Alberto II alega motivos de salud en su mensaje de despedida a los belgas
El primer ministro quer¨ªa su continuidad hasta las elecciones de 2014
En poco m¨¢s de cinco minutos de un discurso televisado, el rey Alberto II de B¨¦lgica puso ayer fin a sus 20 a?os de reinado. Alternando las miradas a c¨¢mara y al fajo de papeles que sosten¨ªa en su mano con las palabras exactas, el monarca confirm¨® la noticia que hab¨ªa dado la vuelta al mundo unas horas antes: que el pr¨®ximo 21 de julio, fiesta nacional belga, pasar¨¢ el relevo a su primog¨¦nito, el pr¨ªncipe Felipe, de 53 a?os.
¡°Constato que mi edad y mi salud no me permiten ejercer mis funciones como me gustar¨ªa. Ser¨ªa faltar a mis deberes y a mi concepci¨®n de la funci¨®n p¨²blica mantenerme en el ejercicio a cualquier precio¡±, esgrimi¨® solemnemente como principal motivo para abdicar. Hac¨ªa tiempo que en B¨¦lgica exist¨ªa el convencimiento de que el rey dejar¨ªa su puesto este a?o, pero los plazos se han precipitado. La hip¨®tesis inicial contemplaba el 21 de julio como fecha para el anuncio y el oto?o para la retirada definitiva.
Las controversias vividas a lo largo de su reinado se hab¨ªan condensado en los ¨²ltimos meses
Las controversias vividas a lo largo de su reinado se hab¨ªan condensado en los ¨²ltimos meses, y especialmente en los ¨²ltimos d¨ªas, con su presunta hija extramatrimonial reclam¨¢ndole la paternidad en los tribunales y la madre aireando en la prensa el romance que vivi¨® con el monarca durante 18 a?os.
Con sus breves palabras, primero pronunciadas en franc¨¦s y m¨¢s tarde en neerland¨¦s, los dos idiomas oficiales de B¨¦lgica, el rey agradeci¨® a la ciudadan¨ªa el apoyo prestado durante estos a?os ¡ªtambi¨¦n record¨®, sin acritud, que ha recibido ciertas cr¨ªticas¡ª y elogi¨® a su hijo para asegurar que deja al pa¨ªs ¡°en muy buenas manos¡±, las de Felipe y su esposa, Matilde. La monarqu¨ªa constituye una de las pocas esferas en la pol¨ªtica belga en que las alusiones al pueblo y a la unidad del pa¨ªs no desatan tensiones entre flamencos y valones.
Acercar a los dos pueblos, que conviven casi de espaldas por diferencias ling¨¹¨ªsticas, econ¨®micas y culturales, ha sido uno de los principales cometidos de Alberto II durante su etapa en el trono belga. El monarca desempe?¨® un papel fundamental en la crisis de 2010-2011, cuando el pa¨ªs estuvo un a?o y medio sin Gobierno por la dispersi¨®n de partidos que result¨® de las elecciones de 2010. De su mediaci¨®n sali¨® la designaci¨®n de Elio Di Rupo como primer ministro del pa¨ªs, el primer socialista franc¨®fono que asum¨ªa esa responsabilidad desde 1974.
Con todos esos elementos en la cabeza, Di Rupo compareci¨®, apenas unos minutos despu¨¦s del anuncio del rey, para manifestar su ¡°respeto y comprensi¨®n¡± y rendir admiraci¨®n a ¡°la sinceridad, el coraje y la lucidez¡± del monarca. Con una bandera de B¨¦lgica en la solapa, Di Rupo emple¨® un lenguaje almibarado, impensable en cualquier otro contexto de la pol¨ªtica belga. Dijo asistir ¡°a un momento de gran tristeza¡± por un rey que, pese a no estar destinado a serlo ¡ªsucedi¨® a su hermano Balduino porque este no tuvo descendencia¡ª, asumi¨® el cargo con dignidad. ¡°?l y la reina Paola han conquistado el coraz¨®n de los belgas¡±, asegur¨® en una breve comparecencia sin preguntas.
Tanto Di Rupo como la mayor¨ªa de pol¨ªticos franc¨®fonos habr¨ªan deseado que Alberto II continuara en sus funciones al menos hasta las pr¨®ximas elecciones federales, en mayo de 2014. Muchos temen que los comicios concluyan con otro hemiciclo dif¨ªcil de gobernar y preferir¨ªan contar con la experiencia del todav¨ªa monarca para gestionarlo. Si las dificultades se repiten, ser¨¢ una prueba de fuego para el reci¨¦n llegado Felipe.
Pese a las diferentes pol¨¦micas que han sacudido a la Casa Real, la ciudadan¨ªa belga profesa un gran apoyo a su monarqu¨ªa. Aun as¨ª, una encuesta divulgada por el diario Le Soir destacaba que la delicada salud del rey y las diferentes controversias hab¨ªan colocado a uno de cada dos belgas como partidarios de la abdicaci¨®n.
El cardi¨®logo de Alberto II, Pol Lafontaine, confirm¨® ayer en un programa de televisi¨®n que el rey se sent¨ªa ya cansado, aunque descart¨® que la renuncia obedeciese a motivos cardiacos. El monarca ha tenido distintos problemas de salud y varias intervenciones quir¨²rgicas en los ¨²ltimos a?os.
El presidente de la Comisi¨®n Europea, Jos¨¦ Manuel Dur?o Barroso, destac¨® la labor de Alberto II como ¡°un ardiente defensor de los valores en los que se basa la construcci¨®n europea¡±.
Renunciar al trono est¨¢ de moda
Nuevas normas de conducta llegan a las monarqu¨ªas. Ya no es necesario o¨ªr la tradicional frase ¡°Ha muerto el rey, viva el rey¡± para que se mueva la l¨ªnea de sucesi¨®n. En abril, Holanda recib¨ªa a su nuevo monarca, Guillermo Alejandro, y desped¨ªa con toda naturalidad a Beatriz, relegada por su propio deseo de reina a princesa. Alberto de B¨¦lgica ha decidido seguir los mismos pasos y ha anunciado que dejar¨¢ en vida el trono a su hijo Felipe. Es una noticia que no ha pillado por sorpresa a los belgas, que desde hace meses sab¨ªan que su rey planeaba dejar paso a la siguiente generaci¨®n. Alberto ha sido un monarca breve, que se va a los 79 a?os tras acceder en 1993 a la corona por la muerte de su hermano Balduino, que no tuvo descendencia.
El pasado marzo los herederos de las casas reales fueron convocados a una especie de despedida organizada por Guillermo y M¨¢xima, que preparaban en esos d¨ªas su llegada al trono. Fue una cita singular, que qued¨® inmortalizada en una gran foto de familia. Dos de los pr¨ªncipes que salen en la instant¨¢nea ya han dado el salto generacional, pero puede que no sean los ¨²nicos. En el siglo XXI las monarqu¨ªas meditan c¨®mo adecuarse a los nuevos tiempos para justificar su existencia. Algunas de ellas piensan que es necesario un cambio, la llegada de pr¨ªncipes m¨¢s profesionales, m¨¢s preparados y sin cargas del pasado.
Hasta el todopoderoso emir de Catar renunci¨® la semana pasada en favor de su heredero tras confesar que era el momento de que corriera aire fresco. Tambi¨¦n dijo adi¨®s este a?o hasta un papa, que dej¨® paso a un sucesor con mejor salud.
En las cortes europeas tambi¨¦n se habla de que habr¨¢ m¨¢s movimientos. Parece que en Noruega y Dinamarca reflexionan sobre el asunto. Otros no lo creen necesario. En Espa?a, el rey Juan Carlos ha expresado su deseo de continuar, mientras que en Reino Unido nadie ve posible que Isabel II se levante del trono.
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