Netanyahu se queda solo en su defensa de la reanudaci¨®n del proceso de paz

A Benjam¨ªn Netanyahu no s¨®lo le han dejado como un ejemplo de moderaci¨®n diplom¨¢tica, defendiendo la idea de la creaci¨®n de un Estado palestino, sus socios en la coalici¨®n de Gobierno de Israel. Ahora, ante un congreso pol¨ªtico crucial que se celebrar¨¢ este fin de semana, el Primer Ministro quedar¨¢ como una voz aislada y solitaria dentro su propio partido, el Likud, del que se disponen a tomar el control una nueva generaci¨®n de l¨ªderes que dan por muerto el proceso de paz y que consideran que los recientes esfuerzos de Estados Unidos por revitalizar unas negociaciones paralizadas desde 2010 son in¨²tiles y est¨¢n condenados de antemano al fracaso.

El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, regres¨® esta semana por quinta vez a la zona, para mantener reuniones con Netanyahu y el presidente palestino, Mahmud Abbas. En principio, EE UU se hab¨ªa marcado mediados de junio como plazo para lograr avances en el campo diplom¨¢tico, antes de los recesos de verano y de la Asamblea General de Naciones Unidas, que se celebrar¨¢ en septiembre, y donde la Autoridad Palestina amenaza con seguir avanzando de forma uniltateral, como ya hizo en una votaci¨®n en noviembre, cuando consigui¨® ser admitida en ese organismo como Estado observador no miembro.

Los ministros y los l¨ªderes del Likud perciben un cambio en Netanyahu, quien en 2009 anunci¨® por primera vez que apoya la creaci¨®n de un Estado palestino como precondici¨®n para la paz. El analista Yoel Marcus lo defini¨® ayer en el diario Haaretz como ¡°la sharonizaci¨®n¡± del Primer Ministro, en referencia a Ariel Sharon, que sirvi¨® en el cargo entre 2001 y 2006 y que durante su segundo mandato decidi¨® evacuar de forma unilateral 21 asentamientos en Gaza y cuatro en Cisjordania, ante la oposici¨®n de una buena parte de su partido. En 2005 Sharon abandon¨® el Likud y fund¨® su propio partido, el centrista Kadima. Netanyahu tom¨® entonces el control del Likud.

Netanyahu no ha presentado candidatos propios al congreso del Likud que se celebra este domingo, algo que en su partido se interpreta como una falta de inter¨¦s en sus pol¨ªticas internas. El hombre destinado a hacerse con la presidencia del Comit¨¦ Central es Danny Danon, un viceministro de defensa que ha certificado en varias ocasiones la muerte del proceso de paz. ¡°Si se lleva la cuesti¨®n a votaci¨®n en el gobierno¡±, dijo, en referencia a la creaci¨®n de un Estado palestino en Times of Israel, ¡°una mayor¨ªa de ministros del Likud, junto con Casa Jud¨ªa, votar¨¢n en contra¡±, dijo.

Casa Jud¨ªa [Habayit Hayehudi] es un partido derechista, cuyas bases son los colonos de Cisjordania y que tiene a tres ministros en el Gobierno. Su l¨ªder, Naftal¨ª Bennett, que ocupa las carteras de Econom¨ªa y Asuntos Religiosos, compar¨® recientemente en un discurso la cuesti¨®n palestina con ¡°metralla en el culo¡± de un amigo suyo. ¡°Le dijeron que se pod¨ªa operar, pero que podr¨ªa dejarle inv¨¢lido, ten¨ªa un 50% de posibilidades. Decidi¨® seguir viviendo con ello. Hay situaciones en las que el imperativo de llegar a una soluci¨®n causa m¨¢s mal que bien¡±.

Ayer, Bennett dio m¨¢s detalles en una entrevista con el diario Maariv: ¡°Si se establece un Estado palestino, ser¨¢ un Estado fallido y hostil, que nos ofrecer¨¢ otros 100 a?os de conflicto. Se inundar¨¢ de refugiados que caer¨¢n con goteo al Estado de Israel. Sobre todo, no me averg¨¹enzo de decir a todos que toda la tierra de Israel es nuestra¡±, dijo, incluyendo en sus c¨¢lculos Cisjordania.

Netanyahu se reuni¨® en dos ocasiones con Kerry, el jueves y viernes, esforz¨¢ndose en darle garant¨ªas de que Israel est¨¢ preparado para volver a la mesa de negociaciones. Un ministro dijo recientemente a Haaretz que el Primer Ministro estar¨ªa dispuesto a cederle a los palestinos hasta un 90% de Cisjordania. A d¨ªa de hoy, en su Gobierno, Netanyahu s¨®lo tiene el apoyo claro de Tzipi Livni, ministra de Justicia y l¨ªder de la oposici¨®n durante una buena parte de la anterior legislatura. A estas alturas puede ser un respaldo incluso mayor que el que tiene dentro de su propio partido.