El golpe egipcio trae malos recuerdos en Argelia
Los blindadso en El Cairo recuerdan a muchos argelinos el golpe de Estado en su pa¨ªs en 1992 Lo sucedido en Egipto "fortalecer¨¢ la ideolog¨ªa del cambio a trav¨¦s de la fuerza", seg¨²n Ennahda Los mon¨¢rquicos marroqu¨ªes dicen que queda demostrado el ¨¦xito de su modelo sin ruptura
Si hay un pa¨ªs en el que el golpe de Estado de los militares egipcios trae malos recuerdos, ese es Argelia. Los carros de combate en las calles de El Cairo evocan, en la memoria de muchos argelinos, a los blindados que, hace 21 a?os, se desplegaron en las calles de su capital. ¡°Lo que acaba de suceder nos retrotrae a lo que pas¨® en 1992 en Argelia", afirma Mohamed Hennad, profesor en la Escuela Nacional Superior de Ciencias Pol¨ªticas de Argel. El Ej¨¦rcito argelino interrumpi¨® un proceso electoral transparente que, a juzgar por el resultado de la primera vuelta, iba a dar una mayor¨ªa absoluta en el Parlamento al Frente Isl¨¢mico de Salvaci¨®n (FIS). El golpe cont¨® con el benepl¨¢cito de Occidente.
Un buen n¨²mero de los militantes del FIS empu?aron entonces las armas para tratar de conquistar por la fuerza la victoria que les hab¨ªan arrebatado clausurando las urnas. Empez¨® as¨ª una guerra civil que dur¨® casi una d¨¦cada y que se cobr¨® cerca de 200.000 muertos. Argelia todav¨ªa sufre espor¨¢dicamente el azote del terrorismo. Y la rama magreb¨ª de Al Qaeda, que opera en buena parte del Sahel, es consecuencia de aquella conflagraci¨®n civil. Aquel trauma explica probablemente, en parte, porque la primavera ¨¢rabe ha pasado de puntillas sobre Argelia.
Aunque insta a ¡°respetar las disposiciones constitucionales¡±, el comunicado publicado ayer por el Gobierno argelino evita condenar el golpe egipcio. Solo lo reprueban en Argelia algunos peque?os partidos islamistas como Ennahda (Renacimiento) que lo describi¨®, en un comunicado, como ¡°aborto sistem¨¢tico de la democracia¡±. La toma del poder por el Ej¨¦rcito egipcio ¡°conviene a parte de nuestros dirigentes, sobre todo los militares¡±, explica Lunes Guemache, director del diario digital Tout sur l¡¯Alg¨¦rie. ¡°Observan que 21 a?os despu¨¦s del FIS los militares egipcios siguen sus pasos y se consideran a¨²n m¨¢s justificados¡±. La gran diferencia entre Egipto y Argelia es que en este ¨²ltimo pa¨ªs los islamistas no llegaron a gobernar, mientras que en Egipto lo hicieron durante un a?o. ?Se encamina ahora Egipto hacia una guerra civil como Argelia a partir de 1992? El polit¨®logo Hennad as¨ª lo cree. ¡°Pong¨¢monos en su lugar, los Hermanos Musulmanes egipcios tienen que hacer algo¡±, recalca. ¡°Me temo que al menos una parte recurrir¨¢ a la violencia. Habr¨¢ sangre y l¨¢grimas, pero tambi¨¦n m¨¢s corrupci¨®n, como la que padecemos hoy en Argelia como consecuencia indirecta del terrorismo¡±.
Ese vaticinio sobre el futuro de Egipto aparece tambi¨¦n entreverado en el comunicado que hizo publico ayer Ennahda, la gran formaci¨®n islamista que gobierna T¨²nez, af¨ªn ideol¨®gicamente a los Hermanos Musulmanes egipcios. Su l¨ªder, Rachid Ganuchi, subraya que ¡°un golpe contra la legitimidad democr¨¢tica conduce a perder confianza en la democracia como principio y procedimiento y alimenta el radicalismo y la violencia¡±.
Sin hacer pron¨®sticos tan alarmistas, los islamistas marroqu¨ªes tambi¨¦n creen que, de una forma u otra, sus correligionarios egipcios resurgir¨¢n. El diario At Tajdid, af¨ªn al Partido de la Justicia y del Desarrollo (PJD), que lidera el Gobierno desde hace a?o y medio, sosten¨ªa ayer en un editorial que ¡°los intentos de debilitar a los islamistas solo refuerzan su presencia (¡)¡±. ¡°La historia ha demostrado que los islamistas siempre vuelven¡±, a?ade. ¡°La soluci¨®n es dar a los ciudadanos el derecho a castigarles o premiarles [en las urnas]¡±.
El derrocamiento de Morsi ha sido bien recibido, no obstante, por los defensores de la monarqu¨ªa marroqu¨ª entre los que figuran los socios de Gobierno del PJD. ¡°Gracias a que est¨¢ maniatado por el Palacio Real, el primer ministro islamista, Abdelil¨¢ Benkiran, no ha ca¨ªdo en los excesos de sus correligionarios egipcios¡±, asegura un diputado marroqu¨ª de un partido de la oposici¨®n. Recuerda, entre otros, los intentos de Benkiran de ¡°islamizar¡± la televisi¨®n p¨²blica prohibiendo la publicidad de loter¨ªas y oblig¨¢ndo a retransmitir las cinco oraciones diarias que prescribe el islam.
La experiencia islamista en Marruecos podr¨ªa acabarse pronto si la coalici¨®n de Gobierno, en crisis desde hace dos meses, saltase por los aires y se formase una nueva mayor¨ªa sin el PJD, cuya popularidad a¨²n se mantiene alta. Ser¨¢ el rey Mohamed VI qui¨¦n dar¨¢ o no su luz verde a los nacionalistas del Istiqlal para que se mantengan o salgan del Ejecutivo de coalici¨®n con los islamistas.
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