¡°La militarizaci¨®n de la frontera es un agravio para M¨¦xico¡±
Cuatro intelectuales mexicanos rechazan las medidas de EE UU para reforzar la seguridad y critican la actitud del Gobierno de Pe?a Nieto ante las decisiones de Washington
La pr¨®xima aprobaci¨®n de la reforma migratoria por la Administraci¨®n de Obama - que pretende regularizar a 11 millones de emigrantes sin papeles, en su mayor¨ªa mexicanos - va acompa?ada, tras aprobarse una enmienda en el Senado por presi¨®n de los republicanos, de un espectacular reforzamiento de la seguridad en la frontera entre los dos pa¨ªses. El senador y excandidato presidencial republicano, John McCain, ha declarado que las medidas previstas convertir¨¢n la frontera en ¡°la m¨¢s militarizada desde la ca¨ªda del Muro de Berl¨ªn¡± y el que fuera asesor electoral de Obama en la campa?a de 2008, David Axelrod, ha afirmado que las fuerzas que se desplegar¨¢n superar¨¢n a las que existen ahora en la zona desmilitarizada entre las dos Coreas.
El canciller mexicano, Jos¨¦ Antonio Meade, emiti¨® en la tarde del martes un comunicado en el que, tras llamar a la coordinaci¨®n entre los dos pa¨ªses, se afirma: ¡°Estamos convencidos de que las bardas no unen. Las bardas no son la soluci¨®n al fen¨®meno migratorio y no son congruentes con una frontera moderna y segura. No contribuyen al desarrollo de la regi¨®n competitiva que ambos pa¨ªses buscamos impulsar¡±. El debate apenas comienza a este lado del R¨ªo Bravo. EL PA?S ha enviado este cuestionario a cuatro intelectuales mexicanos, que conocen muy bien al vecino del norte.
1. La reforma migratoria de Obama contempla la militarizaci¨®n de la frontera con la construcci¨®n de 1.126 kil¨®metros m¨¢s de muro, duplicar el n¨²mero de agentes hasta 40.000 y supervisi¨®n a¨¦rea. ?Considera esas medidas un agravio para M¨¦xico? ?Cu¨¢l cree que ser¨¢ su impacto?
2. El presidente Pe?a Nieto calific¨® de "asunto interno" el debate sobre la reforma migratoria de EE UU durante la reciente visita a M¨¦xico de Obama. ?Cu¨¢les son las ventajas o inconvenientes de ese enfoque?
3. ?Por qu¨¦ cree que esas medidas y sus previsibles consecuencias no han generado hasta ahora un debate ni en el Gobierno ni en los partidos pol¨ªticos ni en la sociedad civil mexicana?
ENRIQUE KRAUZE (historiador)
¡°Despierta los recuerdos m¨¢s ominosos de nuestra historia¡±
1. Por supuesto que es un agravio. Uno m¨¢s en la lista que arranca en 1846 con la guerra entre los dos pa¨ªses, provocada enteramente por la sed territorial de Estados Unidos. Es absurdo y contraproducente que EE UU no valore a estas alturas la productividad econ¨®mica y la calidad moral de la inmigraci¨®n mexicana. La demograf¨ªa terminar¨¢ por convencerlos pero la presencia de tropas en la frontera -real y simb¨®licamente- despierta los recuerdos m¨¢s ominosos e injustos de nuestra historia.
2. Millones de mexicanos trabajan en Estados Unidos pac¨ªficamente, contribuyendo a esa econom¨ªa, y merecen una ley migratoria. El Gobierno ha considerado quiz¨¢ que mantenerse al margen de ese debate llam¨¢ndolo "asunto interno" contribuir¨¢ a la aprobaci¨®n de la reforma migratoria, en tanto que los estadounidenses no se sentir¨¢n presionados. El canciller Meade ha deplorado en t¨¦rminos diplom¨¢ticos la medida. Ha hecho bien. Hay que hablar claro y firme. La diplomacia es una alta esgrima y que todo se puede decir con respeto e imaginaci¨®n.
3. Porque M¨¦xico ha sido siempre un pa¨ªs ensimismado que no ve m¨¢s all¨¢ de sus fronteras ni por sus propios intereses de mediano plazo. Por eso no debatimos el drama acuciante de nuestros paisanos en EE UU, que son una vanguardia de modernidad.
JORGE G. CASTA?EDA (excanciller de M¨¦xico)
¡°Habr¨¢ m¨¢s muertos entre los emigrantes mexicanos¡±
1. Si, son un agravio para M¨¦xico porque son medidas que dif¨ªcilmente se toman entre pa¨ªses amigos, aliados y vecinos. El impacto es dif¨ªcil de medir, pero ser¨¢ muy negativo. Habr¨¢ m¨¢s muertos entre los emigrantes mexicanos que traten de cruzar la frontera; al subir el riesgo, tambi¨¦n subir¨¢ el precio de los polleros que los cruzan y tambi¨¦n los centroamericanos que atraviesan M¨¦xico camino de EE UU se quedar¨¢n en nuestro pa¨ªs al no poder pasar.
2. Es un error muy serio y ahora se ve lo grave que fue. La frontera no solo es de EE UU, tambi¨¦n lo es de M¨¦xico. El Gobierno mexicano no opin¨® a tiempo y ahora est¨¢ actuando a contracorriente, con retraso y t¨ªmidamente. Ahora tiene que corregir su posici¨®n y exigir a Washington que esa barda tenga puertas, que EE UU emita m¨¢s v¨ªsas para que los trabajadores temporales mexicanos puedan entrar legalmente.
3. El problema migratorio no es denunciado por las ¨¦lites pol¨ªticas y econ¨®micas mexicanas porque nunca les ha interesado, salvo para condenar el maltrato de los compatriotas. A la sociedad civil, aunque sea terrible decirlo, tampoco le ha interesado nunca.
H?CTOR AGUILAR CAM?N (Historiador y novelista)
¡°La reforma es hija del imperio¡±
1. Raymond Aron escribi¨® que Estados Unidos es una ¡°rep¨²blica imperial¡±. La reforma migratoria que el Congreso estadounidense procesa es hija de la rep¨²blica. El muro de mil kil¨®metros y los 20.000 polic¨ªas adicionales que acompa?an esa reforma son hijos del imperio. La democracia republicana quiere legalizar a sus migrantes. La arrogancia imperial quiere criminalizarlos. Es un juego absurdo de good cop/bad cop.
2. Es el enfoque tradicional de la pol¨ªtica mexicana hacia EEUU: no me meto en sus decisiones internas para que no se metan en las m¨ªas. Funcion¨® en otras pocas y quiz¨¢ funcione en estas. Pero creo que desoye rasgos fundamentales de la pol¨ªtica interna estadounidense: ah¨ª s¨®lo existe pol¨ªticamente lo que tiene visibilidad, lo que hace ruido y est¨¢ presente. Es una democracia: el que no participa, no existe. Desoye tambi¨¦n un rasgo fundamental de la pol¨ªtica exterior americana: EEUU interviene en la pol¨ªtica de otros pa¨ªses cuando necesita intervenir, te hayas metido o no con su pol¨ªtica interna.
3. Quien lleva la voz cantante en esos asuntos es el Gobierno. As¨ª ha sido y as¨ª es. Si el gobierno no litiga, no hay litigio. Es parte del agudo provincianismo de nuestra cultura pol¨ªtica. Si ponemos a un lado el show business y algunos deportes, ni a la sociedad ni a los medios mexicanos les interesa mayor cosa lo que pasa en Estados Unidos. Aunque sea tan decisivo para nosotros lo que sucede ah¨ª y aunque en ese pa¨ªs residan 11 millones de mexicanos. El ¨²nico actor que est¨¢ atento profesionalmente a lo que sucede en EEUU es el Gobierno. Luego, los empresarios. Luego, un pu?ado de acad¨¦micos, intelectuales , especialistas y exdiplom¨¢ticos a los que nadie oye mucho cuando hablan.
SERGIO AGUAYO (profesor de El Colegio de M¨¦xico)
¡°Nuestros gobernantes tienen un coraz¨®n de vasallos¡±
1. Por supuesto que son un agravio. Es muy dif¨ªcil ser vecino de una potencia que, por considerarse excepcional, act¨²a de manera unilateral. Siempre nos han tomado como un objeto al que halagan ret¨®ricamente pero al que ignoran en algunos asuntos. Seguir¨¢n siendo as¨ª hasta que un d¨ªa tengamos un Gobierno que eleve la voz y tome acciones para frenarlos.
2. Es un enfoque formalista y timorato. Es correcto que la pol¨ªtica migratoria es un asunto interno de Estados Unidos. Lo mismo deber¨ªa aplicar para nuestra pol¨ªtica migratoria. Por ejemplo, deber¨ªamos declarar a M¨¦xico territorio de libre tr¨¢nsito para los migrantes de Centro y Sudam¨¦rica o negarnos a recibir a los deportados expresidiarios que nos env¨ªa Estados Unidos. No suceder¨¢ porque nuestros gobernantes tienen un coraz¨®n de vasallos sin entender que la vecindad geogr¨¢fica nos da muchos instrumentos para defender nuestros intereses como pa¨ªs.
3. La respuesta est¨¢ en la historia. En 1847 perdimos una guerra y la mitad de nuestro territorio con EE UU. El trauma fue terrible y nos llev¨® a evadir las consecuencias de ser vecinos de una potencia. Un ejemplo es que desde 1847 hasta 1971 no existi¨® en M¨¦xico un centro acad¨¦mico para el estudio de Estados Unidos. Ha habido cambios, por supuesto, pero seguimos sin discutir abiertamente el lugar que EE UU debe ocupar en nuestro proyecto de pa¨ªs. Si uno revisa las plataformas o las p¨¢ginas de los partidos es notable la ausencia de una discusi¨®n seria sobre ese pa¨ªs. En nuestra relaci¨®n con el mundo seguimos siendo bastante inmaduros e inseguros.
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