¡°La delincuencia organizada ya no tiene el control de nuestras calles¡±
El gobernador de Veracruz hace balance de los primeros a?os de su gesti¨®n, marcados por la violencia del crimen organizado y el asesinato de periodistas

El gobernador de Veracruz, Javier Duarte (C¨®rdoba, 1973), del PRI, hace balance de los primeros a?os de su gesti¨®n, marcados por la violencia del crimen organizado y el asesinato de periodistas. Hijo pol¨ªtico de su controvertido antecesor, Fidel Herrera, Duarte defiende lo conseguido hasta ahora ¨C¡°la delincuencia organizada ya no tiene el control de nuestras calles¡±-, se proclama como la soluci¨®n del problema y rechaza ser indolente hacia los nueve casos de asesinatos de periodistas en su Estado durante su administraci¨®n. De hecho, defiende con vehemencia la investigaci¨®n ¨Cdesestimada por la mayor¨ªa de la prensa mexicana¡ª sobre la muerte de Regina Mart¨ªnez, la corresponsal de la revista Proceso hallada muerta en abril de 2012: seg¨²n ¨¦l, las pruebas demuestran que fue asesinada por dos delincuentes de poca monta que entraron en su casa a robarle objetos de escaso valor.
Pregunta. ?Qu¨¦ ha pasado en los ¨²ltimos a?os en Veracruz?
Respuesta. Veracruz se vio afectado por un fen¨®meno nacional, una crisis de seguridad y una crisis social porque iban muy de la mano. Las instituciones se vieron totalmente impactadas, debilitadas, disminuidas.
P. ?Rebasadas?
R. Rebasadas por la presencia de grupos criminales. Fue justamente cuando comienza mi mandato cuando explota la crisis nacional de la delincuencia organizada. Decid¨ª entrarle al problema, pero para poderlo hacer ten¨ªamos que desarrollar una estrategia porque las herramientas con las que contaba no eran suficientes. Lo primero que pens¨¦ fue que ten¨ªamos que asegurar el fuerte empezando por la capital del Estado y cambi¨¦ la polic¨ªa de Xalapa, que estaba totalmente coludida con el crimen organizado. La sustitu¨ª por nuevos agentes formados ya bajo un nuevo modelo¡ y posteriormente desmont¨¦ la polic¨ªa de tr¨¢nsito.
P. Pero las cosas no cambiaron hasta que lleg¨® la Marina.
R. Ganarnos la confianza y el respeto de los marinos no es una cosa sencilla. Tienen, como dicen los abogados, una presunci¨®n iuris tantum, es decir, eres culpable hasta que demuestres lo contrario.
P. Culpable, ?de qu¨¦?
R. De que no est¨¢s limpio, de que puedas tener nexos con alguna organizaci¨®n criminal. Tienes que demostrarles con hechos tu limpieza para que puedan confiar en ti. Una vez que hice el cambio de la polic¨ªa, hubo un incidente donde la polic¨ªa del Estado defendi¨® el Palacio de Justicia Federal de un grupo criminal y en ese enfrentamiento falleci¨® un capit¨¢n. Eso demostr¨® claramente que ya los criminales estaban encontrando una pared, un obst¨¢culo. A partir de ah¨ª fui a entrevistarme con el entonces secretario de Marina, Mariano Francisco Saynez Mendoza, y le coment¨¦ que solos no ¨ªbamos a poder con esta situaci¨®n. Lo que est¨¢bamos haciendo eran parches para resolver un problema enorme. Le propuse unir esfuerzos, trabajar de manera conjunta. Era a mediados de 2011 y ah¨ª surgi¨® el programa Veracruz Seguro. Empezamos a vivir una situaci¨®n bastante desagradable porque los delincuentes iban a defender con toda violencia lo que ellos denominan la plaza y nosotros no ¨ªbamos a permitirlo. Se inicia este operativo y comienzan los enfrentamientos, y la gente empieza a ver cosas que nunca hab¨ªan ocurrido en Veracruz.
P. Como la de los cad¨¢veres en Boca del R¨ªo en septiembre de 2011¡
R. El 20 de septiembre. Fue el punto m¨¢s cr¨ªtico, cuando aparecieron 35 cuerpos en la v¨ªa p¨²blica un d¨ªa antes de la Cumbre Nacional de Procuradores y de Presidentes de los Tribunales de Justicia de los Estados. Sin embargo, seguimos trabajando, su red de comunicaciones fue desmantelada y los capos fueron detenidos o abatidos.
P. ?Cu¨¢ntos marinos hay ahora mismo en Veracruz?
R. Unos 3.500.
P. La situaci¨®n de seguridad parece haber mejorado¡
R. Estuve hace unos d¨ªas con el Secretario de la Defensa, general Salvador Cienfuegos. Me reconoci¨® el gran avance que Veracruz ha tenido en la materia; de hecho, somos el ¨²nico Estado y lo digo con mucho orgullo que ha podido pasar de una situaci¨®n cr¨ªtica a una de total estabilidad.
P. ?Los Zetas han dejado de ser una amenaza?
R. Los Zetas seguir¨ªan siendo una amenaza aunque solo quedara uno. Son delincuentes, asesinos, personas con un sentido muy distorsionado de la moral y de la ¨¦tica. Sin embargo, hoy por hoy la delincuencia organizada, ll¨¢mese como se llame, no tiene el control de nuestras calles.
P. ?S¨ª lo tuvo?
R. En alg¨²n momento lleg¨® a tenerlo.
P. Usted fue colaborador del anterior gobernador, Fidel Herrera.
R. S¨ª, pero en Finanzas, nada ten¨ªa que ver con seguridad.
P. Y fue representante por el Estado de Veracruz en el Congreso.
R. S¨ª.
P. Veracruz llevaba mucho tiempo mal. Esa ¨¦poca de incubaci¨®n de la violencia, de tolerancia hacia la delincuencia organizada, es cr¨ªtica para entender por qu¨¦ se lleg¨® a la situaci¨®n de la que ahora parece estar sali¨¦ndose. ?Qu¨¦ sab¨ªa entonces? La situaci¨®n ya estaba deteriorada antes de que llegase usted.
R. De hecho, fuimos la soluci¨®n. Yo form¨¦ parte de la administraci¨®n pasada en un ¨¢rea en donde nada ten¨ªa que ver con la seguridad, mi tema era financiero, de hecho jam¨¢s fui parte de las estrategias de seguridad, repito, no era mi responsabilidad. Evidentemente como cualquier veracruzano ten¨ªa conocimiento de lo que estaba pasando, sab¨ªa de conocidos afectados por alg¨²n secuestro o alguna extorsi¨®n. Sin embargo, no era una explosi¨®n como la que se dio a partir de 2011 de manera generalizada en todo el pa¨ªs. Tambi¨¦n quiero subrayar que tanto el Ej¨¦rcito, la Marina, la Procuradur¨ªa General de la Rep¨²blica, el CISEN, la Polic¨ªa Federal, todas las instancias del Gobierno federal ten¨ªan representaci¨®n en Veracruz antes de mi administraci¨®n; no llegaron conmigo, ya estaban aqu¨ª.
P. ?Rechaz¨® una oferta de ayuda del Gobierno federal?
R. Jam¨¢s he rechazado ning¨²n tipo de ayuda. Tenemos claro que solamente coordinados y en equipo podemos solucionar las cosas.
P. Lo que se dec¨ªa entonces era que no era la acci¨®n del Estado la que estaba provocando la violencia, sino su omisi¨®n.
R. No, esa acci¨®n de septiembre del 2011 viene precisamente como consecuencia de lo que iniciamos en junio. El Gobierno de Veracruz no ten¨ªa los instrumentos para poder hacer frente a estos grupos criminales altamente capacitados, profesionalizados y bien armados. Por eso, decidimos apoyar a las Fuerzas Armadas para que hicieran lo que hicieron; de ah¨ª la reacci¨®n virulenta de los grupos criminales que no quer¨ªan dejar esta plaza. Hay que tener en cuenta adem¨¢s que Veracruz es una de las econom¨ªas m¨¢s fuertes de M¨¦xico, estamos muy por encima de la media nacional, cuando M¨¦xico crece del orden del 2.1%, Veracruz lo hace al 5.4%. Hay recursos, hay dinero y por eso para la delincuencia organizada es altamente atractivo.
P. Ahora hay menos violencia, pero m¨¢s delincuencia com¨²n.
R. No es fortuito que Veracruz haya resuelto el problema cr¨ªtico que ten¨ªa hace apenas unos meses y que hoy est¨¦n las calles, las plazas y los restaurantes llenos, que el turismo siga llegando, que Veracruz haya dejado de ser noticia en lo que se refiere a delincuencia y que dejemos de estar en esta lista negra de Estados violentos. Todo eso ha tenido que ver con un esfuerzo y una estrategia. La delincuencia organizada estaba muy arraigada, con presencia, no solo en las instituciones policiales o de justicia, sino que tambi¨¦n ten¨ªa ramificaciones entre ciertos gremios, por ejemplo, entre los taxistas que hac¨ªan de halcones [informantes], entre profesionales y empresarios que, de una u otra manera, lavaban su dinero. Los delincuentes se dieron cuenta entonces de que hab¨ªa un punto vulnerable en las instituciones, que es el prestigio. Se dieron cuenta de que era m¨¢s rentable, m¨¢s que asesinar a veinte personas, meterse con un solo periodista. De los nueve lamentables casos de periodistas que se vieron ultimados durante mi administraci¨®n, en todos sus m¨®viles tienen que ver con la delincuencia organizada salvo en uno.
P. Que, seg¨²n usted, es el de Regina Mart¨ªnez.
R. Que es el caso de una periodista que no se dedicaba al periodismo policial; una periodista ¨¦tica, profesional, que no se met¨ªa con nadie; sus art¨ªculos eran art¨ªculos pol¨ªticos y ni siquiera eran incisivos, no eran art¨ªculos que tuvieran que ver con una investigaci¨®n¡
P. Est¨¢ ofendiendo su memoria.
R. ?Por?
P. Porque Regina pertenec¨ªa a una de las revistas m¨¢s cr¨ªticas de M¨¦xico.
R. No, no, me est¨¢n mal interpretando, quiero decir que era una gran periodista.
P. Por eso mismo un gran objetivo quiz¨¢, seg¨²n su l¨®gica. Las organizaciones que trabajan en pro de los derechos de la libertad de expresi¨®n, ven a Veracruz como un mal ejemplo nacional y a usted como alguien indolente frente al problema.
R. No, somos el ¨²nico Estado que ha legislado sobre protecci¨®n y atenci¨®n a periodistas. Creamos una instituci¨®n conformada por integrantes de los medios de comunicaci¨®n, de la academia, con periodistas reconocidos, no afines al Gobierno.
P. Pero no existe el convencimiento de que se haya investigado a fondo ni de que lo logrado hasta ahora con esas pesquisas sea algo parecido a la justicia.
R. Hemos hecho todo lo que est¨¢ a nuestro alcance para evitar la impunidad. En el caso de Regina existen pruebas contundentes, no tan solo confesiones, que ponen a los perpetradores del crimen en el tiempo y lugar exactos del asesinato.
P. Hay denuncias de tortura.
R. ?De qui¨¦n?
P. De los que est¨¢n siendo procesados.
R. No m¨¢s es uno.
P. Por eso.
R. Independientemente de la confesi¨®n de esta persona, hay pruebas que sit¨²an a esta persona y a otro que est¨¢ pr¨®fugo de la justicia en el lugar y en el momento del asesinato. Esta persona nos llev¨® al lugar donde vendieron las cosas que robaron a Regina y encontramos sus cosas donde ¨¦l las hab¨ªa vendido. Hay pruebas que est¨¢n m¨¢s all¨¢ de una cuesti¨®n de interpretaci¨®n, son datos duros, que los sit¨²an en la escena del crimen.
P. Si est¨¢ tan claro como dice, ?por qu¨¦ no ha convencido a Proceso? La revista se queja de que no se investigaron los posibles m¨®viles por el trabajo period¨ªstico anterior de su reportera.
R. S¨ª se investigaron. Revisamos esos art¨ªculos, revisamos qui¨¦nes pudieran tener inter¨¦s en hacerle da?o, y a la delincuencia organizada evidentemente tambi¨¦n.
P. ?No le preocupa que Jorge Carrasco, el periodista designado por Proceso para colaborar en la investigaci¨®n del caso de Regina, est¨¦ hoy, tras publicar un art¨ªculo el pasado 14 de abril en el que escribi¨® que no le convenc¨ªa la investigaci¨®n, amenazado, y viva bajo protecci¨®n de la Secretar¨ªa de Gobernaci¨®n?
R. Nos tomamos muy en serio este tipo de situaciones. De hecho, sin que el se?or Carrasco haya interpuesto ninguna denuncia por amenazas aqu¨ª en Veracruz, ya abrimos una averiguaci¨®n previa acerca de esas amenazas por parte de quien sea contra ¨¦l. Es un tema que para nosotros es de la mayor importancia.
P. Su Gobierno est¨¢ bajo sospecha.
R. Soy consciente y por eso estamos actuando con toda la transparencia para evitar precisamente que existan suspicacias en torno a este caso. No podemos evitar las cr¨ªticas, pero lo que s¨ª puedo decir es que vamos a hacer todo lo que est¨¦ a nuestro alcance para esclarecer este caso.
P. ?Ninguno de sus funcionarios est¨¢ implicado en este tipo de actividades?
R. Estamos investig¨¢ndolo y si alguien estuviera coludido sufrir¨¢ las consecuencias que la ley establece.
P. Sobre las denuncias en relaci¨®n a supuestas violaciones a los derechos humanos durante esta crisis, ?est¨¢ tranquilo con c¨®mo operaron las fuerzas federales y estatales?
R. La pregunta es para las Fuerzas Armadas, porque en nuestro caso no hay denuncias.
P. Es vox p¨®puli en Veracruz que la Marina eliminaba gente sin demasiados miramientos.
R. No me consta y no tengo elementos para decir que la Armada de M¨¦xico haya violado los derechos humanos de nadie.
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