¢maras y colocar unas 7.000 m¨¢s. Ahora 8.000 est¨¢n en las calles y otras 6.400 en el metro. Muchas manzanas por vigilar, pero nadie comprende c¨®mo se les escapa una de las m¨¢s c¨¦ntricas. Guardando distancias, es como si en una zona tan transitada como Times Square en Nueva York hubiera puntos ciegos.
La puerta de entrada al C4 es discreta. A un lado del estacionamiento y desde una garita de fachada blanca con un modesto interfono, una voz requiere documentaci¨®n antes de permitir el paso. La identificaci¨®n es entregada a trav¨¦s de un ventanuco en cuyos cristales, como espejo, uno nunca llega a ver al que est¨¢ detr¨¢s. Pasado el esc¨¢ner y atravesando un patio se encuentra el edificio principal, que alberga la denominada ¡°¨¢rea de despacho¡±, una enorme sala semicircular con varias pantallas al frente que recogen la imagen en vivo de distintos puntos de la ciudad. Este es el centro de operaciones, el lugar desde el que personal de protecci¨®n civil, polic¨ªa, transportes y otras dependencias gubernamentales, realizan la labor de control y coordinaci¨®n. ¡°El modelo de trabajo se basa en la prevenci¨®n, reacci¨®n e investigaci¨®n¡±, se?ala Manjarrez. ¡°Prevenci¨®n: veo a alguien deambulando alrededor de un coche y voy a enviar a un agente para ver qu¨¦ est¨¢ haciendo esa persona y si realmente es el due?o del coche; reacci¨®n: veo algo y env¨ªo a alguien; investigaci¨®n: a lo mejor no pude verlo en el momento o no tuve oportunidad de reaccionar, sin embargo, esa informaci¨®n la puedo utilizar en materias de investigaci¨®n¡±. Es lo que se ha hecho con otras c¨¢maras cercanas al lugar donde los j¨®venes del barrio popular de Tepito desaparecieron. ¡°La Procuradur¨ªa nos ha requerido informaci¨®n, pero hay que esperar a que avancen las investigaciones¡±, asegura. Hoy en d¨ªa todos los datos proporcionados por las c¨¢maras tienen validez ante un ministerio p¨²blico.
La estancia principal comunica a ambos lados con todos los niveles del edificio. En la parte superior los secretarios y el jefe de Gobierno disponen de oficinas para crear un centro de mando en situaciones de crisis: ¡°Hablamos de un sismo mayor, inundaciones, una explosi¨®n o cualquier otra circunstancia que determine un protocolo de protecci¨®n civil o seguridad que re¨²na al Gabinete principal de la Ciudad de M¨¦xico¡±, puntualiza Manjarrez. Una dependencia contigua fue dise?ada para albergar el trabajo coordinado de instituciones p¨²blicas y privadas en caso de emergencias.
En cada puesto de trabajo del ¨¢rea de despacho, el personal dispone de cuatro pantallas. En la de arriba est¨¢ el sistema cartogr¨¢fico de la ciudad: el mapa con toda su infraestructura, sus calles y c¨¢maras. Sirve para ubicar r¨¢pidamente una incidencia cuando el personal escucha o ve algo. Cada c¨¢mara, que puede ser de 9 o de 20 metros de altura, tiene una movilidad de 360 grados, aunque su ¨¢ngulo de visi¨®n es de 52 ¨C muy inferior a la del ser humano, de 180-. En el monitor de la derecha se puede ver la imagen que capta cada c¨¢mara en tiempo real (eligiendo aquellas que interesan) y a la izquierda se anotan todas las incidencias. En el centro, una consola m¨¢s peque?a integra todas las comunicaciones: llamadas internas, externas o peticiones de auxilio. ¡°El 71% de las c¨¢maras tiene un bot¨®n para pedir ayuda en la base, al alcance de cualquiera. Si hay una emergencia, se aprieta, suena como interfono, contesta el polic¨ªa, se abre el canal de comunicaci¨®n y se env¨ªan los recursos necesarios a la zona¡±. En la Ciudad de M¨¦xico, a diario, 3.075 personas aprietan el bot¨®n para pedir ayuda (solo el 2,4% son falsa alarma). Para el director todav¨ªa es un n¨²mero insuficiente teniendo en cuenta las dimensiones de la urbe.
Seg¨²n Manjarrez, con el paso de los a?os y el conocimiento del sistema, el tiempo de respuesta ha ido disminuyendo: ¡°En 2009 se tardaba m¨¢s de 12 minutos, ahora menos de 2, 49¡±. Desde que se implant¨® el programa Ciudad Segura la Procuradur¨ªa de Justicia capitalina ha registrado una bajada de la incidencia delictiva del 31%.
El C4 trabaja en coordinaci¨®n con otros cinco centros denominados C2, que monitorean ¨¢reas espec¨ªficas de la ciudad. Aunque las c¨¢maras est¨¢n repartidas por toda la urbe, la ley de uso y regulaci¨®n de tecnolog¨ªa de la Secretaria de Seguridad P¨²blica dicta los criterios de ubicaci¨®n: ¨ªndice delictivo, n¨²mero de personas que viven, infraestructura estrat¨¦gica y n¨²mero de personas que transitan por la zona cada d¨ªa. As¨ª, las delegaciones con m¨¢s vigilancia son la Gustavo Madero, Iztapalapa y el Centro Hist¨®rico.
Pese a la avanzada tecnolog¨ªa del sistema y a la realidad estad¨ªstica esgrimida por el Gobierno del Distrito Federal, la percepci¨®n de inseguridad ha aumentado en los ¨²ltimos tiempos. Seg¨²n el estudio ?C¨®mo vamos, Ciudad de M¨¦xico?, seis de cada diez citadinos consideran que en el pasado a?o la inseguridad creci¨® en el lugar donde viven. ¡°Al final del d¨ªa la percepci¨®n se establece conforme a eventos actuales¡±, afirma el director del centro, que opina que el caso de los chicos de Tepito puede haber influido en una encuesta. M¨¢s all¨¢ de las cifras sobre el papel, lo cierto es que pese al modelo desarrollado los ¨²ltimos ¡®levantamientos¡¯ (secuestros) no han sido esclarecidos. Adem¨¢s de que en la Zona Rosa no hubiese una c¨¢mara enfocando al bar, en el caso de los cinco j¨®venes desaparecidos en abril, la Fiscal¨ªa reconoci¨® que no hay im¨¢genes porque la denuncia se hizo demasiado tarde y a los ocho d¨ªas, lo que la c¨¢mara capta, se borra, un periodo relativamente corto teniendo en cuenta que en muchos casos, las autoridades no comenzaban a buscar hasta pasadas 72 horas de la desaparici¨®n de una persona. Al Gran Hermano de la administraci¨®n de Ebrard, heredado por Mancera, le faltan ojos para hacer valer toda la puesta en escena.
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