Alemania condena a m¨¢s de cinco a?os de prisi¨®n a dos agentes secretos rusos
Heidrun y Andreas Anschlag fueron espiaron durante casi 25 a?os hasta ser arrestadso en 2011 La Justicia cree que ambos enviaron a Mosc¨²documentos secretos de la OTAN y de la UE
Un tribunal de Stuttgart dict¨® el martes sendas condenas de m¨¢s de cinco a?os en prisi¨®n a dos agentes secretos rusos. Se trata de Heidrun y Andreas Anschlag, esp¨ªas detenidos en 2011 por dos comandos de la polic¨ªa de ¨¦lite GSG9 armados hasta los dientes. Su biograf¨ªa complica el uso del adjetivo ¡°presunto¡±: ni siquiera los jueces que los condenaron conocen su aut¨¦ntica identidad. Es imposible saber si est¨¢n verdaderamente casados o es una tapadera para sus actividades secretas. Sus pasaportes, austriacos, no son leg¨ªtimos. La prensa alemana cuenta que Heidrun responde al nombre ruso de Olga y Andreas, al de Sascha. Para explicar sus acentos extranjeros, ambos dec¨ªan que hab¨ªan nacido en Suram¨¦rica. Tienen, seg¨²n algunas fuentes, 52 y 55 a?os respectivamente. Otras hablan de 57 y 53. Lo ¨²nico seguro es que los presuntos Olga y Sascha tienen una hija alemana de 21 a?os llamada Anna, que estudia medicina en Marburgo, en el land de Hesse. Olga ha insistido durante el juicio en que la joven nunca supo nada de sus actividades y ha pedido, entre l¨¢grimas, que le permitan seguir con su carrera.
Los falsos Anschlag espiaron durante casi 25 a?os en Alemania, combinando las nuevas tecnolog¨ªas con viejas artes del oficio ya casi desterradas por el masivo fisgoneo inform¨¢tico que acaba de revelar el estadounidense Edward Snowden. La polic¨ªa sorprendi¨® a Olga usando una radio de onda corta con codificador, conectada a un ordenador port¨¢til. Las autoridades creen que lo hac¨ªa dos veces por semana para recibir instrucciones del Kremlin.
El tribunal de Stuttgart considera probado que ambos enviaron a Mosc¨² informaciones y documentos secretos de la OTAN y de la Uni¨®n Europea. Primero por encargo de la KGB y despu¨¦s, de la agencia SWR. Percib¨ªan a cambio m¨¢s de 100.000 euros anuales con los que manten¨ªan la fachada familiar. ?l, ingeniero. Ella, ama de casa. Eran ¡®ilegales¡¯, esp¨ªas de profesi¨®n. Seg¨²n dijo el martes la juez Sabine Roggenbrod al leer la sentencia, ¡°mandaron a su pa¨ªs aspectos del alma alemana recogidos desde la m¨¢xima proximidad¡±. Reggenbrod destac¨® la gravedad del caso, que supuso ¡°una p¨¦rdida de soberan¨ªa¡± para Alemania.
Dos veces perdieron un poco la compostura los circunspectos esp¨ªas: ella, hablando de la hija de ambos entre sollozos. Sascha, cuando mont¨® en c¨®lera protestando por la deficiente manutenci¨®n en la c¨¦lebre prisi¨®n de Stammheim. Dijo que la c¨¢rcel construida en los 70 para los juicios a los terroristas de la RAF es un ¡°agujero asqueroso, una verg¨¹enza para Alemania¡±.
Por lo dem¨¢s, el presunto matrimonio parec¨ªa confiar en las negociaciones soterradas que avanzaban en paralelo al juicio. Como en los a?os m¨¢s enconados de la Guerra Fr¨ªa, Mosc¨² y Occidente regatean para celebrar un intercambio de agentes secretos.
A m¨¢s de 8.000 kil¨®metros de Stuttgart, en la helada Siberia, se extiende el campo de prisioneros donde purga su traici¨®n el coronel de los servicios secretos internos rusos (FSB) Valeri Mij¨¢ilov, de 62 a?os. Su juicio a puerta cerrada termin¨® en 2012 con una condena a 18 a?os de c¨¢rcel. Es de suponer que las condiciones de vida de un doble agente a sueldo de la CIA encerrado en una c¨¢rcel siberiana no ser¨¢n mejores que las de Stuttgart-Stammheim. Washington tramita su liberaci¨®n, que podr¨ªa llegar a cambio de la de los ¡®Anschlag¡¯. Mij¨¢ilov suministr¨® a Estados Unidos una gran cantidad de informes secretos desde el coraz¨®n del espionaje ruso.
La primera operaci¨®n de intercambio de esp¨ªas desde la ca¨ªda del Muro de Berl¨ªn empez¨® a cocinarse ya en 2011. Washington envi¨® un especialista a Berl¨ªn, que se reuni¨® con los jefes del espionaje alem¨¢n en la Canciller¨ªa. Los alemanes se pusieron manos a la obra y trataron de detener la instrucci¨®n del proceso contra los ¡®Anschlag¡¯. Pero el ministerio de Justicia se neg¨® y comenz¨® un pulso que los rusos decantaron a favor de los partidarios del juicio. Sugirieron que el peso de los Anschlag no es suficiente moneda de cambio para el coronel Mij¨¢ilov y pidieron la puesta en libertad del neerland¨¦s Raymond Valentino Poeteray. Es el esp¨ªa que vend¨ªa documentos al presunto matrimonio austriaco condenado el martes en Alemania. Poeteray cumple una condena de 12 a?os de c¨¢rcel en su propio pa¨ªs.
Se esperaba que el juicio a Heidrun y Andreas, u Olga y Sascha, se prolongase hasta septiembre. Su menor duraci¨®n sugiere que Estados Unidos, Rusia y Alemania podr¨ªan haber alcanzado ya un acuerdo de intercambio. Como en la Guerra Fr¨ªa.
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