La Haya se cubre de sombras
Un juez del Tribunal para la exYugoslavia denuncia que su presidente presion¨® para absolver a presuntos criminales de guerra
La recta final del Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY), que cerrar¨¢ en 2016, se ha llenado de sombras. Tras 20 a?os de labor en los que ha conseguido la detenci¨®n de los 161 principales sospechosos de los cr¨ªmenes de la guerra de los Balcanes (1991-2001), las dudas sobre la actuaci¨®n de su presidente, Theodor Meron, abarcan ahora todos los rincones. Polaco de nacimiento, de nacionalidad estadounidense y exasesor de la diplomacia israel¨ª, Meron, de 83 a?os, habr¨ªa presionado a sus colegas para que absolvieran a los altos cargos militares acusados por la fiscal¨ªa, ya fueran serbios o croatas. La denuncia es terrible, porque merma la credibilidad de un tribunal dedicado por Naciones Unidas a una regi¨®n azotada por la limpieza ¨¦tnica. Pero sobre todo porque proviene de uno de sus propios jueces, el dan¨¦s Frederik Harhoff, en activo desde 2007.
En una carta remitida por correo electr¨®nico a 56 personas, y divulgada por el rotativo dan¨¦s BT, el jurista llega a preguntarse ¡°si Estados Unidos o bien Israel han influido al presidente del tribunal para que cambiara de rumbo¡±. ¡°No lo sabremos, pero la tenaz presi¨®n ejercida [por Meron] en los casos de Gotovina [exgeneral croata] y Perisic [exgeneral serbio] hace pensar que estaba resuelto a conseguir sendas absoluciones¡±, se?ala Harhoff. Ambos oficiales fueron condenados en primera instancia a largas penas de c¨¢rcel. Ante Gotovina, a 24 a?os, en 2011, por perseguir y aniquilar a civiles serbios. Momcilo Perisic, a 27 a?os, tambi¨¦n en 2011, por prestar ayuda financiera y log¨ªstica a los serbios que mataron a bosnios y croatas.
¡°Hasta el oto?o de 2012, los jefes militares eran considerados responsables de los delitos de sus subordinados en la guerra de la antigua Yugoslavia. Ello alcanzaba a pol¨ªticos y polic¨ªas que hubieran apoyado el objetivo general de erradicar a otras etnias de ciertos territorios. Es lo que se llama formar una empresa criminal conjunta¡±, sigue el juez dan¨¦s. En su opini¨®n, las cosas empezaron a cambiar con Gotovina. La sala de apelaci¨®n se?al¨® en 2012 que el exgeneral ¡°no hab¨ªa ordenado o aprobado los cr¨ªmenes perpetrados por sus hombres¡±. Lo liber¨®, y el list¨®n de la responsabilidad subi¨® de grado. En febrero de este a?o, ocurri¨® lo mismo con Perisic. Cuando otros dos oficiales serbios, Jovica Stanisic, antiguo jefe de seguridad del Estado serbio, y Franko Simatovic, responsable de las operaciones especiales, fueron exonerados en mayo pasado de haber contribuido a la limpieza ¨¦tnica en Bosnia y Croacia, el jurista ya no pudo m¨¢s. La fiscal¨ªa, por su parte, apel¨® este ¨²ltimo fallo el viernes pasado.
¡°La sentencia de Stanisic y Simatovic dice que los acusados ignoraban que su ayuda servir¨ªa para cometer cr¨ªmenes. ?Pero si les pagan para eso! Para asegurarse de que nadie a sus ¨®rdenes delinquir¨¢. Uno puede pensar que los oficiales en pa¨ªses como Estados Unidos o Israel sent¨ªan que el TPIY se acercaba demasiado¡±, afirma Harhoff. ¡°Hemos pasado de tener que probar la contribuci¨®n de un acusado en un crimen a exigir su intenci¨®n espec¨ªfica y directa. Un retroceso que me turba. ?C¨®mo explicarlo a millares de v¨ªctimas? Borrar al otro de una zona considerada propia contradice el orden esencial de la vida. Estas ¨²ltimas sentencias platean un dilema moral y profesional desconocido para m¨ª. Y lo peor es la sospecha de presi¨®n pol¨ªtica por parte de algunos colegas. Algo que cambia las premisas de mi servicio a la ley¡±, concluye la misiva.
Si bien el diario dan¨¦s BT no explica c¨®mo obtuvo la carta, y nadie quiere hablar abiertamente en el TPIY, el malestar de su fiscal jefe, Serge Brammertz, es conocido. ¡°En general, una absoluci¨®n demuestra que la justicia funciona, aunque no estamos satisfechos. Mi mayor frustraci¨®n es que los cr¨ªmenes se cometieron, nadie lo duda, pero las v¨ªctimas quedan sin justicia¡±, dijo en mayo. Ante la tormenta desatada por Harhoff, el fiscal ha sido cauto y firme. ¡°Nuestro objetivo es terminar el trabajo y que el TPIY demuestre su legitimidad¡±, afirma en un comunicado oficial. Y a?ade: ¡°Mi oficina comparte el descontento de las v¨ªctimas. Por eso presentar¨¦ el viernes [de la semana pasada] una petici¨®n de apelaci¨®n contra la puesta en libertad de Stanisic y Simatovic. La de Perisic merma el respeto por las leyes humanitarias internacionales. En cuanto a Gotovina, estudiamos la posibilidad de pedir una revisi¨®n de la apelaci¨®n¡±.
La denuncia del juez dan¨¦s no puede llegar en peor momento. El TPIY cerrar¨¢ en 2016 y los procesos contra los serbobosnios Radovan Karadzic y Ratko Mladic, acusados del genocidio de Srebrenica, est¨¢n en marcha y precisan claridad jur¨ªdica. Lo mismo ocurre con el serbocroata Goran Hadzic. Pero la mayor duda radica en la repercusi¨®n de las absoluciones sobre la protecci¨®n de los civiles all¨ª donde las fuerzas enfrentadas sean m¨¢s poderosas que en la antigua Yugoslavia.
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